El Ayuntamiento de Montilla ha solicitado a la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía una "actuación urgente" para evitar la pérdida de agua en la Laguna de Jarata, un enclave que acaba de ser sometido a un proceso de restauración hidrológica y ambiental que, como avanzó Montilla Digital, ha contado con una inversión próxima a los 270.000 euros, cofinanciados por el Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (FEADER).
Las lluvias que se vienen registrando en Montilla desde el paso de la borrasca Karlotta a primeros de febrero –y que se dejaron notar especialmente el 15 de febrero– han permitido que la Laguna de Jarata recupere todo su esplendor.
Sin embargo, la persistencia de las precipitaciones ha puesto de manifiesto algunos problemas de drenaje y circulación de agua que han provocado el anegamiento parcial de un tramo del camino de Jarata, circunstancia que ya ha sido comunicada por parte del Consistorio a la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía.
"Como medida preventiva, y en tanto se adopta una solución definitiva, se han colocado escalas de nivel que muestran que la zona donde se ha acumulado el agua tiene unos 12 centímetros de profundidad", ha detallado a Montilla Digital la teniente de alcalde de Infraestructuras y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Montilla, Raquel Casado.
La primera valoración técnica sobre el terreno apunta a la necesidad de elevar el vado más próximo a la zona donde se concentra el agua, además de ampliar el vaso de acumulación al Este de la laguna. "También se ha planteado la posibilidad de redirigir algunos caños para que no aporten tanta agua al vaso principal", ha indicado Raquel Casado, quien ha elogiado la "excelente disposición" de los técnicos de la Junta y, en especial, de Juan de la Cruz Merino, director-conservador del Parque Natural Lagunas del Sur de Córdoba.
El proyecto de rehabilitación hidrológica y ambiental de la Laguna de Jarata ha consistido en la retirada de sedimentos, la restauración de la cubeta de inundación para albergar hasta 29.146 metros cúbicos de agua y la reforestación perimetral de la laguna con 1.766 ejemplares de 15 especies vegetales. Las obras han incluido la dotación de señales interpretativas, así como la construcción de una zona de recepción, un sendero y un observatorio de aves.
Con una extensión total de unas 13,4 hectáreas, el terreno sobre el que se asienta la laguna está formado por materiales impermeables pertenecientes al Triásico, muy similares a los de las diferentes lagunas del Sur de la provincia de Córdoba.
La presencia de sal en el suelo y su tendencia a encharcarse en época de lluvias favorecen la proliferación de tarajes, un arbusto perteneciente a la familia Tamaricaceae que se encuentra en el Mediterráneo occidental, aunque también son frecuentes los carrizos. No obstante, la especie más extendida es de carácter nitrófilo y halófilo. Esta vegetación era utilizada por diferentes aves para anidar, entre las que destacaban cigüeñas, ánades, avefrías, fochas, pollas de agua y limícolas o zancudas. También eran frecuentes los anfibios como sapos y ranas.
Las primeras referencias históricas documentadas sobre la Laguna de Jarata se remontan a 1528, tal y como constan en las Actas Capitulares del Ayuntamiento de Montilla, que aluden a la costumbre de repartir entre los dueños de ganado lanar los aguaderos del término municipal para que en ellos pudieran abrevarse los rebaños.
Varios documentos que se conservan en el Archivo Histórico Local también constatan que en la segunda mitad del siglo XX el paraje de Jarata se transformaba en una laguna, fundamentalmente durante los inviernos más lluviosos. Sin embargo, las captaciones de agua para las labores agrícolas provocaron la desecación de la zona.
Con todo, en el año 1996, uno de los más lluviosos del último siglo, el paraje de Jarata se volvió a encharcar, lo que llevó al Ayuntamiento de Montilla a plantearse la posibilidad de recuperar la laguna. Por ello, en mayo de 1997, el Consistorio solicitó una subvención para actividades de voluntariado ambiental, consistentes en la plantación de vegetación hidrófila en su entorno.
Las lluvias que se vienen registrando en Montilla desde el paso de la borrasca Karlotta a primeros de febrero –y que se dejaron notar especialmente el 15 de febrero– han permitido que la Laguna de Jarata recupere todo su esplendor.
Sin embargo, la persistencia de las precipitaciones ha puesto de manifiesto algunos problemas de drenaje y circulación de agua que han provocado el anegamiento parcial de un tramo del camino de Jarata, circunstancia que ya ha sido comunicada por parte del Consistorio a la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía.
"Como medida preventiva, y en tanto se adopta una solución definitiva, se han colocado escalas de nivel que muestran que la zona donde se ha acumulado el agua tiene unos 12 centímetros de profundidad", ha detallado a Montilla Digital la teniente de alcalde de Infraestructuras y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Montilla, Raquel Casado.
La primera valoración técnica sobre el terreno apunta a la necesidad de elevar el vado más próximo a la zona donde se concentra el agua, además de ampliar el vaso de acumulación al Este de la laguna. "También se ha planteado la posibilidad de redirigir algunos caños para que no aporten tanta agua al vaso principal", ha indicado Raquel Casado, quien ha elogiado la "excelente disposición" de los técnicos de la Junta y, en especial, de Juan de la Cruz Merino, director-conservador del Parque Natural Lagunas del Sur de Córdoba.
El proyecto de rehabilitación hidrológica y ambiental de la Laguna de Jarata ha consistido en la retirada de sedimentos, la restauración de la cubeta de inundación para albergar hasta 29.146 metros cúbicos de agua y la reforestación perimetral de la laguna con 1.766 ejemplares de 15 especies vegetales. Las obras han incluido la dotación de señales interpretativas, así como la construcción de una zona de recepción, un sendero y un observatorio de aves.
Con una extensión total de unas 13,4 hectáreas, el terreno sobre el que se asienta la laguna está formado por materiales impermeables pertenecientes al Triásico, muy similares a los de las diferentes lagunas del Sur de la provincia de Córdoba.
La presencia de sal en el suelo y su tendencia a encharcarse en época de lluvias favorecen la proliferación de tarajes, un arbusto perteneciente a la familia Tamaricaceae que se encuentra en el Mediterráneo occidental, aunque también son frecuentes los carrizos. No obstante, la especie más extendida es de carácter nitrófilo y halófilo. Esta vegetación era utilizada por diferentes aves para anidar, entre las que destacaban cigüeñas, ánades, avefrías, fochas, pollas de agua y limícolas o zancudas. También eran frecuentes los anfibios como sapos y ranas.
Las primeras referencias históricas documentadas sobre la Laguna de Jarata se remontan a 1528, tal y como constan en las Actas Capitulares del Ayuntamiento de Montilla, que aluden a la costumbre de repartir entre los dueños de ganado lanar los aguaderos del término municipal para que en ellos pudieran abrevarse los rebaños.
Varios documentos que se conservan en el Archivo Histórico Local también constatan que en la segunda mitad del siglo XX el paraje de Jarata se transformaba en una laguna, fundamentalmente durante los inviernos más lluviosos. Sin embargo, las captaciones de agua para las labores agrícolas provocaron la desecación de la zona.
Con todo, en el año 1996, uno de los más lluviosos del último siglo, el paraje de Jarata se volvió a encharcar, lo que llevó al Ayuntamiento de Montilla a plantearse la posibilidad de recuperar la laguna. Por ello, en mayo de 1997, el Consistorio solicitó una subvención para actividades de voluntariado ambiental, consistentes en la plantación de vegetación hidrófila en su entorno.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍAS: AYUNTAMIENTO DE MONTILLA
FOTOGRAFÍAS: AYUNTAMIENTO DE MONTILLA