El Ayuntamiento de Montilla está hoy de aniversario. Y es que tal día como hoy, pero de 1894, el Consistorio recibía oficialmente, por decreto de la Reina Regente de España, María Cristina de Habsburgo-Lorena, el título de "Excelentísimo" que ostenta, por tanto, desde hace justo 130 años.
Tal y como detalla el historiador Antonio Luis Jiménez Barranco en Perfiles montillanos, la dignidad de "Excelencia" le fue concedida al Ayuntamiento el martes 8 de mayo de 1894, día en que María Cristina de Austria, en nombre de su hijo Alfonso XIII, firmaba el Real Decreto que había impulsado el ministro de la Gobernación, Alberto Aguilera y Velasco, a instancias de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Montilla, por mediación de Antonio Aguilar y Correa, marqués de la Vega de Armijo y principal valedor de la estación de ferrocarril de la localidad.
La noticia de la concesión de esta merced a la ciudad de Montilla fue ampliamente difundida por la prensa de ámbito nacional, tal y como constatan las ediciones del 9 de mayo de 1894 de cabeceras madrileñas como El imparcial, El Día y La Correspondencia de España, así como el rotativo barcelonés La Vanguardia, que mantiene su actividad a día de hoy.
La fecha de la concesión del título de "Excelentísimo" al Ayuntamiento de Montilla no es en absoluto casual. "El marqués de la Vega de Armijo aceleró la solicitud de la Real Sociedad Económica de Amigos del País ante el ministro de la Gobernación, argumentando la reciente beatificación del Maestro Juan de Ávila, así como las repercusiones que este nombramiento iba a tener sobre Montilla", explica Antonio Luis Jiménez, quien recuerda que el conocido como Apóstol de Andalucía había sido elevado a los altares por el Papa León XIII apenas unos días antes: el 15 de abril de 1894.
"Para tal ocasión se trasladaron hasta Roma más de 7.000 españoles, entre los que había varios montillanos y, tras conocer la noticia, las autoridades locales impulsaron una comisión organizadora copresidida por el arcipreste José de los Ángeles y Salas y el alcalde Miguel Márquez del Real", detalla el historiador.
Según Antonio Luis Jiménez, la beatificación del Venerable Maestro Juan de Ávila se festejó por todo lo alto en Montilla entre los días 10 y 12 de mayo de 1894. "La ciudad fue bellamente adornada bajo la dirección de José Morte Molina, especialmente los lugares avilistas, las fachadas de la iglesia de San Francisco de Asís y la ermita de Nuestra Señora de la Paz, así como las calles San Juan de Dios y Corredera, en cuyos extremos se colocaron dos arcos triunfales", explica el autor de Perfiles montillanos.
La inauguración y clausura de las fiestas corrió a cargo del clérigo montillano Miguel Riera de los Ángeles, arcipreste de la Catedral de Sevilla, que presidió una solemne función religiosa en la Parroquia de Santiago Apóstol. "Fueron tres jornadas festivas en Montilla, con grandes funciones religiosas y procesiones, así como actividades teatrales, literarias, musicales y hasta corridas de toros", asegura Antonio Luis Jiménez, sobre la base de la crónica que elaboró Dámaso Delgado López, cronista de la ciudad.
En efecto, la Crónica de los festejos en Montilla por la Beatificación del V. Maestro Juan de Ávila y la Vida del mismo y su Proceso vio la luz en la imprenta montillana El Progreso al año siguiente. En sus 148 páginas, Dámaso Delgado incluyó, además de una detallada recopilación de todo lo acontecido en aquellos días, un estudio preliminar sobre el Marquesado de Priego y Montilla, junto con una biografía de Juan de Ávila y un análisis histórico sobre el sepulcro del nuevo beato.
"Con ocasión de la beatificación del Maestro Ávila, el nombre de la ciudad de Montilla fue leído y conocido dentro y fuera de nuestras fronteras y los montillanos de finales del siglo XIX vieron en aquel acontecimiento la oportunidad de dar a conocer su ciudad a los miles de peregrinos que se acercaron hasta el sepulcro del Apóstol de Andalucía a venerar sus reliquias", resalta Antonio Luis Jiménez.
El Ayuntamiento de Montilla "devolvería" el honor recibido gracias a la beatificación del Maestro Ávila 125 años después, mediante la concesión del título de Hijo Adoptivo de la ciudad al Doctor de la Iglesia Universal, una distinción que pretendía poner en valor la dimensión intelectual, eclesial y espiritual del asceta manchego.
La Parroquia de Santiago Apóstol acogió el acto de nombramiento de San Juan de Ávila como Hijo Adoptivo de Montilla, que contó con la presencia del cardenal Beniamino Stella, prefecto de la Congregación para el Clero; el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández; y el alcalde de Montilla, Rafael Llamas.
De este modo, el título de Excelentísimo que ostenta el Ayuntamiento de Montilla está íntimamente ligado a San Juan de Ávila, figura clave del Siglo de Oro español y fundador de centros de Teología y Humanidades en Baeza, Granada y Córdoba, así como de varios colegios en Jerez, Priego, Montilla, Úbeda, Sevilla, Alcalá de Guadaira, Palma del Río y Écija. Sus reliquias presiden el altar de La Encarnación, una iglesia situada en la calle Corredera cuya construcción comenzó en 1726 y que, por diversos avatares históricos, no fue concluida hasta 1949.
Orientador espiritual de San Francisco de Borja, San Ignacio de Loyola, Santa Teresa de Jesús y Fray Luis de Granada, este montillano adoptivo preparó escritos y memoriales para los concilios de Trento y Toledo, contribuyendo en gran medida a la posición preeminente que ostentó la localidad durante el Siglo de Oro.
Tal y como detalla el historiador Antonio Luis Jiménez Barranco en Perfiles montillanos, la dignidad de "Excelencia" le fue concedida al Ayuntamiento el martes 8 de mayo de 1894, día en que María Cristina de Austria, en nombre de su hijo Alfonso XIII, firmaba el Real Decreto que había impulsado el ministro de la Gobernación, Alberto Aguilera y Velasco, a instancias de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Montilla, por mediación de Antonio Aguilar y Correa, marqués de la Vega de Armijo y principal valedor de la estación de ferrocarril de la localidad.
La noticia de la concesión de esta merced a la ciudad de Montilla fue ampliamente difundida por la prensa de ámbito nacional, tal y como constatan las ediciones del 9 de mayo de 1894 de cabeceras madrileñas como El imparcial, El Día y La Correspondencia de España, así como el rotativo barcelonés La Vanguardia, que mantiene su actividad a día de hoy.
La fecha de la concesión del título de "Excelentísimo" al Ayuntamiento de Montilla no es en absoluto casual. "El marqués de la Vega de Armijo aceleró la solicitud de la Real Sociedad Económica de Amigos del País ante el ministro de la Gobernación, argumentando la reciente beatificación del Maestro Juan de Ávila, así como las repercusiones que este nombramiento iba a tener sobre Montilla", explica Antonio Luis Jiménez, quien recuerda que el conocido como Apóstol de Andalucía había sido elevado a los altares por el Papa León XIII apenas unos días antes: el 15 de abril de 1894.
"Para tal ocasión se trasladaron hasta Roma más de 7.000 españoles, entre los que había varios montillanos y, tras conocer la noticia, las autoridades locales impulsaron una comisión organizadora copresidida por el arcipreste José de los Ángeles y Salas y el alcalde Miguel Márquez del Real", detalla el historiador.
Según Antonio Luis Jiménez, la beatificación del Venerable Maestro Juan de Ávila se festejó por todo lo alto en Montilla entre los días 10 y 12 de mayo de 1894. "La ciudad fue bellamente adornada bajo la dirección de José Morte Molina, especialmente los lugares avilistas, las fachadas de la iglesia de San Francisco de Asís y la ermita de Nuestra Señora de la Paz, así como las calles San Juan de Dios y Corredera, en cuyos extremos se colocaron dos arcos triunfales", explica el autor de Perfiles montillanos.
La inauguración y clausura de las fiestas corrió a cargo del clérigo montillano Miguel Riera de los Ángeles, arcipreste de la Catedral de Sevilla, que presidió una solemne función religiosa en la Parroquia de Santiago Apóstol. "Fueron tres jornadas festivas en Montilla, con grandes funciones religiosas y procesiones, así como actividades teatrales, literarias, musicales y hasta corridas de toros", asegura Antonio Luis Jiménez, sobre la base de la crónica que elaboró Dámaso Delgado López, cronista de la ciudad.
En efecto, la Crónica de los festejos en Montilla por la Beatificación del V. Maestro Juan de Ávila y la Vida del mismo y su Proceso vio la luz en la imprenta montillana El Progreso al año siguiente. En sus 148 páginas, Dámaso Delgado incluyó, además de una detallada recopilación de todo lo acontecido en aquellos días, un estudio preliminar sobre el Marquesado de Priego y Montilla, junto con una biografía de Juan de Ávila y un análisis histórico sobre el sepulcro del nuevo beato.
"Con ocasión de la beatificación del Maestro Ávila, el nombre de la ciudad de Montilla fue leído y conocido dentro y fuera de nuestras fronteras y los montillanos de finales del siglo XIX vieron en aquel acontecimiento la oportunidad de dar a conocer su ciudad a los miles de peregrinos que se acercaron hasta el sepulcro del Apóstol de Andalucía a venerar sus reliquias", resalta Antonio Luis Jiménez.
El Ayuntamiento de Montilla "devolvería" el honor recibido gracias a la beatificación del Maestro Ávila 125 años después, mediante la concesión del título de Hijo Adoptivo de la ciudad al Doctor de la Iglesia Universal, una distinción que pretendía poner en valor la dimensión intelectual, eclesial y espiritual del asceta manchego.
La Parroquia de Santiago Apóstol acogió el acto de nombramiento de San Juan de Ávila como Hijo Adoptivo de Montilla, que contó con la presencia del cardenal Beniamino Stella, prefecto de la Congregación para el Clero; el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández; y el alcalde de Montilla, Rafael Llamas.
De este modo, el título de Excelentísimo que ostenta el Ayuntamiento de Montilla está íntimamente ligado a San Juan de Ávila, figura clave del Siglo de Oro español y fundador de centros de Teología y Humanidades en Baeza, Granada y Córdoba, así como de varios colegios en Jerez, Priego, Montilla, Úbeda, Sevilla, Alcalá de Guadaira, Palma del Río y Écija. Sus reliquias presiden el altar de La Encarnación, una iglesia situada en la calle Corredera cuya construcción comenzó en 1726 y que, por diversos avatares históricos, no fue concluida hasta 1949.
Orientador espiritual de San Francisco de Borja, San Ignacio de Loyola, Santa Teresa de Jesús y Fray Luis de Granada, este montillano adoptivo preparó escritos y memoriales para los concilios de Trento y Toledo, contribuyendo en gran medida a la posición preeminente que ostentó la localidad durante el Siglo de Oro.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
