Montilla Digital se hace eco en su Buzón del Lector de la carta abierta de un vecino de Montilla sobre el nuevo carril bici de la Avenida del Marqués de la Vega de Armijo. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico a la Redacción del periódico exponiendo su queja, comentario, sugerencia o relato. Si quiere, puede acompañar su mensaje de alguna fotografía.
Consultando alguna noticia de la época, por el año 2019 –es decir, casi ayer–, la Avenida del Marqués de la Vega de Armijo pudo estrenar un “espacio biosaludable” que incluia un “parque deportivo” y un “sendero peatonal” alrededor de la vía ferroviaria hasta el barrio de Santa María, en el que “los vecinos que lo deseen podrán realizar un recorrido seguro para practicar ejercicio”.
Con motivo de dicho estreno, las autoridades allí presentes pudieron alabar las bondades de dicha obra, afirmando a la vez que estos espacios forman parte de la estrategia de “hacer un municipio mucho más amable y acogedor (…) principalmente para las personas mayores”.
Más recientemente –es decir, hoy– la noticia es que con motivo de la Semana Europea de la Movilidad, el Ayuntamiento de Montilla celebra, entre otras actividades, la “inauguración oficiosa” –es decir, que habrá alguna más– de un tramo de “carril bici” que discurre por dicha avenida-carretera, en su margen coincidente con el espacio industrial donde se ubican el Parque de Bomberos, Bodegas Gracia, las gasolineras Cepsa y Q-H, y el espacio biosaludable anteriormente citado, hasta la estación de Renfe.
Una parte de dicho tramo, desde su inicio hasta la entrada a Bodegas Gracia, se ha materializado mediante la construcción de una plataforma de doble sentido y uso exclusivo para este tipo de vehículos, y otro mediante señalización sobre el acerado del espacio biosaludable.
Una persistente y razonable reivindicación de los ciudadanos en general y, en particular, de los vecinos del Barrio de Santa María, Pedro Ximénez y zonas aledañas, siempre ha sido la construcción de un acerado justamente por donde discurre el “carril bici” de nueva implantación, con el fin de mejorar la comunicación y las condiciones de accesibilidad entre dicho barrio y la zona de la estación de Renfe, pues dichas condiciones no se satisfacen con el acerado de la avenida existente en su margen opuesta, al estar atravesado en la mayor parte de su trazado por múltiples accesos de vehículos, en muchos casos pesados y de paso frecuente, debido a la actividad de la gasolinera Fuel-Energy y otras industrias y negocios.
Por otra parte, por lo que respecta al tramo del “carril bici señalizado” sobre el acerado que separa el “espacio biosaludable” de la calzada de la avenida-carretera, se ha reducido casi hasta su eliminación la franja peatonal, resultando tramos, como en el paso de la gasolinera Cepsa –donde su anchura se reduce a unos 50 o 60 centímetros– y otros de mayor anchura, en cuyo eje se ubican los postes de alumbrado y señalizaciones varias, estrangulándose el paso en estos puntos hasta una anchura similar a la anterior, incumpliendo de esta manera la normativa vigente sobre accesibilidad y generando a la vez para el peatón la posibilidad de ser arrollado por vehículos que circulan por la calzada o por el “carril bici”, máxime para las personas mayores usuarias del “espacio biosaludable” afectado.
De la misma manera que no se puede soplar y sorber al mismo tiempo, parece evidente la incompatibilidad en este tramo del “espacio biosaludable”, el “carril bici señalizado” y el acerado como se pretenden conjugar, de modo que una de las dos actuaciones, la de 2018-2019 o la actual, ha resultado ser poco afortunada y, menos aún, ha contribuido a que el municipio sea por ello “más amable y acogedor (...) principalmente para las personas mayores”.
En definitiva, puede que la solución dada mejore las condiciones de seguridad de los usuarios de las bicicletas o de los patinetes, pero ello no ha de ser, bajo ningún concepto, en perjuicio de los viandantes, que ven por una parte como se les priva de su razonable reivindicación de un nuevo acerado y, por otra, como los espacios a ellos destinados han de ser compartidos con vehículos, incluso con riesgo de su seguridad.
Nadie duda de que la bicicleta o el patinete, usados en el espacio adecuado y con la debida prudencia, son individual y colectivamente beneficiosos frente a los demás vehículos motorizados, pero lo es aún más el disponer de espacios amplios y seguros por los que poder simplemente caminar sin miedos ni sobresaltos.
Y a este respecto, al menos hasta ahora, salvo alguna lamentable singularidad, todos somos caminantes, pero no todos sabemos montar en bicicleta o en patinete. Es decir que, emulando la frase ya dicha por alguien en otro contexto, somos más.
Consultando alguna noticia de la época, por el año 2019 –es decir, casi ayer–, la Avenida del Marqués de la Vega de Armijo pudo estrenar un “espacio biosaludable” que incluia un “parque deportivo” y un “sendero peatonal” alrededor de la vía ferroviaria hasta el barrio de Santa María, en el que “los vecinos que lo deseen podrán realizar un recorrido seguro para practicar ejercicio”.
Con motivo de dicho estreno, las autoridades allí presentes pudieron alabar las bondades de dicha obra, afirmando a la vez que estos espacios forman parte de la estrategia de “hacer un municipio mucho más amable y acogedor (…) principalmente para las personas mayores”.
Más recientemente –es decir, hoy– la noticia es que con motivo de la Semana Europea de la Movilidad, el Ayuntamiento de Montilla celebra, entre otras actividades, la “inauguración oficiosa” –es decir, que habrá alguna más– de un tramo de “carril bici” que discurre por dicha avenida-carretera, en su margen coincidente con el espacio industrial donde se ubican el Parque de Bomberos, Bodegas Gracia, las gasolineras Cepsa y Q-H, y el espacio biosaludable anteriormente citado, hasta la estación de Renfe.
Una parte de dicho tramo, desde su inicio hasta la entrada a Bodegas Gracia, se ha materializado mediante la construcción de una plataforma de doble sentido y uso exclusivo para este tipo de vehículos, y otro mediante señalización sobre el acerado del espacio biosaludable.
Una persistente y razonable reivindicación de los ciudadanos en general y, en particular, de los vecinos del Barrio de Santa María, Pedro Ximénez y zonas aledañas, siempre ha sido la construcción de un acerado justamente por donde discurre el “carril bici” de nueva implantación, con el fin de mejorar la comunicación y las condiciones de accesibilidad entre dicho barrio y la zona de la estación de Renfe, pues dichas condiciones no se satisfacen con el acerado de la avenida existente en su margen opuesta, al estar atravesado en la mayor parte de su trazado por múltiples accesos de vehículos, en muchos casos pesados y de paso frecuente, debido a la actividad de la gasolinera Fuel-Energy y otras industrias y negocios.
Por otra parte, por lo que respecta al tramo del “carril bici señalizado” sobre el acerado que separa el “espacio biosaludable” de la calzada de la avenida-carretera, se ha reducido casi hasta su eliminación la franja peatonal, resultando tramos, como en el paso de la gasolinera Cepsa –donde su anchura se reduce a unos 50 o 60 centímetros– y otros de mayor anchura, en cuyo eje se ubican los postes de alumbrado y señalizaciones varias, estrangulándose el paso en estos puntos hasta una anchura similar a la anterior, incumpliendo de esta manera la normativa vigente sobre accesibilidad y generando a la vez para el peatón la posibilidad de ser arrollado por vehículos que circulan por la calzada o por el “carril bici”, máxime para las personas mayores usuarias del “espacio biosaludable” afectado.
De la misma manera que no se puede soplar y sorber al mismo tiempo, parece evidente la incompatibilidad en este tramo del “espacio biosaludable”, el “carril bici señalizado” y el acerado como se pretenden conjugar, de modo que una de las dos actuaciones, la de 2018-2019 o la actual, ha resultado ser poco afortunada y, menos aún, ha contribuido a que el municipio sea por ello “más amable y acogedor (...) principalmente para las personas mayores”.
En definitiva, puede que la solución dada mejore las condiciones de seguridad de los usuarios de las bicicletas o de los patinetes, pero ello no ha de ser, bajo ningún concepto, en perjuicio de los viandantes, que ven por una parte como se les priva de su razonable reivindicación de un nuevo acerado y, por otra, como los espacios a ellos destinados han de ser compartidos con vehículos, incluso con riesgo de su seguridad.
Nadie duda de que la bicicleta o el patinete, usados en el espacio adecuado y con la debida prudencia, son individual y colectivamente beneficiosos frente a los demás vehículos motorizados, pero lo es aún más el disponer de espacios amplios y seguros por los que poder simplemente caminar sin miedos ni sobresaltos.
Y a este respecto, al menos hasta ahora, salvo alguna lamentable singularidad, todos somos caminantes, pero no todos sabemos montar en bicicleta o en patinete. Es decir que, emulando la frase ya dicha por alguien en otro contexto, somos más.
PEDRO JIMÉNEZ CRUZ
FOTOGRAFÍAS: PEDRO JIMÉNEZ CRUZ
FOTOGRAFÍAS: PEDRO JIMÉNEZ CRUZ
NOTA: Los comentarios publicados en el Buzón del Lector no representan la opinión de Andalucía Digital. En ese sentido, este periódico no hace necesariamente suyas las denuncias, quejas o sugerencias recogidas en este espacio y que han sido enviadas por sus lectores.
