Ir al contenido principal

Un grupo de niños se inicia en el arte de la venencia de la mano de Aurora Luque Córdoba y de José Manuel Ruz

El nombre de Montilla está indisolublemente unido al de sus vinos. Estos pueden considerarse un rasgo definitorio de la personalidad de sus gentes que, a lo largo de la historia, concedieron a sus caldos una importancia vital. No en vano, durante años, los jornales que la vendimia generaba –bien en la recolección, bien en la molturación–, aportaban unos ingresos que ayudaban a las familias más humildes a afrontar el inicio del curso escolar o a renovar el vestuario o algunos muebles.


Hoy día, la recolección apenas dura veinte días; las lagaretas más tradicionales han desaparecido y en los complejos bodegueros encargados de la molturación trabaja una decena de personas a lo largo de todo el proceso. Sin embargo, siguen manteniéndose algunos oficios tradicionales vinculados al vino que, en los últimos años, han despertado el interés de los consumidores más exigentes de Centroeuropa.

Es el caso de la venencia, un viejo oficio que surgió con la idea de comprobar el estado de los vinos que se criaban en las bodegas de botas y que, de un tiempo a esta parte, se está imponiendo casi como una moda en eventos gastronómicos y sociales.

Cooperativa La Unión - Vinos y aceites de calidad

Por este motivo, el Ayuntamiento de Montilla, en el marco del programa Verano Divertido, ha promovido un Taller Infantil de Venencia que, de la mano de los venenciadores montillanos Aurora Luque Córdoba y José Manuel Ruz Alba, está formando a una quincena de alumnos, de entre 8 y 14 años de edad, en el patio del Centro Cultural "Alcalde Antonio Carpio".

“Mi objetivo, al principio, era que todos los niños que vinieron el primer día porque sus padres los trajeron quisieran volver al día siguiente”, reconoce Aurora Luque, que heredó de su padre el amor por este noble oficio y que, más tarde, lo compartiría con su hermano Francis, que falleció el 29 de mayo de 2001 con tan solo 34 años de edad.

Para el concejal de Juventud, Manuel Carmona, "las fuerzas no pueden fallar cuando se trata de enseñar la cultura de Montilla, porque debemos evitar que ciertas profesiones se nos vayan y se pierdan". En ese sentido, desde el Ayuntamiento de Montilla se afanan por preservar oficios artesanales vinculados al vino, como el de los arrumbadores o el de los toneleros.


Junto al apartado práctico, el Taller Infantil de Venencia –que se reeditará en agosto– ofrece información sobre los vinos de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles, a través de catas olfativas y visuales maridadas con golosinas y frutos secos. Una experiencia que brinda a los participantes un primer acercamiento a esos sabores que podrán descubrir cuando alcancen la mayoría de edad.

Aurora Luque y José Manuel Ruz –que se ha alzado varios años con el primer premio del Concurso de Destreza en el Oficio con el que se cierra la Fiesta de la Vendimia– confían en "crear un vínculo entre los niños y la venencia que arraigue en el tiempo".

Entre los alumnos del Taller Infantil de Venencia sobresale Javier Tejada Gómez que, a sus 18 años, se ha convertido en el primer venenciador invidente de la zona Montilla-Moriles. De la mano de Aurora Luque, este joven montillano perfecciona su técnica, después de iniciarse en el mundo de la venencia animado por su profesor de Hostelería del Aula Específica del IES Inca Garcilaso.

J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
© 2020 Montilla Digital · Quiénes somos · C/ Fuente Álamo, 34 | 14550 Montilla (Córdoba) | montilladigital@gmail.com

Designed by Open Themes & Nahuatl.mx.