La devoción y las plegarias forman parte indisoluble del primer viernes de marzo en Montilla. La localidad se viste de gala para celebrar tres singulares cultos que, inevitablemente, marcan la cuenta atrás para el esperado Viernes de Dolores y, finalmente, para la Semana de Pasión, en la que las hermandades y cofradías se funden con la primavera para dar lugar a estampas que permanecen vivas en la retina de muchos vecinos.
La Parroquia de Santiago Apóstol volvió a rendir ayer culto extraordinario al Santísimo Cristo de Medinaceli, una pequeña talla que data de mediados del siglo XX que evoca la popular imagen de Jesús de Nazaret que se venera en la Basílica de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli de Madrid.
De este modo, el templo mayor de Montilla recibió la visita de miles de devotos –tres mil, según las estimaciones de la propia Parroquia– que, de esta forma, ofrecieron una de las estampas más características de la Cuaresma montillana, al iluminar el templo con las características velas rojas que se prenden como ofrenda al Señor de Medinaceli.
La devoción al Santísimo Cristo de Medinaceli en Montilla es relativamente reciente y tiene su origen en María del Valle Baena Panadero, madre del médico y escritor Antonio Varo Baena, que decidió adquirir la imagen en Madrid para instaurar en su ciudad natal el ritual de postrarse ante la efigie para pedirle tres deseos de los que, según la tradición, se cumple uno.
A escasos metros de la Parroquia de Santiago Apóstol, en la Iglesia-Santuario de María Auxiliadora, la Cofradía del Santísimo Cristo de la Juventud en su Presentación al Pueblo, Nuestra Madre María de Nazaret y San Juan Bosco celebró desde las 10.00 de la mañana el devoto besamanos a sus titulares que, en esta ocasión, coincidía con el trigésimo aniversario de la bendición de la talla del Señor, obra del imaginero cordobés Miguel Ángel González Jurado.
Otro de los puntos neurálgicos de la Montilla cofrade en la jornada de ayer fue la Parroquia de San Francisco Solano, donde se expuso, junto al altar mayor, la singular imagen de El Rescatado, que recibía a los devotos de pie, maniatado y solo, evocando el momento en que los discípulos dejaron abandonado al Hijo de Dios tras ser prendido.
Por último, la Hermandad del Santísimo Cristo Resucitado y Nuestra Señora de La Paz quiso aprovechar el primer viernes de marzo para celebrar su tradicional Día de la Magdalena, una actividad que este año alcanzó su vigésima edición y que se llevó a cabo en un local de la calle Corredera, frente a la Basílica Menor Pontificia de San Juan de Ávila.
La Parroquia de Santiago Apóstol volvió a rendir ayer culto extraordinario al Santísimo Cristo de Medinaceli, una pequeña talla que data de mediados del siglo XX que evoca la popular imagen de Jesús de Nazaret que se venera en la Basílica de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli de Madrid.
De este modo, el templo mayor de Montilla recibió la visita de miles de devotos –tres mil, según las estimaciones de la propia Parroquia– que, de esta forma, ofrecieron una de las estampas más características de la Cuaresma montillana, al iluminar el templo con las características velas rojas que se prenden como ofrenda al Señor de Medinaceli.
La devoción al Santísimo Cristo de Medinaceli en Montilla es relativamente reciente y tiene su origen en María del Valle Baena Panadero, madre del médico y escritor Antonio Varo Baena, que decidió adquirir la imagen en Madrid para instaurar en su ciudad natal el ritual de postrarse ante la efigie para pedirle tres deseos de los que, según la tradición, se cumple uno.
A escasos metros de la Parroquia de Santiago Apóstol, en la Iglesia-Santuario de María Auxiliadora, la Cofradía del Santísimo Cristo de la Juventud en su Presentación al Pueblo, Nuestra Madre María de Nazaret y San Juan Bosco celebró desde las 10.00 de la mañana el devoto besamanos a sus titulares que, en esta ocasión, coincidía con el trigésimo aniversario de la bendición de la talla del Señor, obra del imaginero cordobés Miguel Ángel González Jurado.
Otro de los puntos neurálgicos de la Montilla cofrade en la jornada de ayer fue la Parroquia de San Francisco Solano, donde se expuso, junto al altar mayor, la singular imagen de El Rescatado, que recibía a los devotos de pie, maniatado y solo, evocando el momento en que los discípulos dejaron abandonado al Hijo de Dios tras ser prendido.
Por último, la Hermandad del Santísimo Cristo Resucitado y Nuestra Señora de La Paz quiso aprovechar el primer viernes de marzo para celebrar su tradicional Día de la Magdalena, una actividad que este año alcanzó su vigésima edición y que se llevó a cabo en un local de la calle Corredera, frente a la Basílica Menor Pontificia de San Juan de Ávila.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍAS: MONTILLA COFRADE
FOTOGRAFÍAS: MONTILLA COFRADE
