La espera ha terminado. La Parroquia de San Sebastián acoge desde este fin de semana la imagen de María Santísima de la Amargura, tras el proceso de restauración que han llevado a cabo en los últimos meses Miguel Ángel Sánchez Jiménez y Manuel Espejo Mármol.
Los trabajos han permitido asegurar la preservación y revitalización de esta imagen mariana que talló el sacerdote montillano Cristóbal Gómez Garrido en 1968. Así, tras una minuciosa limpieza de las acumulaciones de suciedad que se habían adherido a la policromía original –aplicada por el artista cordobés Miguel Arjona Navarro en la década de los noventa–, se ha procedido al cierre de grietas y fisuras, especialmente en la unión entre la mascarilla y la cabeza de la imagen.
Miguel Ángel Sánchez Jiménez y Manuel Espejo Mármol también han llevado a cabo procesos de reintegración de lagunas de color, utilizando para ello acuarela y pigmentos sobre el barniz. A su vez, otro aspecto importante de la restauración fue la sustitución de las pestañas originales de pelo natural, que se encontraban en un estado avanzado de deterioro y eran excepcionalmente largas, por pestañas que se ajustan de manera adecuada a la fisonomía de la imagen.
La restauración de Nuestra Señora de la Amargura representa un esfuerzo significativo para preservar el patrimonio religioso y cultural de Montilla y permite que los cofrades continúen rindiendo culto a una imagen que despierta una gran devoción entre la feligresía de la Parroquia de San Sebastián y entre los vecinos del Barrio de la Cruz.
Los trabajos han permitido asegurar la preservación y revitalización de esta imagen mariana que talló el sacerdote montillano Cristóbal Gómez Garrido en 1968. Así, tras una minuciosa limpieza de las acumulaciones de suciedad que se habían adherido a la policromía original –aplicada por el artista cordobés Miguel Arjona Navarro en la década de los noventa–, se ha procedido al cierre de grietas y fisuras, especialmente en la unión entre la mascarilla y la cabeza de la imagen.
Miguel Ángel Sánchez Jiménez y Manuel Espejo Mármol también han llevado a cabo procesos de reintegración de lagunas de color, utilizando para ello acuarela y pigmentos sobre el barniz. A su vez, otro aspecto importante de la restauración fue la sustitución de las pestañas originales de pelo natural, que se encontraban en un estado avanzado de deterioro y eran excepcionalmente largas, por pestañas que se ajustan de manera adecuada a la fisonomía de la imagen.
La restauración de Nuestra Señora de la Amargura representa un esfuerzo significativo para preservar el patrimonio religioso y cultural de Montilla y permite que los cofrades continúen rindiendo culto a una imagen que despierta una gran devoción entre la feligresía de la Parroquia de San Sebastián y entre los vecinos del Barrio de la Cruz.
ÁLVARO CARRASCO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: MONTILLA COFRADE
FOTOGRAFÍA: MONTILLA COFRADE