El 3 de agosto pasado fallecía en Londres uno de los grandes hispanistas británicos, Edward Cooper, un gran amigo al que nunca olvidaré por el gran apoyo que nos prestó a la Asociación para la Defensa del Patrimonio en pro de la conservación del castillo de Alburquerque (Badajoz).
De la noticia de su fallecimiento apenas se encargaron los medios de información de nuestro país, quizás porque su rama de especialidad, la castellología, no era tan popular como la que trabajaron otros hispanistas británicos como, por ejemplo, John Elliott, Paul Preston, Hugh Thomas, Gerald Brenan o Henry Kamen.
Y lo curioso es que España es un país lleno de castillos, unos 10.000 según la Asociación Española de Amigos de los Castillos. Pero parece que a la gente apenas le interesa la arquitectura de las fortalezas y castillos medievales, más allá de verlos en películas o saber algunos detalles si el lugar en el que se vive cuenta con uno de ellos.
Sin embargo, la pasión de Edward Cooper por las fortalezas hispanas fue un tanto sorprendente, pues cuando le propuso a su director de tesis, John Elliott, allá por los años sesenta del siglo pasado, que quería hacerlo sobre los castillos del Reino de Castilla no dejó de asombrarle, pues tenía que visitar y estar pateando una nación que vivía bajo una dictadura tan anacrónica y retrasada culturalmente como era la franquista.
Pero esto no lo arredró, de modo que con su cámara fotográfica y su bloc de notas se vino a este país, comenzando precisamente por los castillos que se encuentran en el entorno de Alburquerque (Castillo de Luna, Azagala y Piedrabuena). Sería, pues, el comienzo de un largo e intenso trabajo del que no desfalleció nunca, por lo que acabó convirtiéndose en el autor de referencia de las fortalezas hispanas.
He hablado de él en un par de ocasiones en este medio: Hispanistas británicos y Don Álvaro de Luna y el castillo de La Coracera. También en el libro Vida y muerte de don Álvaro de Luna le dediqué un capítulo a su persona. Y ahora, puesto que su figura de investigador de los castillos de España es inmensa, me ha parecido conveniente presentar de manera breve los libros que publicó para que veamos que nos encontramos con la máxima autoridad en castellología en nuestro país.
Tal como he indicado, Edward Cooper llegó a nuestro pueblo a mediados de los sesenta, para comenzar su tesis doctoral sobre las fortalezas del Reino de Castilla. Por aquellos años, estuvo visitando castillos, haciendo fotografías, tomando notas, consultando y escribiendo. Como resultado de esa larga actividad, en 1991, salió editado todo ese ingente trabajo en cuatro volúmenes con el título de Castillos Señoriales en la Corona de Castilla.
Ese trabajo, al que yo llamo “la Biblia de los castillos del Reino de Castilla”, dado que allí aparecen con todo detalle tanto la arquitectura como la historia de los personajes relacionados con esas fortalezas, fue publicado por la Junta de Castilla y León. En la actualidad, la edición está agotada, por lo que solo unos privilegiados tienen esos cuatro volúmenes.
Pero este gran hispanista no se contentaría con el estudio de las fortalezas del Reino de Castilla, sino que continuó con su actividad incansable de investigación, de modo que lo amplió a la mayoría de las fortalezas esparcidas por España. Así, en 2014, vio la luz La fortificación de España en los siglos XIII y XIV. Son en total más de mil páginas, en la que encontramos un estudio minucioso de todas las fortalezas abordadas.
Su gran prestigio dentro de los historiadores medievalistas condujo a que presidiera los congresos internacionales celebrados en nuestro país cuando se trataba de los castillos. De ahí que muestre la portada de Arquitectura fortificada celebrado en la Comunidad de Castilla y León. Por otro lado, su interés por este reino dio lugar a un trabajo de investigación histórica sobre los Comuneros de Castilla, aparecido en 2019.
Seguramente, la obra más exhaustiva que ha visto la luz es Castillos de España, publicada por la editorial Everest en tres amplios volúmenes. En ella aparecen referenciados por Comunidades Autónomas todas fortalezas de nuestro país. Y, lógicamente, quien coordinó este enorme trabajo fue Edward Cooper.
Cierro, indicando que le echo mucho de menos a este amigo, y que, a pesar del rostro serio que muestra en esta fotografía que nos hicimos en el castillo de Alburquerque (de la que muestro un plano detalle), lo cierto es que tenía un gran sentido del humor, un humor británico que desplegaba cuando se sentía apreciado por la gente y el lugar en el que se encontraba.
De la noticia de su fallecimiento apenas se encargaron los medios de información de nuestro país, quizás porque su rama de especialidad, la castellología, no era tan popular como la que trabajaron otros hispanistas británicos como, por ejemplo, John Elliott, Paul Preston, Hugh Thomas, Gerald Brenan o Henry Kamen.
Y lo curioso es que España es un país lleno de castillos, unos 10.000 según la Asociación Española de Amigos de los Castillos. Pero parece que a la gente apenas le interesa la arquitectura de las fortalezas y castillos medievales, más allá de verlos en películas o saber algunos detalles si el lugar en el que se vive cuenta con uno de ellos.
Sin embargo, la pasión de Edward Cooper por las fortalezas hispanas fue un tanto sorprendente, pues cuando le propuso a su director de tesis, John Elliott, allá por los años sesenta del siglo pasado, que quería hacerlo sobre los castillos del Reino de Castilla no dejó de asombrarle, pues tenía que visitar y estar pateando una nación que vivía bajo una dictadura tan anacrónica y retrasada culturalmente como era la franquista.
Pero esto no lo arredró, de modo que con su cámara fotográfica y su bloc de notas se vino a este país, comenzando precisamente por los castillos que se encuentran en el entorno de Alburquerque (Castillo de Luna, Azagala y Piedrabuena). Sería, pues, el comienzo de un largo e intenso trabajo del que no desfalleció nunca, por lo que acabó convirtiéndose en el autor de referencia de las fortalezas hispanas.
He hablado de él en un par de ocasiones en este medio: Hispanistas británicos y Don Álvaro de Luna y el castillo de La Coracera. También en el libro Vida y muerte de don Álvaro de Luna le dediqué un capítulo a su persona. Y ahora, puesto que su figura de investigador de los castillos de España es inmensa, me ha parecido conveniente presentar de manera breve los libros que publicó para que veamos que nos encontramos con la máxima autoridad en castellología en nuestro país.
Tal como he indicado, Edward Cooper llegó a nuestro pueblo a mediados de los sesenta, para comenzar su tesis doctoral sobre las fortalezas del Reino de Castilla. Por aquellos años, estuvo visitando castillos, haciendo fotografías, tomando notas, consultando y escribiendo. Como resultado de esa larga actividad, en 1991, salió editado todo ese ingente trabajo en cuatro volúmenes con el título de Castillos Señoriales en la Corona de Castilla.
Ese trabajo, al que yo llamo “la Biblia de los castillos del Reino de Castilla”, dado que allí aparecen con todo detalle tanto la arquitectura como la historia de los personajes relacionados con esas fortalezas, fue publicado por la Junta de Castilla y León. En la actualidad, la edición está agotada, por lo que solo unos privilegiados tienen esos cuatro volúmenes.
Pero este gran hispanista no se contentaría con el estudio de las fortalezas del Reino de Castilla, sino que continuó con su actividad incansable de investigación, de modo que lo amplió a la mayoría de las fortalezas esparcidas por España. Así, en 2014, vio la luz La fortificación de España en los siglos XIII y XIV. Son en total más de mil páginas, en la que encontramos un estudio minucioso de todas las fortalezas abordadas.
Su gran prestigio dentro de los historiadores medievalistas condujo a que presidiera los congresos internacionales celebrados en nuestro país cuando se trataba de los castillos. De ahí que muestre la portada de Arquitectura fortificada celebrado en la Comunidad de Castilla y León. Por otro lado, su interés por este reino dio lugar a un trabajo de investigación histórica sobre los Comuneros de Castilla, aparecido en 2019.
Seguramente, la obra más exhaustiva que ha visto la luz es Castillos de España, publicada por la editorial Everest en tres amplios volúmenes. En ella aparecen referenciados por Comunidades Autónomas todas fortalezas de nuestro país. Y, lógicamente, quien coordinó este enorme trabajo fue Edward Cooper.
Cierro, indicando que le echo mucho de menos a este amigo, y que, a pesar del rostro serio que muestra en esta fotografía que nos hicimos en el castillo de Alburquerque (de la que muestro un plano detalle), lo cierto es que tenía un gran sentido del humor, un humor británico que desplegaba cuando se sentía apreciado por la gente y el lugar en el que se encontraba.
AURELIANO SÁINZ