Manuel Portero Laguna protagoniza hasta el próximo sábado 31 de agosto la nueva propuesta de A pie de calle, el proyecto que el propio artista montillano impulsa con el objetivo de acercar la cultura al público de la localidad. De este modo, el escaparate de Nude –un establecimiento situado en el número 35 de la calle Corredera– acoge desde hace unos días 1995, un assemblage de 75 x 50 centímetros en el que cada pieza o fragmento que lo componen procede "de la búsqueda en lugares-espacios-contenedores destinados a su eliminación" y que su creador ha podido sacar a la luz para darles otra segunda vida.
De este modo, la pieza que protagoniza este mes el proyecto A pie de calle evoca para Manuel Portero Laguna "un yacimiento arqueológico donde cada trozo que encuentras es una fiesta". Así las cosas, elementos de madera en apariencia inertes, con diferentes texturas y colores, cobran vida en las manos de este artista montillano reconocido por sus assemblages de marcada impronta geométrica, normalmente en pequeño y mediano pequeño formato y, generalmente, sobre soportes de madera.
En efecto, las composiciones geométricas que se han convertido en santo y seña de Manuel Portero son, en realidad, "una lograda gradación de metáforas visuales que aparecen estrechamente ligadas a un inquietante, por desmandado, esfuerzo pictórico: de un lado, la geometría y sus suertes; de otro, fijar, en múltiples combinatorias, la gravedad y la gracia del lance geométrico", en palabras de Pisco Lira.
En este caso, 1995 brinda un nuevo escenario de geometrías sobre maderas de muy diversa procedencia, que desembocan en lo que el propio Pisco Lira definió hace años como "geometría pintada", una tarea en la que Manuel Portero viene insistiendo, desde hace ya bastante tiempo, "sobre la construcción del color y la línea, los planos en la geometría y la pintura, junto a las varias tectónicas de la madera, abundando también en los vínculos entre los oficios, la pintura, la poesía visual y la geometría".
Nacido en Montilla hace 70 años, Manuel Portero Laguna es un artista autodidacta que hizo sus primeros pinitos pintando al natural. Tras experimentar con las acuarelas, pronto se centraría en la técnica del collage. No obstante, en los últimos años, este arquitecto de la abstracción se ha especializado en los assemblages, esas obras tridimensionales que lo hacen tan reconocible y que, a juicio de Pisco Lira, son reflejo de "una geometría lírica de buen calado".
De este modo, la pieza que protagoniza este mes el proyecto A pie de calle evoca para Manuel Portero Laguna "un yacimiento arqueológico donde cada trozo que encuentras es una fiesta". Así las cosas, elementos de madera en apariencia inertes, con diferentes texturas y colores, cobran vida en las manos de este artista montillano reconocido por sus assemblages de marcada impronta geométrica, normalmente en pequeño y mediano pequeño formato y, generalmente, sobre soportes de madera.
En efecto, las composiciones geométricas que se han convertido en santo y seña de Manuel Portero son, en realidad, "una lograda gradación de metáforas visuales que aparecen estrechamente ligadas a un inquietante, por desmandado, esfuerzo pictórico: de un lado, la geometría y sus suertes; de otro, fijar, en múltiples combinatorias, la gravedad y la gracia del lance geométrico", en palabras de Pisco Lira.
En este caso, 1995 brinda un nuevo escenario de geometrías sobre maderas de muy diversa procedencia, que desembocan en lo que el propio Pisco Lira definió hace años como "geometría pintada", una tarea en la que Manuel Portero viene insistiendo, desde hace ya bastante tiempo, "sobre la construcción del color y la línea, los planos en la geometría y la pintura, junto a las varias tectónicas de la madera, abundando también en los vínculos entre los oficios, la pintura, la poesía visual y la geometría".
Nacido en Montilla hace 70 años, Manuel Portero Laguna es un artista autodidacta que hizo sus primeros pinitos pintando al natural. Tras experimentar con las acuarelas, pronto se centraría en la técnica del collage. No obstante, en los últimos años, este arquitecto de la abstracción se ha especializado en los assemblages, esas obras tridimensionales que lo hacen tan reconocible y que, a juicio de Pisco Lira, son reflejo de "una geometría lírica de buen calado".
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: FRANCIS SALAS (ARCHIVO)
FOTOGRAFÍA: FRANCIS SALAS (ARCHIVO)
