Camino de sus bodas de oro, la Cata Flamenca de Montilla cumplió anoche con su ritual tradicional de ofrecer durante más de siete horas un carrusel de cantaores, guitarristas y bailaoras que reunió a unas 600 personas en el complejo sociocultural de Envidarte.
El Ayuntamiento de Montilla, con la inestimable colaboración de la Peña Flamenca El Lucero, otorgaba anoche a la Cata Flamenca, en su 49.ª edición, las llaves de entrada a la intensa programación festiva que se concentra en el septiembre montillano en torno a la vendimia de Montilla, un momento especial para la ciudad que, cada año, gana en eventos que hacen del enoturismo la excusa perfecta para visitar la localidad.
Con cada entrada, su catavino y su botella de fino. El mejor prólogo para una noche especial, de cante hondo, sentimiento sobre el escenario y pasión entre el público. No en vano, el tablao que desde 1970 se ha instalado en diferentes bodegas y espacios vinculados con el vino de la zona Montilla-Moriles ha acogido a las más grandes figuras del cante y del baile, como Antonio Mairena, Enrique Morente, Fosforito, El Lebrijano, Antonio el Bailarín, Camarón de la Isla, Paco de Lucía o, más recientemente, la cantaora Mayte Martín, el guitarrista Paco Cepero o el bailaor Juan Manuel Fernández Montoya, más conocido como Farruquito.
Con Antonio Varo Baena como maestro de ceremonias, el montillano Antonio Mejías, asistido en las cuerdas flamencas por Luis Medina, fue el encargado de abrir el telón a un espectáculo por el que pasaron también La Macanita, Pedro El Granaino, Rafael de Utrera y Jesús Méndez, acompañados por las guitarras de Manuel Valencia, Patrocinio Hijo, Pepe Fernández y Pepe del Morao. Al baile, Carmen Lozano y su grupo firmaron el fin de fiesta a la velada.
El Ayuntamiento de Montilla, con la inestimable colaboración de la Peña Flamenca El Lucero, otorgaba anoche a la Cata Flamenca, en su 49.ª edición, las llaves de entrada a la intensa programación festiva que se concentra en el septiembre montillano en torno a la vendimia de Montilla, un momento especial para la ciudad que, cada año, gana en eventos que hacen del enoturismo la excusa perfecta para visitar la localidad.
Con cada entrada, su catavino y su botella de fino. El mejor prólogo para una noche especial, de cante hondo, sentimiento sobre el escenario y pasión entre el público. No en vano, el tablao que desde 1970 se ha instalado en diferentes bodegas y espacios vinculados con el vino de la zona Montilla-Moriles ha acogido a las más grandes figuras del cante y del baile, como Antonio Mairena, Enrique Morente, Fosforito, El Lebrijano, Antonio el Bailarín, Camarón de la Isla, Paco de Lucía o, más recientemente, la cantaora Mayte Martín, el guitarrista Paco Cepero o el bailaor Juan Manuel Fernández Montoya, más conocido como Farruquito.
Con Antonio Varo Baena como maestro de ceremonias, el montillano Antonio Mejías, asistido en las cuerdas flamencas por Luis Medina, fue el encargado de abrir el telón a un espectáculo por el que pasaron también La Macanita, Pedro El Granaino, Rafael de Utrera y Jesús Méndez, acompañados por las guitarras de Manuel Valencia, Patrocinio Hijo, Pepe Fernández y Pepe del Morao. Al baile, Carmen Lozano y su grupo firmaron el fin de fiesta a la velada.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
FOTOGRAFÍAS: AYUNTAMIENTO DE MONTILLA
FOTOGRAFÍAS: AYUNTAMIENTO DE MONTILLA
