Ir al contenido principal

La Asunción: símbolo de fe y resiliencia

Antoine de Saint-Exupéry, el escritor y aviador francés que alcanzó la fama universal gracias a El principito, afirmó una vez que "el hombre se descubre cuando se mide con un obstáculo". Y hace justo una década, la popular Barriada de El Gran Capitán tuvo la oportunidad –la necesidad, más bien– de descubrirse ante sus convecinos tras un terrible e inesperado obstáculo que, con el paso de los años, se terminaría convirtiendo en todo un símbolo de fe y resiliencia.


El reloj marcaba las 14.15 de la tarde del martes 1 de octubre de 2013 cuando un enorme estruendo sobresaltaba a los vecinos de las calles Doctor Raúl Porras, Doctor Fleming y Conde la Cortina. De manera completamente inesperada, parte de la cubierta de uno de los laterales de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción se desplomaba sobre el interior del templo, provocando daños de consideración en la imagen del Señor en la Santa Cena.

Aunque ya ha transcurrido una década desde aquel fatídico día en el que el cielo se abrió literalmente sobre la iglesia grande de las Casas Nuevas, el recuerdo todavía conmueve los corazones de muchos vecinos y feligreses que ayudaron con sus propias manos a levantar su parroquia alentado por el recordado Don Antonio Gómez.

La parroquia, un refugio espiritual para cientos de vecinos del barrio y para muchos cofrades de la Hermandad del Señor en la Santa Cena, María Santísima de la Estrella y Nuestra Señora de las Viñas, se estremecía con un crujido ensordecedor que rasgó el silencio de las Casas Nuevas en plena hora del almuerzo, pregonando así una tragedia que nadie había acertado a anticipar.

SIDEMON - Servicio Integral a la Dependencia

La techumbre de la iglesia, que durante años había dado cobijo a las oraciones y esperanzas de la comunidad, cedió sin previo aviso, en un momento en el que, por fortuna, el templo se encontraba cerrado al público. De inmediato, el Obispado de Córdoba decretó el cierre al culto de la parroquia, cuya cubierta se vino abajo tras quebrarse el forjado de su nave lateral derecha.

"Se escuchó una explosión, como un terremoto", indicó hace ahora diez años José Alfonso Bellido, que en el momento del suceso se encontraba trabajando en la panadería que hay justamente enfrente del lugar más afectado por el derrumbe. Y hasta allí se desplazaron dos dotaciones del Consorcio Provincial de Prevención y Extinción de Incendios y varias patrullas de la Policía Local que, de manera preventiva, acordonaron todo el perímetro de la iglesia, a donde se fueron agolpando vecinos de la barriada y miembros de la Hermandad de la Santa Cena y María Santísima de la Estrella.

"El forjado en la nave lateral afectada se ha partido por el centro porque ha fallado en resistencia, lo que ha provocado el hundimiento de media nave lateral", detallaba el responsable de Patrimonio de la Diócesis, Rafael Prados, quien calificó de "gravísimos" los daños estructurales que había sufrido el templo.


"Se aprecian fisuras por todos los demás forjados y por todas las escayolas que rodean la iglesia", comentó Prados, quien dio las instrucciones para que el templo fuera cerrado al culto, horas antes de la celebración de una misa funeral que tuvo que ser trasladada a la ermita de La Merced.

Tras el estupor y la desesperación iniciales, los miembros de la Hermandad del Señor en la Santa Cena, María Santísima de la Estrella y Nuestra Señora de las Viñas se pusieron manos a la obra para trasladar todos sus enseres tras el derrumbe y colaboraron durante toda la tarde con los bomberos para poner a buen recaudo imágenes de culto, lienzos y otros objetos de la parroquia y de la propia cofradía.

Desde el mismo momento en que el suceso se difundió por las redes sociales, la Hermandad de la Santa Cena comenzó a recibir infinidad de muestras de apoyo, tanto por parte de vecinos a título particular como de otras cofradías montillanas y de colectivos vinculados a la Semana Santa, como la Agrupación Musical La Unión, la Banda de Música Pascual Marquina o la Agrupación Musical Santa Vera Cruz de Castro del Río. A su vez, las actividades solidarias para recaudar fondos con los que sufragar los arreglos no dejaron de sucederse en las semanas posteriores.

SIDEMON - Servicio Integral a la Dependencia

El lógico desconcierto que provocó el derrumbe de la cubierta de La Asunción no impidió, sin embargo, que la vida parroquial siguiera adelante. De hecho, los cultos se trasladaron a un local ubicado en la Ronda del Canillo, que fue acondicionado para la impartición de todos los sacramentos y que comenzó a funcionar como templo provisional en la Navidad de 2013.

Tras descartar la necesidad de demoler la cubierta de la nave central, las obras que inició la Diócesis de Córdoba, y que se desarrollaron durante varios meses, se centraron en el entejado de todo el templo y en la sustitución de la cubierta de las dos naves laterales y de las dependencias parroquiales donde, además, se acometió una nueva distribución para la sacristía, los salones para los grupos y la guardería infantil anexa al templo.

Igualmente, las actuaciones –que contaron con un presupuesto próximo a los 240.000 euros– permitieron reforzar esta estructura, que había sufrido menos los problemas de infiltración de agua que, a juicio de un informe técnico elaborado posteriormente por el propio Obispado, podría haber causado el desplome de la techumbre más próxima a la calle Conde de la Cortina.

El templo reabre al culto casi 300 días después

Por fin, el domingo 27 de julio de 2014, 299 días después del fatídico desplome, el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, presidía la misa de Acción de Gracias que servía para reabrir al culto la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción.


Hasta la reciente edificación en el barrio de El Molinillo de la ermita de la Sagrada Familia, la parroquia de las Casas Nuevas era el templo más moderno de Montilla. Sus obras arrancaron en 1962, a instancias del párroco Antonio Gómez, y se inauguró siete años después, aunque su consagración no tuvo lugar hasta el año 1973, hace justamente cinco décadas.

La parroquia, que atiende a la numerosa feligresía del barrio de El Gran Capitán, cuenta con tres naves con techumbre plana y una cabecera semicircular, cuyo retablo está presidido por el Santísimo Cristo de la Paz, obra del imaginero cordobés Miguel Arjona Navarro, autor también de la talla de María Santísima de la Caridad en sus Tristezas.

J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
REPORTAJE GRÁFICO: FRANCIS SALAS
© 2020 Montilla Digital · Quiénes somos · C/ Fuente Álamo, 34 | 14550 Montilla (Córdoba) | montilladigital@gmail.com

Designed by Open Themes & Nahuatl.mx.