Montilla volvió a acoger anoche uno de sus actos cuaresmales más emblemáticos: la Sentencia a Jesús que, en su trigésimo primera edición, estuvo protagonizado por Federico Trillo-Figueroa y Martínez-Conde, expresidente del Congreso de los Diputados y exministro de Defensa.
El evento, organizado desde hace más de tres décadas por la Centuria Romana Munda, tuvo lugar en un abarrotado Salón Municipal San Juan de Dios, anexo al Ayuntamiento de Montilla, donde Trillo expuso los alegatos de su sentencia ante un público que incluía a autoridades civiles y judiciales de toda España. Entre los asistentes destacaron el alcalde de Montilla, Rafael Llamas, y el delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Córdoba, Adolfo Molina, quienes acompañaron al nuevo presidente de la Centuria, el maestro tonelero Rafael Cabello Hidalgo.
Tras la lectura de la sentencia, que se vio momentáneamente interrumpida por el desvanecimiento de un integrante de la Centuria Romana Munda, el exministro fue escoltado hasta la Parroquia de Santiago Apóstol, donde se recreó el Pretorio romano para escenificar el momento en que el gobernador Poncio Pilato decreta el castigo a Cristo.
La imagen del Ecce Homo, una talla de 1597 realizada por Juan de Mesa 'El Mozo', presidió un acto marcado por la solemnidad que, desde hace más de tres décadas, se ha erigido en una de las tradiciones más singulares de la Cuaresma cordobesa. Y es que la Sentencia a Jesús se ha convertido en una cita ineludible del calendario religioso y cultural de Montilla. Desde 1992, y bajo la coordinación del letrado montillano Francisco Criado Espejo, la ceremonia ha contado con la participación de destacadas figuras del ámbito jurídico.
En esta ocasión, Federico Trillo tomó el relevo del ilustre jurista Alfredo Dagnino y Guerra, pronunciando un discurso cargado de simbolismo y reflexiones en torno a la figura de Jesús y al "injusto proceso" al que fue sometido por las autoridades romanas.
Trillo hizo alusión a la capacidad del acto de la Sentencia para unir tradición, fe y Derecho y, a su vez, analizó la figura histórica de Poncio Pilato y el proceso judicial que condujo a la crucifixión de Jesús, brindando una perspectiva original sobre uno de los episodios más determinantes de la historia cristiana.
Tras recorrer el centro de Montilla con la escolta de la Centuria Romana Munda, la escenificación se trasladó hasta la Parroquia de Santiago, con la imagen del Ecce Homo como testigo de una noche en la que Montilla volvió a ser epicentro de la devoción y la historia.
Como cada año, este acto representa un punto de encuentro entre lo religioso y lo académico, al reunir a juristas de prestigio que reflexionan sobre el proceso judicial seguido contra Jesús. A su vez, Federico Trillo quiso hacer alusión a algunos aspectos religiosos e históricos de Montilla, desde sus patronos y personajes históricos más relevantes a las comunidades religiosas que se mantienen en los conventos de Santa Ana y Santa Clara.
Para el alcalde de Montilla, "la Sentencia es un acto donde confluyen aspectos religiosos y civiles, único en España, y que cada año suma a la marca Montilla, gracias al compromiso social que mantiene con su ciudad la Centuria Romana Munda, tanto dentro como fuera de Montilla". En ese sentido, el primer edil alabó el "esfuerzo" que realiza cada año el colectivo para llevar a cabo la Sentencia a Jesús, "que convierte Montilla en un espacio donde la tradición y el Derecho se entrelazan de manera única".
Nacido en la ciudad murciana de Cartagena el 23 de mayo de 1952, Federico Trillo-Figueroa y Martínez-Conde, es un destacado jurista y político español, conocido por su vinculación al Partido Popular (PP) y por el desempeño de cargos de relevancia como presidente del Congreso de los Diputados o ministro de Defensa.
Licenciado en Derecho por la Universidad de Salamanca y doctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, Federico Trillo-Figueroa y Martínez-Conde ingresó en 1974 en el Cuerpo Jurídico de la Armada, destacándose como número uno de su promoción.
Sirvió en la Fiscalía de la Zona Marítima del Mediterráneo y en la Dirección de Construcciones Navales Militares. En 1979, se incorporó al Cuerpo de Letrados del Consejo de Estado, donde ocupó el puesto número 16 por oposición. Abandonó su carrera militar en 1989 para dedicarse a la política.
El entorno político de Trillo-Figueroa estuvo influenciado por su padre, Federico Trillo-Figueroa y Vázquez, un general auditor de la Armada y político durante el franquismo. Inició su carrera en el gabinete jurídico de Coalición Popular, donde participó en la transformación que culminó con la creación del Partido Popular, formando parte de su Ejecutiva Nacional desde 1986. Fue elegido diputado por Alicante en 1989, desempeñándose como vicepresidente de la mesa del Congreso> y portavoz de Justicia del Grupo Parlamentario Popular antes de ser nombrado presidente del Congreso en 1996.
En 2000, José María Aznar lo nombró ministro de Defensa. Durante su mandato, uno de los episodios más recordados fue el asalto a la isla de Perejil en 2002. Sin embargo, su gestión se vio ensombrecida por el accidente del Yákovlev Yak-42 en 2003, en el que fallecieron 62 militares. Las críticas a raíz de esta catástrofe marcaron el final de su periodo al frente del Ministerio.
En 2012, fue designado embajador de España en el Reino Unido, nombramiento que tampoco estuvo exento de polémica por no formar parte del cuerpo diplomático. En enero del año 2017, Federico Trillo presentó su dimisión como embajador en Londres, declarando su intención de regresar al Consejo de Estado.
Además de su carrera política y jurídica, Federico Trillo-Figueroa y Martínez-Conde es autor de varios libros sobre Derecho y pensamiento político, destacando títulos como El poder político en los dramas de Shakespeare y El censor de Shakespeare.
"La sentencia de Montilla no es una condena: es una reafirmación de fe en la resurrección, de esperanza en que la repetiremos cada año, y de amor de un pueblo a su Dios, ¡por los siglos de los siglos!". Así de rotundo se manifestó anoche Federico Trillo, quien profundizó en los aspectos judiciales y humanos del proceso a Jesucristo, señalando que "lo primero que resulta paradójico es darse cuenta de que el sujeto pasivo del proceso, el imputado, resulta ser la víctima real, y que sus jueces judíos, encabezados por Caifás, se han concertado previamente para asesinarlo: es decir, han dado los primeros pasos del delito como conspiradores".
Asimismo, el sentenciador romano quiso hacer hincapié en el papel de los personajes secundarios del proceso: "los sayones, los soldados, la turba, que tienen la conducta propia de los delitos cometidos en masa, que proyectan sus rencores, sus frustraciones y sus envidias en actos que no cometerían por separado, diluyendo así su responsabilidad".
Sobre la detención de Jesús, Trillo se mostró convencido de que "se produce ilegalmente, sin imputación de delito concreto", y que la condena solo se consigue "en la respuesta a la interpelación final del sumo sacerdote Caifás 'en nombre del Altísimo' sobre si es el Hijo de Dios, que Cristo no puede, no quiere, eludir, pues 'para ello ha venido al mundo, para dar testimonio de la verdad'".
El exministro de Defensa también aludió al juicio ante Pilatos, del que aseguró que es "de carácter eminentemente político", y en el que finalmente "los fariseos y el gobernador romano coinciden en su propósito de condena para proteger sus poderes -religiosos y políticos- que ven amenazados".
En este contexto, Federico Trillo recordó ayer el clamor de la multitud —"crucifícale, crucifícale"— y vinculó esta reacción con la moderna teoría antropológica de René Girard, según la cual, "sacrifican al chivo expiatorio, que carga con las culpas de todos".
En el momento cumbre de la lectura, Trillo pronunció el fallo simbólico de la Sentencia: "Sí, ¡Señor!, te vamos a condenar en Montilla un año más. Nos conviene que tú te vayas a prepararnos el camino. ¡Te vamos a condenar!, porque nos sabemos miserables, pero llenos de amor; te vamos a condenar, para que limpies nuestras miserias, nosotros te condenamos, ¡somos los jueces que ratificamos tu condena!".
Refiriéndose a Montilla, Federico Trillo dijo que "tenía que ser aquí donde la sentencia se pronunciara y donde Cristo volviera a subir a la Cruz cada año. Sobre la tierra y el trabajo de Montilla: ¡tú eres cada año, Señor, la vid, ¡y los montillanos los sarmientos!".
El trigésimo primer sentenciador romano justificó este vínculo alegórico al declarar que "por qué aquí en Montilla, en la sentencia, unimos al tiempo nuestra contrición y nuestro perdón, nuestro trabajo y nuestro esfuerzo, nuestra lucha y nuestra entrega. Sangre y vino. Porque así son las gentes de Montilla: sangre ardiente de trabajo y amor, que la Cruz transformó en el vino generoso mejor de España".
El evento, organizado desde hace más de tres décadas por la Centuria Romana Munda, tuvo lugar en un abarrotado Salón Municipal San Juan de Dios, anexo al Ayuntamiento de Montilla, donde Trillo expuso los alegatos de su sentencia ante un público que incluía a autoridades civiles y judiciales de toda España. Entre los asistentes destacaron el alcalde de Montilla, Rafael Llamas, y el delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Córdoba, Adolfo Molina, quienes acompañaron al nuevo presidente de la Centuria, el maestro tonelero Rafael Cabello Hidalgo.
Tras la lectura de la sentencia, que se vio momentáneamente interrumpida por el desvanecimiento de un integrante de la Centuria Romana Munda, el exministro fue escoltado hasta la Parroquia de Santiago Apóstol, donde se recreó el Pretorio romano para escenificar el momento en que el gobernador Poncio Pilato decreta el castigo a Cristo.

La imagen del Ecce Homo, una talla de 1597 realizada por Juan de Mesa 'El Mozo', presidió un acto marcado por la solemnidad que, desde hace más de tres décadas, se ha erigido en una de las tradiciones más singulares de la Cuaresma cordobesa. Y es que la Sentencia a Jesús se ha convertido en una cita ineludible del calendario religioso y cultural de Montilla. Desde 1992, y bajo la coordinación del letrado montillano Francisco Criado Espejo, la ceremonia ha contado con la participación de destacadas figuras del ámbito jurídico.
En esta ocasión, Federico Trillo tomó el relevo del ilustre jurista Alfredo Dagnino y Guerra, pronunciando un discurso cargado de simbolismo y reflexiones en torno a la figura de Jesús y al "injusto proceso" al que fue sometido por las autoridades romanas.
Trillo hizo alusión a la capacidad del acto de la Sentencia para unir tradición, fe y Derecho y, a su vez, analizó la figura histórica de Poncio Pilato y el proceso judicial que condujo a la crucifixión de Jesús, brindando una perspectiva original sobre uno de los episodios más determinantes de la historia cristiana.

Tras recorrer el centro de Montilla con la escolta de la Centuria Romana Munda, la escenificación se trasladó hasta la Parroquia de Santiago, con la imagen del Ecce Homo como testigo de una noche en la que Montilla volvió a ser epicentro de la devoción y la historia.
Como cada año, este acto representa un punto de encuentro entre lo religioso y lo académico, al reunir a juristas de prestigio que reflexionan sobre el proceso judicial seguido contra Jesús. A su vez, Federico Trillo quiso hacer alusión a algunos aspectos religiosos e históricos de Montilla, desde sus patronos y personajes históricos más relevantes a las comunidades religiosas que se mantienen en los conventos de Santa Ana y Santa Clara.
Para el alcalde de Montilla, "la Sentencia es un acto donde confluyen aspectos religiosos y civiles, único en España, y que cada año suma a la marca Montilla, gracias al compromiso social que mantiene con su ciudad la Centuria Romana Munda, tanto dentro como fuera de Montilla". En ese sentido, el primer edil alabó el "esfuerzo" que realiza cada año el colectivo para llevar a cabo la Sentencia a Jesús, "que convierte Montilla en un espacio donde la tradición y el Derecho se entrelazan de manera única".
Una vida dedicada al Derecho y a la política
Nacido en la ciudad murciana de Cartagena el 23 de mayo de 1952, Federico Trillo-Figueroa y Martínez-Conde, es un destacado jurista y político español, conocido por su vinculación al Partido Popular (PP) y por el desempeño de cargos de relevancia como presidente del Congreso de los Diputados o ministro de Defensa.
Licenciado en Derecho por la Universidad de Salamanca y doctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, Federico Trillo-Figueroa y Martínez-Conde ingresó en 1974 en el Cuerpo Jurídico de la Armada, destacándose como número uno de su promoción.

Sirvió en la Fiscalía de la Zona Marítima del Mediterráneo y en la Dirección de Construcciones Navales Militares. En 1979, se incorporó al Cuerpo de Letrados del Consejo de Estado, donde ocupó el puesto número 16 por oposición. Abandonó su carrera militar en 1989 para dedicarse a la política.
El entorno político de Trillo-Figueroa estuvo influenciado por su padre, Federico Trillo-Figueroa y Vázquez, un general auditor de la Armada y político durante el franquismo. Inició su carrera en el gabinete jurídico de Coalición Popular, donde participó en la transformación que culminó con la creación del Partido Popular, formando parte de su Ejecutiva Nacional desde 1986. Fue elegido diputado por Alicante en 1989, desempeñándose como vicepresidente de la mesa del Congreso> y portavoz de Justicia del Grupo Parlamentario Popular antes de ser nombrado presidente del Congreso en 1996.
En 2000, José María Aznar lo nombró ministro de Defensa. Durante su mandato, uno de los episodios más recordados fue el asalto a la isla de Perejil en 2002. Sin embargo, su gestión se vio ensombrecida por el accidente del Yákovlev Yak-42 en 2003, en el que fallecieron 62 militares. Las críticas a raíz de esta catástrofe marcaron el final de su periodo al frente del Ministerio.

En 2012, fue designado embajador de España en el Reino Unido, nombramiento que tampoco estuvo exento de polémica por no formar parte del cuerpo diplomático. En enero del año 2017, Federico Trillo presentó su dimisión como embajador en Londres, declarando su intención de regresar al Consejo de Estado.
Además de su carrera política y jurídica, Federico Trillo-Figueroa y Martínez-Conde es autor de varios libros sobre Derecho y pensamiento político, destacando títulos como El poder político en los dramas de Shakespeare y El censor de Shakespeare.
"No es una condena: es una reafirmación de fe"
"La sentencia de Montilla no es una condena: es una reafirmación de fe en la resurrección, de esperanza en que la repetiremos cada año, y de amor de un pueblo a su Dios, ¡por los siglos de los siglos!". Así de rotundo se manifestó anoche Federico Trillo, quien profundizó en los aspectos judiciales y humanos del proceso a Jesucristo, señalando que "lo primero que resulta paradójico es darse cuenta de que el sujeto pasivo del proceso, el imputado, resulta ser la víctima real, y que sus jueces judíos, encabezados por Caifás, se han concertado previamente para asesinarlo: es decir, han dado los primeros pasos del delito como conspiradores".
Asimismo, el sentenciador romano quiso hacer hincapié en el papel de los personajes secundarios del proceso: "los sayones, los soldados, la turba, que tienen la conducta propia de los delitos cometidos en masa, que proyectan sus rencores, sus frustraciones y sus envidias en actos que no cometerían por separado, diluyendo así su responsabilidad".
Sobre la detención de Jesús, Trillo se mostró convencido de que "se produce ilegalmente, sin imputación de delito concreto", y que la condena solo se consigue "en la respuesta a la interpelación final del sumo sacerdote Caifás 'en nombre del Altísimo' sobre si es el Hijo de Dios, que Cristo no puede, no quiere, eludir, pues 'para ello ha venido al mundo, para dar testimonio de la verdad'".

El exministro de Defensa también aludió al juicio ante Pilatos, del que aseguró que es "de carácter eminentemente político", y en el que finalmente "los fariseos y el gobernador romano coinciden en su propósito de condena para proteger sus poderes -religiosos y políticos- que ven amenazados".
En este contexto, Federico Trillo recordó ayer el clamor de la multitud —"crucifícale, crucifícale"— y vinculó esta reacción con la moderna teoría antropológica de René Girard, según la cual, "sacrifican al chivo expiatorio, que carga con las culpas de todos".
En el momento cumbre de la lectura, Trillo pronunció el fallo simbólico de la Sentencia: "Sí, ¡Señor!, te vamos a condenar en Montilla un año más. Nos conviene que tú te vayas a prepararnos el camino. ¡Te vamos a condenar!, porque nos sabemos miserables, pero llenos de amor; te vamos a condenar, para que limpies nuestras miserias, nosotros te condenamos, ¡somos los jueces que ratificamos tu condena!".
Refiriéndose a Montilla, Federico Trillo dijo que "tenía que ser aquí donde la sentencia se pronunciara y donde Cristo volviera a subir a la Cruz cada año. Sobre la tierra y el trabajo de Montilla: ¡tú eres cada año, Señor, la vid, ¡y los montillanos los sarmientos!".
El trigésimo primer sentenciador romano justificó este vínculo alegórico al declarar que "por qué aquí en Montilla, en la sentencia, unimos al tiempo nuestra contrición y nuestro perdón, nuestro trabajo y nuestro esfuerzo, nuestra lucha y nuestra entrega. Sangre y vino. Porque así son las gentes de Montilla: sangre ardiente de trabajo y amor, que la Cruz transformó en el vino generoso mejor de España".
JUAN PABLO BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: ÁLVARO CARRASCO GONZÁLEZ
FOTOGRAFÍA: ÁLVARO CARRASCO GONZÁLEZ

