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La Fundación Manuel Ruiz Luque reivindica la figura de Guillermo Núñez de Prado

De la poesía al cante. Así se titula la exposición que la Fundación Biblioteca Manuel Ruiz Luque, junto con la Peña Flamenca El Lucero, ha querido dedicar al destacado poeta, periodista y traductor montillano Guillermo Núñez de Prado, coincidiendo con el 150 aniversario de su nacimiento.


La muestra, cuya inauguración contó con la presencia de la bisnieta del protagonista, Sara Núñez de Prado Clavell, profesora de Historia Contemporánea en la Universidad Rey Juan Carlos, podrá visitarse hasta el próximo 5 de enero de 2025 y permitirá profundizar en la ingente y –para muchos– desconocida producción literaria de este este montillano del que su amigo Ricardo de Montis, escritor, periodista y cronista de la capital, definió como el "último escritor bohemio de Córdoba, un hombre original que daba terribles zarpadas con la pluma, que se revolvía en sus versos contra todo lo existente y no podía presenciar una escena sentimental ni oír un relato triste sin que sus ojos se inundasen de lágrimas"..

De este modo, la Fundación Biblioteca Manuel Ruiz Luque ha podido reunir las primeras obras de juventud publicadas por Guillermo Núñez de Prado, pertenecientes a su etapa cordobesa: Adela (1896), Bronce (1896), Mis cantares (1897) y Nebulosas (1898), entre otras.

HORNO Y ACEITES BELLIDO

"Se trata de composiciones poéticas, algunas de ellas acompañadas de artículos, en las que el autor revela su precoz altura literaria y, principalmente, su inclinación y sentimiento hacia todo lo que rodea el espíritu del pueblo andaluz, cuya pluma recrea virtuosamente profundizando en su realidad social y, particularmente, a través del flamenco", subraya Elena Bellido, directora de la Fundación Biblioteca Manuel Ruiz Luque, quien recalca que estas obras están acompañadas en la muestra por distintas aportaciones aparecidas en la prensa de la época.

Es precisamente su entrega al cante jondo lo que lleva a Núñez de Prado a escribir la obra que le ha concedido una mayor celebridad, Cantaores andaluces. Historias y Tragedias. "El interés de esta insólita obra la encontramos en la abundante información que suministra acerca de un gran número de cantaores del siglo XIX ─masculinos y femeninos─ que, de no haber sido por esta compilación, hubiesen pasado al más completo de los olvidos", subrayó la responsable de la Fundación Ruiz Luque.

Así, en la exposición que exhibe la Casa de las Aguas puede admirarse la primera edición de esta singular y novedosa obra, publicada en 1904. Curiosamente, tuvieron que pasar tres cuartos de siglo para que Cantaores andaluces. Historias y Tragedias volviera a ver la luz, con la edición facsímil que apareció en Sevilla en 1979, de una corta tirada y que comparte con la primera una extraordinaria rareza bibliográfica. "El interés que despertó esta obra impulsó otras ediciones, como la patrocinada por la Universidad de Cádiz, en 1987", apunta Elena Bellido.

AGUAS DE MONTILLA

Establecido en Barcelona desde los primeros años del siglo pasado y hasta sus últimos días, la creación literaria de Guillermo Núñez de Prado se centró fundamentalmente en la producción de una veintena de títulos de novelas, que se encuentran expuestas en esta muestra, así como en la traducción al español de las obras del autor británico Samuel Smiles.

Pese a que Guillermo Núñez de Prado se ausentó de Montilla desde joven, nunca perdió su vinculación con la tierra que lo vio nacer. De hecho, la celebración del tercer centenario de la muerte de San Francisco Solano, en 1910, fue una extraordinaria ocasión para que el autor enviase unos versos que fueron recitados en una velada literaria, dedicados uno a El Gran Capitán y otro al patrón de Montilla. Ambos poemas pueden admirarse en la publicación que los recoge.

De vida cuando menos bohemia, Núñez de Prado frecuentaba las tabernas donde se reunían gitanos y artistas, recogiendo y redactando seguiriyas, soleares, malagueñas y guajiras en las que utilizaba frecuentemente vocablos en caló, que eran impresas en las publicaciones periódicas de la época y cantadas en cafés y tablaos. Y como detalla Pierre Molla en su obra El cante jondo, el autor montillano falleció "misteriosamente" el 6 de octubre de 1915 en Barcelona.

J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍAS: AYUNTAMIENTO DE MONTILLA

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