La Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores se encuentra inmersa en un importante proyecto de restauración: la recuperación del camarín de su titular en la iglesia de San Agustín. El proyecto, que ya se encuentra en fase de ejecución, ha sido posible gracias a una ayuda de algo más de 22.000 euros otorgada por la Junta de Andalucía, destinada a la conservación y restauración de bienes muebles.
Para llevar a cabo esta delicada tarea, la hermandad ha confiado en la empresa Gestión y Restauración de Patrimonio Histórico, reconocida por su amplia experiencia y excelencia en el campo de la restauración. La dirección técnica y ejecutiva del proyecto está a cargo, además, de la destacada restauradora cordobesa Ana Infante de la Torre, autora –junto a los arqueólogos Manuel Roldán Fernández y José Miguel Bascón Mateos– del proyecto que están siguiendo las excavaciones que está llevando a cabo el Ayuntamiento de Montilla en el recinto del castillo de El Gran Capitán.
El proceso de restauración del camarín de Jesús Nazareno se está centrando en la recuperación de las capas más primitivas para, de este modo, devolverle su esplendor original. Con gran dedicación y meticulosidad, los especialistas de la empresa Gestión y Restauración de Patrimonio Histórico están eliminando los repintes realizados en el pasado, toda vez que intervienen sobre los efectos del deterioro causados por la humedad y los desprendimientos en la cúpula.
Según detalló a Montilla Cofrade el vocal de Patrimonio y prioste de la hermandad, Ángel Molina, la restauración abarca desde la talla del zócalo hasta las pinturas y lagunas presentes en el camarín. "Se están siguiendo los principios básicos de conservación y se están utilizando pinturas que no son agresivas y que son reversibles, para garantizar así la máxima protección y preservación de las obras de arte", añadió.
Los responsables de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores confían en que la restauración del camarín del titular concluya en las próximas semanas, una labor de restauración que no solo contribuye a la conservación del patrimonio artístico y religioso de Montilla sino que, también, permite valorar y apreciar la belleza y el significado de estas obras de arte.
La capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno fue expoliada en 1809 por las tropas napoleónicas, que hicieron desaparecer una importante colección de candelabros de plata, relicarios y utensilios de altar, tal y como recogió el cronista local Enrique Garramiola. Muy posteriormente, entre 1928 y 2007, la capilla permaneció cerrada al culto por el riesgo de hundimiento que presentaban sus cubiertas.
La estancia, que se encuentra en el lateral izquierdo del templo, en el lado del Evangelio, está separada de la nave principal por un arco cerrado con una reja de madera y se encuentra decorada con pilastras toscanas con ovas y una cornisa con moldura dentada de la que arranca una bóveda de cañón con fajones.
“El crucero concentra una profusa ornamentación, en la que se pueden admirar yeserías que representan celosías de trama caracolada, pergaminos, róleos florales o cabezas de ángeles aladas”, explicó Elena Bellido, historiadora del Arte y directora de la Fundación Biblioteca Manuel Ruiz Luque.
"La capilla acoge tres importantes retablos tallados, dorados y policromados, realizados entre 1689 y 1700 y atribuidos a dos importantes artistas de la época: el escultor montillano Cristóbal de Guadix y el retablista Gaspar Lorenzo de los Cabos", subraya Elena Bellido.
Además de los retablos consagrados a la Virgen de los Dolores y a San Juan Evangelista, el presbiterio de la capilla acoge el dedicado a Jesús Nazareno, que estuvo en la hornacina central de esta dependencia hasta principios del siglo XX.
Tal y como recoge en un estudio el historiador Antonio Luis Jiménez, la suntuosa capilla de Jesús Nazareno fue bendecida el 6 de enero de 1689, coincidiendo con la festividad de la Epifanía de Nuestro Señor. “Esta noticia se conoce gracias a una publicación que se hizo para conmemorar el acto, así como por la Oración Panegírica que tuvo lugar y que fue oficiada por el fraile agustino Bernardo Vela, visitador de la provincia de Andalucía y regente de los estudios del Real Convento de San Agustín de Córdoba”, apuntó Jiménez.
Al igual que toda la iglesia de San Agustín y el claustro del Hospital de San Juan de Dios, anexo al templo, la capilla de Jesús Nazareno está declarada Bien de Interés Cultural (BIC). La estancia se levantó para rendir culto a Nuestro Padre Jesús Nazareno, la imagen devocional más importante de la localidad. No en vano, congrega a decenas de fieles durante todo el año, especialmente los viernes.
Desde hace varias décadas, el principal templo de la Semana Santa montillana –el único que se conserva en Andalucía del cenobio fundado por la orden agustiniana en el primer cuarto del siglo XVI- se encuentra en muy mal estado, hasta el punto que la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores ha tenido que acometer en varias ocasiones importantes obras de impermeabilización de las cubiertas exteriores para evitar desprendimientos.
Para llevar a cabo esta delicada tarea, la hermandad ha confiado en la empresa Gestión y Restauración de Patrimonio Histórico, reconocida por su amplia experiencia y excelencia en el campo de la restauración. La dirección técnica y ejecutiva del proyecto está a cargo, además, de la destacada restauradora cordobesa Ana Infante de la Torre, autora –junto a los arqueólogos Manuel Roldán Fernández y José Miguel Bascón Mateos– del proyecto que están siguiendo las excavaciones que está llevando a cabo el Ayuntamiento de Montilla en el recinto del castillo de El Gran Capitán.
El proceso de restauración del camarín de Jesús Nazareno se está centrando en la recuperación de las capas más primitivas para, de este modo, devolverle su esplendor original. Con gran dedicación y meticulosidad, los especialistas de la empresa Gestión y Restauración de Patrimonio Histórico están eliminando los repintes realizados en el pasado, toda vez que intervienen sobre los efectos del deterioro causados por la humedad y los desprendimientos en la cúpula.
Según detalló a Montilla Cofrade el vocal de Patrimonio y prioste de la hermandad, Ángel Molina, la restauración abarca desde la talla del zócalo hasta las pinturas y lagunas presentes en el camarín. "Se están siguiendo los principios básicos de conservación y se están utilizando pinturas que no son agresivas y que son reversibles, para garantizar así la máxima protección y preservación de las obras de arte", añadió.
Los responsables de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores confían en que la restauración del camarín del titular concluya en las próximas semanas, una labor de restauración que no solo contribuye a la conservación del patrimonio artístico y religioso de Montilla sino que, también, permite valorar y apreciar la belleza y el significado de estas obras de arte.
La capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno fue expoliada en 1809 por las tropas napoleónicas, que hicieron desaparecer una importante colección de candelabros de plata, relicarios y utensilios de altar, tal y como recogió el cronista local Enrique Garramiola. Muy posteriormente, entre 1928 y 2007, la capilla permaneció cerrada al culto por el riesgo de hundimiento que presentaban sus cubiertas.
La estancia, que se encuentra en el lateral izquierdo del templo, en el lado del Evangelio, está separada de la nave principal por un arco cerrado con una reja de madera y se encuentra decorada con pilastras toscanas con ovas y una cornisa con moldura dentada de la que arranca una bóveda de cañón con fajones.
“El crucero concentra una profusa ornamentación, en la que se pueden admirar yeserías que representan celosías de trama caracolada, pergaminos, róleos florales o cabezas de ángeles aladas”, explicó Elena Bellido, historiadora del Arte y directora de la Fundación Biblioteca Manuel Ruiz Luque.
"La capilla acoge tres importantes retablos tallados, dorados y policromados, realizados entre 1689 y 1700 y atribuidos a dos importantes artistas de la época: el escultor montillano Cristóbal de Guadix y el retablista Gaspar Lorenzo de los Cabos", subraya Elena Bellido.
Además de los retablos consagrados a la Virgen de los Dolores y a San Juan Evangelista, el presbiterio de la capilla acoge el dedicado a Jesús Nazareno, que estuvo en la hornacina central de esta dependencia hasta principios del siglo XX.
Tal y como recoge en un estudio el historiador Antonio Luis Jiménez, la suntuosa capilla de Jesús Nazareno fue bendecida el 6 de enero de 1689, coincidiendo con la festividad de la Epifanía de Nuestro Señor. “Esta noticia se conoce gracias a una publicación que se hizo para conmemorar el acto, así como por la Oración Panegírica que tuvo lugar y que fue oficiada por el fraile agustino Bernardo Vela, visitador de la provincia de Andalucía y regente de los estudios del Real Convento de San Agustín de Córdoba”, apuntó Jiménez.
Al igual que toda la iglesia de San Agustín y el claustro del Hospital de San Juan de Dios, anexo al templo, la capilla de Jesús Nazareno está declarada Bien de Interés Cultural (BIC). La estancia se levantó para rendir culto a Nuestro Padre Jesús Nazareno, la imagen devocional más importante de la localidad. No en vano, congrega a decenas de fieles durante todo el año, especialmente los viernes.
Desde hace varias décadas, el principal templo de la Semana Santa montillana –el único que se conserva en Andalucía del cenobio fundado por la orden agustiniana en el primer cuarto del siglo XVI- se encuentra en muy mal estado, hasta el punto que la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores ha tenido que acometer en varias ocasiones importantes obras de impermeabilización de las cubiertas exteriores para evitar desprendimientos.
ÁLVARO CARRASCO / J.P. BELLIDO
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
VÍDEO: MONTILLA COFRADE
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
VÍDEO: MONTILLA COFRADE