El fútbol es tan mágico como cruel. Ayer, en las Instalaciones Deportivas Municipales (IDM) Poniente de Córdoba, el Club Deportivo Apedem se dejó el alma en el campo, pero fue el Club Deportivo Los Califas Balompié el que celebró un triunfo por la mínima (1-0) gracias a una serie de infortunios y decisiones arbitrales que marcaron el desenlace de un duelo que merecía otro guion.
Desde el pitido inicial, el equipo montillano fue el claro dominador del encuentro. Con un fútbol fluido y vistoso, especialmente por la banda izquierda, los visitantes tejían jugada tras jugada, arrinconando a un rival que apenas podía contener las acometidas. Sin embargo, la pólvora mojada fue el principal enemigo del Apedem, que vio cómo una ocasión clarísima, un mano a mano con el portero, Miguel Ángel Chica, se escapaba sin concretarse.
La segunda mitad mantuvo la misma tónica, pero el minuto 56 fue un punto de inflexión que cambió el rumbo del partido. Edu Rueda, tras una rigurosa decisión arbitral, vio la segunda tarjeta amarilla, dejando al Apedem con diez jugadores. A pesar de la adversidad, los montillanos no bajaron los brazos. Machu estuvo a punto de adelantar a su equipo con un disparo que se estrelló en el palo tras una magnífica internada por la derecha.
El desenlace fue el colmo de la injusticia. En el tiempo de descuento, el árbitro señaló una inexistente falta en el centro del campo a favor de Los Califas. De esa acción nació un gol fortuito tras varios rebotes en el área, justo antes de que el colegiado decretara el final del encuentro. La desolación en el banquillo montillano contrastaba con la alegría local, pero el análisis frío del partido dejó claro que los méritos deportivos estuvieron de lado del Apedem.
Pese a la derrota, el equipo de Montilla demostró una intensidad y un carácter que serán sin duda claves para afrontar lo que resta de temporada. El fútbol les debe una, pero lo importante es que, más allá del resultado, recuperaron la esencia competitiva necesaria para esta exigente categoría.
Desde el pitido inicial, el equipo montillano fue el claro dominador del encuentro. Con un fútbol fluido y vistoso, especialmente por la banda izquierda, los visitantes tejían jugada tras jugada, arrinconando a un rival que apenas podía contener las acometidas. Sin embargo, la pólvora mojada fue el principal enemigo del Apedem, que vio cómo una ocasión clarísima, un mano a mano con el portero, Miguel Ángel Chica, se escapaba sin concretarse.
La segunda mitad mantuvo la misma tónica, pero el minuto 56 fue un punto de inflexión que cambió el rumbo del partido. Edu Rueda, tras una rigurosa decisión arbitral, vio la segunda tarjeta amarilla, dejando al Apedem con diez jugadores. A pesar de la adversidad, los montillanos no bajaron los brazos. Machu estuvo a punto de adelantar a su equipo con un disparo que se estrelló en el palo tras una magnífica internada por la derecha.
El desenlace fue el colmo de la injusticia. En el tiempo de descuento, el árbitro señaló una inexistente falta en el centro del campo a favor de Los Califas. De esa acción nació un gol fortuito tras varios rebotes en el área, justo antes de que el colegiado decretara el final del encuentro. La desolación en el banquillo montillano contrastaba con la alegría local, pero el análisis frío del partido dejó claro que los méritos deportivos estuvieron de lado del Apedem.
Pese a la derrota, el equipo de Montilla demostró una intensidad y un carácter que serán sin duda claves para afrontar lo que resta de temporada. El fútbol les debe una, pero lo importante es que, más allá del resultado, recuperaron la esencia competitiva necesaria para esta exigente categoría.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
FOTOGRAFÍA: C.D. APEDEM
FOTOGRAFÍA: C.D. APEDEM