O: de la abundancia a la escasez, por culpa de la canción del verano.
Tras los abundantes sesenta, feo panorama el de los primeros setenta españoles. Malo para la afición. Un engendro fabricado por las compañías discográficas y amamantado por las principales revistas y emisoras, ataca a las mayorías, que sucumben encantadas.
Se llama "Canciondelverano", pero ataca casi todo el año. Es la versión boba, facilona y manejable, del auténtico pop juvenil. Execrable. Y así, por lo menos, hasta el 75: Los Albas, Los Diablos, Arena Caliente… Les gustan hasta a tus padres, y suenan continuamente. La fórmula consiste en encontrar un estribillo pegadizo y aguantarlo durante, aproximadamente, dos minutos y medio. Ya sabes: “ Eva María se fue/ buscando el sol en la playa/ con su maleta de piel/ y su bikini de rayas...”.
La afición resistía. No nos gustaba la música “comercial” española. Pero era difícil oírla "de calidad”. Así que preferíamos la música extranjera. Que tampoco era fácil de oír: se editaba poco, y había que pegar el oído al transistor para los programas raros (la media hora de Ángel Álvarez en R.N.E.; el Musicolandia del Mariscal Romero, en Radio Centro, de Madrid, o el Estudio Pirata, de Alfredo Asensi, en la radio cordobesa...). Para estar al día era imprescindible leer: Disco expres, Mundo Joven, y lo que caía…
La gallarda resistencia llevaba el pelo bien largo, cinturones anchos, pantalones de campana, barba o bigote (el que tenía) y una notable mescolanza de pañuelos, anillos, camisas y camisetas de estirpe jipiosa. Pelín horteras, vistos desde ahora, la verdad… De los españoles nos gustaban algunos con éxito (Los Canarios, Lone Star, Módulos) y, sobre todo, los que no lo tenían tanto, aquellos que llamábamos de música progresiva (Smash, Máquina, Storm...).
Atento: observa que, por lo de la música extranjera, los buenos grupos españoles de la época o tienen nombre inglés o cantan en inglés.
¡Uf! Menos mal que vino la transición democrática. Desde el 75 y al abrigo de las nacientes autonomías, un montón de grupos nuevos se hicieron el “rock catalán”, el “rock madrileño” o el “rock andaluz”. "Rock con raíces": en la música popular de las regiones, que hablaba (¡en español!) de lo que sucedía en las calles (de amores, porros, paro, choris, polis, música, paz, priva, comprensión…).
Y España pudo vivir su particular primavera hippie: más tarde y más politizada. Multitud de conciertos al aire libre, indumentaria, canutos, sexo, auge de lo artesanal y lo natural. El argot se generaliza (prueba de la influencia social del fenómeno) y la prensa y hasta la intelectualidad hablan de los pasotas y del lenguaje pasota. Si la juventud empieza a despreocuparse, es que la democracia se va asentando.
También, hoy, se ve todo esto un poco antiguo. Pero, entre improvisaciones, solos y temas interminables, se hizo muy buena música. Ahí quedarán Triana, Iceberg o Imán, p. ej. La mayoría llegaron a grabar con Chapa Discos. Como verás, el estéreo ya se había generalizado en los setenta.
Vale: para nuestra selección nos basamos en la excelente de José Luis Álvarez en Grandes grupos españoles 1960-1977. Disco 2 (K_TEL, 1978, SL-1.007).
P.S.- Lo de “Angelitos negros” es una broma cariñosa de Jesús Ordovás, en su De qué va el Rrollo.
Tras los abundantes sesenta, feo panorama el de los primeros setenta españoles. Malo para la afición. Un engendro fabricado por las compañías discográficas y amamantado por las principales revistas y emisoras, ataca a las mayorías, que sucumben encantadas.
Se llama "Canciondelverano", pero ataca casi todo el año. Es la versión boba, facilona y manejable, del auténtico pop juvenil. Execrable. Y así, por lo menos, hasta el 75: Los Albas, Los Diablos, Arena Caliente… Les gustan hasta a tus padres, y suenan continuamente. La fórmula consiste en encontrar un estribillo pegadizo y aguantarlo durante, aproximadamente, dos minutos y medio. Ya sabes: “ Eva María se fue/ buscando el sol en la playa/ con su maleta de piel/ y su bikini de rayas...”.
La afición resistía. No nos gustaba la música “comercial” española. Pero era difícil oírla "de calidad”. Así que preferíamos la música extranjera. Que tampoco era fácil de oír: se editaba poco, y había que pegar el oído al transistor para los programas raros (la media hora de Ángel Álvarez en R.N.E.; el Musicolandia del Mariscal Romero, en Radio Centro, de Madrid, o el Estudio Pirata, de Alfredo Asensi, en la radio cordobesa...). Para estar al día era imprescindible leer: Disco expres, Mundo Joven, y lo que caía…
La gallarda resistencia llevaba el pelo bien largo, cinturones anchos, pantalones de campana, barba o bigote (el que tenía) y una notable mescolanza de pañuelos, anillos, camisas y camisetas de estirpe jipiosa. Pelín horteras, vistos desde ahora, la verdad… De los españoles nos gustaban algunos con éxito (Los Canarios, Lone Star, Módulos) y, sobre todo, los que no lo tenían tanto, aquellos que llamábamos de música progresiva (Smash, Máquina, Storm...).
Atento: observa que, por lo de la música extranjera, los buenos grupos españoles de la época o tienen nombre inglés o cantan en inglés.
¡Uf! Menos mal que vino la transición democrática. Desde el 75 y al abrigo de las nacientes autonomías, un montón de grupos nuevos se hicieron el “rock catalán”, el “rock madrileño” o el “rock andaluz”. "Rock con raíces": en la música popular de las regiones, que hablaba (¡en español!) de lo que sucedía en las calles (de amores, porros, paro, choris, polis, música, paz, priva, comprensión…).
Y España pudo vivir su particular primavera hippie: más tarde y más politizada. Multitud de conciertos al aire libre, indumentaria, canutos, sexo, auge de lo artesanal y lo natural. El argot se generaliza (prueba de la influencia social del fenómeno) y la prensa y hasta la intelectualidad hablan de los pasotas y del lenguaje pasota. Si la juventud empieza a despreocuparse, es que la democracia se va asentando.
También, hoy, se ve todo esto un poco antiguo. Pero, entre improvisaciones, solos y temas interminables, se hizo muy buena música. Ahí quedarán Triana, Iceberg o Imán, p. ej. La mayoría llegaron a grabar con Chapa Discos. Como verás, el estéreo ya se había generalizado en los setenta.
Vale: para nuestra selección nos basamos en la excelente de José Luis Álvarez en Grandes grupos españoles 1960-1977. Disco 2 (K_TEL, 1978, SL-1.007).
P.S.- Lo de “Angelitos negros” es una broma cariñosa de Jesús Ordovás, en su De qué va el Rrollo.
Audición
- Los Canarios: Get on your knees.
- Pop-Tops: Oh Lord, why Lord.
- Los Mitos: Es muy fácil.
- Fórmula V: Cuéntame (*).
- Los Payos: María Isabel.
- Los Diablos: Un rayo de sol.
- Lone Star: Lyla.
- Máquina: La hija de la tierra.
- Smash: El garrotín.
- Los Diablos: Fin de semana.
- Pop-Tops: Mamy blue.
- Barrabás: Wild safari.
- Fórmula V: Eva María.
- Iceberg: La flamenca eléctrica.
- Triana: Rumor.
- La Compañía Eléctrica Dharma: Moixeranga del diable.
- Leño: El tren (1978).
- Tequila: Rock & roll en la plaza del pueblo (1978).
- Antonio Machín: Angelitos negros (1947).
© JOSÉ ANTONIO PONFERRADA
ILUSTRACIÓN: © JOSÉ ANTONIO PONFERRADA
ILUSTRACIÓN: © JOSÉ ANTONIO PONFERRADA

