Desde hace más de dos décadas, el 2 de agosto se ha convertido en un día marcado en rojo para la feligresía de la Ermita de Belén. Y es que el hermoso templo situado junto al Cementerio Municipal de San Francisco Solano acoge la festividad de la Reina de los Ángeles, una imagen que goza de una gran salud devocional y espiritual.
Veintitrés años se cumplen ahora desde la llegada de la imagen de María Santísima Reina de los Ángeles a la Ermita de Belén y, consigo, la celebración de su festividad que, cada año, reúne a un numeroso grupo de fieles y devotos que, en el segundo día de agosto, rinden culto a esta advocación vinculada a la Orden Franciscana.
A las 21.00 de la noche ha dado comienzo la solemne función religiosa en honor de la Virgen de los Ángeles, que ha continuado con un devoto besamanos que ha permitido contemplar de cerca la talla de la Dolorosa de Belén, que se ha trasladado hasta el presbiterio del templo para presidir la misa y poder recibir el beso de sus fieles.
La imagen se incorporó al patrimonio de la Hermandad de Belén en el año 2000, por mediación del sacerdote montillano Cristóbal Gómez Garrido quien, a mediados del pasado siglo, remodeló la talla que, en su origen, se había concebido como una María Magdalena y que, posteriormente, recibió culto bajo la advocación de La Paz, hasta que en 1999, la Hermandad del Resucitado encargó su nueva titular al imaginero cordobés Antonio Bernal Redondo, quien concebiría para el Domingo de Resurrección una imagen con facciones de Virgen de Gloria.
Tras procesionar durante buena parte del siglo XX –al principio, como María Magdalena y, en la segunda mitad, como María Santísima de la Paz–, la imagen volvió a protagonizar un cortejo procesional en el año 2018, con motivo del Rosario de la Aurora del Día de la Inmaculada Concepción, que recorrió parte del camposanto montillano. Tras una fallida intervención en el año 2016, en la que la talla resultó dañada, el escultor pontanés Pedro García Velasco logró recuperar en 2018 la estética original de la imagen, que se mantiene hasta la actualidad.
Veintitrés años se cumplen ahora desde la llegada de la imagen de María Santísima Reina de los Ángeles a la Ermita de Belén y, consigo, la celebración de su festividad que, cada año, reúne a un numeroso grupo de fieles y devotos que, en el segundo día de agosto, rinden culto a esta advocación vinculada a la Orden Franciscana.
A las 21.00 de la noche ha dado comienzo la solemne función religiosa en honor de la Virgen de los Ángeles, que ha continuado con un devoto besamanos que ha permitido contemplar de cerca la talla de la Dolorosa de Belén, que se ha trasladado hasta el presbiterio del templo para presidir la misa y poder recibir el beso de sus fieles.
La imagen se incorporó al patrimonio de la Hermandad de Belén en el año 2000, por mediación del sacerdote montillano Cristóbal Gómez Garrido quien, a mediados del pasado siglo, remodeló la talla que, en su origen, se había concebido como una María Magdalena y que, posteriormente, recibió culto bajo la advocación de La Paz, hasta que en 1999, la Hermandad del Resucitado encargó su nueva titular al imaginero cordobés Antonio Bernal Redondo, quien concebiría para el Domingo de Resurrección una imagen con facciones de Virgen de Gloria.
Tras procesionar durante buena parte del siglo XX –al principio, como María Magdalena y, en la segunda mitad, como María Santísima de la Paz–, la imagen volvió a protagonizar un cortejo procesional en el año 2018, con motivo del Rosario de la Aurora del Día de la Inmaculada Concepción, que recorrió parte del camposanto montillano. Tras una fallida intervención en el año 2016, en la que la talla resultó dañada, el escultor pontanés Pedro García Velasco logró recuperar en 2018 la estética original de la imagen, que se mantiene hasta la actualidad.
ÁLVARO CARRASCO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: HERMANDAD DE BELÉN
FOTOGRAFÍA: HERMANDAD DE BELÉN