El Ayuntamiento de Montilla y el Museo Garnelo estarán presentes, a partir de mañana, en la exposición temporal que la Brigada “Guzmán el Bueno” X ha previsto inaugurar en el Oratorio de San Felipe de la capital cordobesa para conmemorar los Cuatro siglos de gestas españolas en ambos hemisferios (1492-1898) y, en concreto, en las islas de Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
De este modo, la muestra temporal, que podrá visitarse hasta el próximo 12 de noviembre, exhibirá Pro Patria Semper, un lienzo de gran formato concebido por José Garnelo y Alda en 1904 y que, desde hace algunos años, se muestra en el salón de plenos del Consistorio.
Tras la finalización de esta exposición temporal en Córdoba, la obra será trasladada definitivamente al Museo Garnelo, que en estos días ultima sus obras de remodelación con motivo de la llegada de 'La gruta de Lourdes', una de las creaciones más espectaculares de José Santiago Garnelo y Alda, que fue concebida para la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1897 y que, desde hacía años, se custodiaba en la Diputación de Zamora.
"Se trata de una alegoría de la pérdida de las colonias españolas de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, que José Garnelo y Alda presentó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1904", explicó el alcalde, Rafael Llamas, quien se mostró convencido de que la exposición temporal que ha promovido la Brigada “Guzmán el Bueno” X "será un escaparate perfecto en la capital que permitirá a Montilla tomar el lugar que le corresponde en la provincia por su peso cultural y su vinculación con la historia de España".
En ese sentido, el primer edil invitó a todos los vecinos de la localidad a acercarse hasta el Oratorio San Felipe Neri para disfrutar de estas dos obras de José Santiago Garnelo y Alda “coincidiendo con la conmemoración de un suceso histórico trágico que ha de servir, también, para reflexionar sobre nuestra propia historia”.
Al respecto, José María Cabello de Alba, miembro del Consejo de Dirección del Museo Garnelo, recordó que este cuadro cedido al Ayuntamiento de Montilla "representa la primera reivindicación del museo monográfico de José Garnelo y Alda para Montilla", dado que actuó como "primera piedra de un proyecto que cristalizó diez años después".
Por su parte, el Museo Garnelo ha cedido temporalmente un retrato de la reina regente María Cristina de Habsburgo y Alfonso XIII de niño que, tal y como detalló Antonio Luis Jiménez, coordinador del Museo Garnelo, "ayuda a contextualizar el momento de la Regencia, cuando acontecen estos hechos históricos de la pérdida de las últimas colonias del Imperio Español de Ultramar".
De igual modo, Montilla estará presente también en la muestra temporal de la capital cordobesa con otro retrato y varias piezas del general montillano Adolfo Jiménez Castellanos, que fue el encargado de entregar la isla caribeña a los Estados Unidos el 1 de enero del año 1899.
En concreto, podrán verse tanto el bastón de mando del capitán general como otro bastón de mando que la reina regente regaló a Adolfo Jiménez Castellanos cuando regresó a España y lo nombró capitán general de Castilla la Nueva, además del fajín y otros objetos personales.
Adolfo Jiménez Castellanos y Tapia fue padre de seis hijos, fruto de su matrimonio con Narcisa del Carmen Barreto Esteves, natural de la ciudad cubana de Puerto Príncipe. Al mando de la Comandancia de esa ciudad, Jiménez Castellanos dirigió importantes operaciones de campaña por todo el territorio bajo su mando, hasta abril de 1898, momento en que toma el mando de la División de la Trocha. Tras la renuncia de Ramón Blanco como gobernador de Cuba en 1898, Jiménez Castellanos se haría cargo de la Capitanía General en La Habana para acabar entregándola al Mayor norteamericano John R. Brooke.
Poco antes, se había trasladado en el vapor Rabat a Matanzas y Cienfuegos para ultimar las repatriaciones de los 87.000 soldados que aún permanecían en la isla caribeña, velando personalmente por su buena asistencia, acomodo y alimentación, así como por la evolución de los hospitalizados. Como presidente español de la Comisión de Evacuación, intentó contener las prisas del Gobierno estadounidense por hacerse con el control de la Isla, y evitó que las tropas españolas embarcaran en condiciones de hacinamiento.
El 6 de febrero de 1899, este militar que da nombre a una céntrica calle montillana –que, sin embargo, es más conocida como la del Padre Rosales–, tomó junto al último contingente de tropas españolas el barco Cataluña que lo conduciría de nuevo a la Península.
Jiménez Castellanos fue el teniente general más joven del Ejército español y ostentó, sucesivamente, el mando de las Capitanías de Castilla la Nueva y Extremadura, Castilla la Nueva, Galicia, Castilla la Vieja y Valencia. En 1910 fue nombrado consejero del Consejo Supremo de Guerra y Marina.
Tras pasar a la reserva en 1916, Jiménez Castellanos dedicó buena parte de su vida a otra de sus pasiones: la historia. Colaborador de la Enciclopedia Espasa publicada en 1923, pasó sus últimos días junto a la madrileña plaza de Santa Bárbara, donde murió en 1929, poco antes de cumplir los 85 años.
De este modo, la muestra temporal, que podrá visitarse hasta el próximo 12 de noviembre, exhibirá Pro Patria Semper, un lienzo de gran formato concebido por José Garnelo y Alda en 1904 y que, desde hace algunos años, se muestra en el salón de plenos del Consistorio.
Tras la finalización de esta exposición temporal en Córdoba, la obra será trasladada definitivamente al Museo Garnelo, que en estos días ultima sus obras de remodelación con motivo de la llegada de 'La gruta de Lourdes', una de las creaciones más espectaculares de José Santiago Garnelo y Alda, que fue concebida para la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1897 y que, desde hacía años, se custodiaba en la Diputación de Zamora.
"Se trata de una alegoría de la pérdida de las colonias españolas de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, que José Garnelo y Alda presentó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1904", explicó el alcalde, Rafael Llamas, quien se mostró convencido de que la exposición temporal que ha promovido la Brigada “Guzmán el Bueno” X "será un escaparate perfecto en la capital que permitirá a Montilla tomar el lugar que le corresponde en la provincia por su peso cultural y su vinculación con la historia de España".
En ese sentido, el primer edil invitó a todos los vecinos de la localidad a acercarse hasta el Oratorio San Felipe Neri para disfrutar de estas dos obras de José Santiago Garnelo y Alda “coincidiendo con la conmemoración de un suceso histórico trágico que ha de servir, también, para reflexionar sobre nuestra propia historia”.
Al respecto, José María Cabello de Alba, miembro del Consejo de Dirección del Museo Garnelo, recordó que este cuadro cedido al Ayuntamiento de Montilla "representa la primera reivindicación del museo monográfico de José Garnelo y Alda para Montilla", dado que actuó como "primera piedra de un proyecto que cristalizó diez años después".
Por su parte, el Museo Garnelo ha cedido temporalmente un retrato de la reina regente María Cristina de Habsburgo y Alfonso XIII de niño que, tal y como detalló Antonio Luis Jiménez, coordinador del Museo Garnelo, "ayuda a contextualizar el momento de la Regencia, cuando acontecen estos hechos históricos de la pérdida de las últimas colonias del Imperio Español de Ultramar".
De igual modo, Montilla estará presente también en la muestra temporal de la capital cordobesa con otro retrato y varias piezas del general montillano Adolfo Jiménez Castellanos, que fue el encargado de entregar la isla caribeña a los Estados Unidos el 1 de enero del año 1899.
En concreto, podrán verse tanto el bastón de mando del capitán general como otro bastón de mando que la reina regente regaló a Adolfo Jiménez Castellanos cuando regresó a España y lo nombró capitán general de Castilla la Nueva, además del fajín y otros objetos personales.
Adolfo Jiménez Castellanos y Tapia fue padre de seis hijos, fruto de su matrimonio con Narcisa del Carmen Barreto Esteves, natural de la ciudad cubana de Puerto Príncipe. Al mando de la Comandancia de esa ciudad, Jiménez Castellanos dirigió importantes operaciones de campaña por todo el territorio bajo su mando, hasta abril de 1898, momento en que toma el mando de la División de la Trocha. Tras la renuncia de Ramón Blanco como gobernador de Cuba en 1898, Jiménez Castellanos se haría cargo de la Capitanía General en La Habana para acabar entregándola al Mayor norteamericano John R. Brooke.
Poco antes, se había trasladado en el vapor Rabat a Matanzas y Cienfuegos para ultimar las repatriaciones de los 87.000 soldados que aún permanecían en la isla caribeña, velando personalmente por su buena asistencia, acomodo y alimentación, así como por la evolución de los hospitalizados. Como presidente español de la Comisión de Evacuación, intentó contener las prisas del Gobierno estadounidense por hacerse con el control de la Isla, y evitó que las tropas españolas embarcaran en condiciones de hacinamiento.
El 6 de febrero de 1899, este militar que da nombre a una céntrica calle montillana –que, sin embargo, es más conocida como la del Padre Rosales–, tomó junto al último contingente de tropas españolas el barco Cataluña que lo conduciría de nuevo a la Península.
Jiménez Castellanos fue el teniente general más joven del Ejército español y ostentó, sucesivamente, el mando de las Capitanías de Castilla la Nueva y Extremadura, Castilla la Nueva, Galicia, Castilla la Vieja y Valencia. En 1910 fue nombrado consejero del Consejo Supremo de Guerra y Marina.
Tras pasar a la reserva en 1916, Jiménez Castellanos dedicó buena parte de su vida a otra de sus pasiones: la historia. Colaborador de la Enciclopedia Espasa publicada en 1923, pasó sus últimos días junto a la madrileña plaza de Santa Bárbara, donde murió en 1929, poco antes de cumplir los 85 años.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍAS: AYUNTAMIENTO DE MONTILLA / MUSEO GARNELO
FOTOGRAFÍAS: AYUNTAMIENTO DE MONTILLA / MUSEO GARNELO