La escasez de precipitaciones y las temperaturas anormalmente altas en el inicio de la primavera empiezan a causar estragos en los viñedos de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles. El Aula de Viticultura del Consejo Regulador ha alertado, a través del boletín que emite semanalmente la Agrupación para el Tratamiento Integrado en Agricultura (Atria), de una "brotación anormal" en muchas cepas del marco a causa del clima.
"En la segunda mitad de marzo las viñas han brotado de forma muy irregular a causa, posiblemente, de las condiciones climáticas", reconoce la responsable del Aula de Viticultura, Ángela Portero, quien ha asegurado que la "anormalidad en las lluvias", con una "fuerte sequía" que ha coincidido con el periodo de brotación, unida a un otoño cálido y a un final de febrero con fuertes heladas, "están propiciando una brotación anormal", si bien "en los últimos días tiende a igualarse el desarrollo de los pámpanos, según sean pagos tempranos o tardíos".
De igual modo, el Consejo Regulador ha observado en las últimas semanas que "algunas cepas jóvenes que durante la poda presentaban unas condiciones normales se han secado después, sin llegar a brotar". En este caso, desde el Aula de Viticultura sugieren la posibilidad de que se deba al "pie negro" o "gangrena", una enfermedad debilitante que se detectó en la pasada década de los sesenta y que afecta, fundamentalmente, a plantaciones jóvenes, de entre seis y ocho años.
Según detallan los expertos, este ataque de hongos se transmite por el suelo y depende, en gran medida, de las condiciones de cultivo que favorecen las infecciones de las raíces de las cepas más jóvenes –en particular, la humedad y las condiciones asfixiantes de determinados tipos de suelo–. De hecho, el pie negro se manifiesta de forma muy irregular en regiones de clima templado y, de manera menos frecuente, en climas cálidos con viñedos de regadío.
"En la segunda mitad de marzo las viñas han brotado de forma muy irregular a causa, posiblemente, de las condiciones climáticas", reconoce la responsable del Aula de Viticultura, Ángela Portero, quien ha asegurado que la "anormalidad en las lluvias", con una "fuerte sequía" que ha coincidido con el periodo de brotación, unida a un otoño cálido y a un final de febrero con fuertes heladas, "están propiciando una brotación anormal", si bien "en los últimos días tiende a igualarse el desarrollo de los pámpanos, según sean pagos tempranos o tardíos".
De igual modo, el Consejo Regulador ha observado en las últimas semanas que "algunas cepas jóvenes que durante la poda presentaban unas condiciones normales se han secado después, sin llegar a brotar". En este caso, desde el Aula de Viticultura sugieren la posibilidad de que se deba al "pie negro" o "gangrena", una enfermedad debilitante que se detectó en la pasada década de los sesenta y que afecta, fundamentalmente, a plantaciones jóvenes, de entre seis y ocho años.
Según detallan los expertos, este ataque de hongos se transmite por el suelo y depende, en gran medida, de las condiciones de cultivo que favorecen las infecciones de las raíces de las cepas más jóvenes –en particular, la humedad y las condiciones asfixiantes de determinados tipos de suelo–. De hecho, el pie negro se manifiesta de forma muy irregular en regiones de clima templado y, de manera menos frecuente, en climas cálidos con viñedos de regadío.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
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