Tan solo tres días después de la manifestación convocada por la Plataforma Ciudadana 'Por un aire limpio' para protestar contra los humos y los olores que genera la orujera de Oleícola El Tejar, el delegado territorial de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul en Córdoba, Rafael Martínez, defendió que la actividad de la empresa se encuentra "dentro de los parámetros normales".
El delegado de la Junta de Andalucía desveló ayer que se ha llevado a cabo una medición de la calidad del aire tanto en Montilla como Espejo, para la que se ha utilizado una estación de medición –que, en los próximos días, también se empleará en Palenciana– y que durante esos trabajos de control "no hemos detectado olores".
De igual modo, el responsable provincial de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul reconoció que el humo que desprenden las dos chimeneas de 35 metros de altura con las que cuenta la planta "es inevitable" y aseguró que todas las instalaciones orujeras de la provincia cuentan con las autorizaciones ambientales preceptivas que, además, se renuevan anualmente, tras una serie de controles exhaustivos.
A juicio de Rafael Martínez, las orujeras ofrecen una "solución válida" para gestionar los residuos y los subproductos de olivar, "ya que, de lo contrario, tendrían que verter [el alpechín] a los arroyos o en las mismas explotaciones, sin ningún tipo de control".
Desde la Plataforma Ciudadana 'Por un aire limpio' insisten en la necesidad de "adoptar medidas para reducir la contaminación generada por la orujera y proteger la salud de los vecinos", entre las que destacan la instalación de filtros que minimicen el impacto de la contaminación ambiental.
Tal y como adelantó en primicia Montilla Digital, han sido varios los municipios que se han visto afectados por las emisiones que genera el secado del alperujo. Uno de los ejemplos más recientes se registró en el municipio jiennense de Martos donde, tras años de iniciativas para reducir las molestias generadas por las emisiones, se apostó por el uso de electrofiltros húmedos, una tecnología puntera que permite compatibilizar la actividad de esta industria y el respeto y protección del medio ambiente.
"Uno de los problemas más difundidos, y a los que es más sensible la actividad industrial moderna, es la polución atmosférica", reconoció a este periódico Vicenzo Bellini, ingeniero de Bellinieng, empresa referente en el uso de electrofiltros húmedos. No en vano, la firma –que cuenta en Montilla con la empresa Monpelec como sociedad colaboradora– actuó en las instalaciones de Martos y Mérida.
En este sentido, este ingeniero italiano aseguró que la eficacia de depuración de este sistema de filtrado "es del orden del 99,99 por ciento para partículas de entorno a 0,01 micras, garantizando emisiones a opacidad cero". Una tecnología cuya instalación implica un proceso relativamente sencillo pues, gracias a la construcción modular del electrofiltro, su instalación no suele demorarse más de tres semanas, plazo al que se le suman dos semanas para las conexiones hidráulicas y eléctricas.
Así, según destaca Bellini, el uso de esta tecnología permite poner de nuevo en funcionamiento industrias que se encontraban paradas por las medidas impuestas por las Administraciones públicas por el considerable penacho, polvo y olores que se liberan al medio ambiente.
El delegado de la Junta de Andalucía desveló ayer que se ha llevado a cabo una medición de la calidad del aire tanto en Montilla como Espejo, para la que se ha utilizado una estación de medición –que, en los próximos días, también se empleará en Palenciana– y que durante esos trabajos de control "no hemos detectado olores".
De igual modo, el responsable provincial de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul reconoció que el humo que desprenden las dos chimeneas de 35 metros de altura con las que cuenta la planta "es inevitable" y aseguró que todas las instalaciones orujeras de la provincia cuentan con las autorizaciones ambientales preceptivas que, además, se renuevan anualmente, tras una serie de controles exhaustivos.
A juicio de Rafael Martínez, las orujeras ofrecen una "solución válida" para gestionar los residuos y los subproductos de olivar, "ya que, de lo contrario, tendrían que verter [el alpechín] a los arroyos o en las mismas explotaciones, sin ningún tipo de control".
Desde la Plataforma Ciudadana 'Por un aire limpio' insisten en la necesidad de "adoptar medidas para reducir la contaminación generada por la orujera y proteger la salud de los vecinos", entre las que destacan la instalación de filtros que minimicen el impacto de la contaminación ambiental.
Tal y como adelantó en primicia Montilla Digital, han sido varios los municipios que se han visto afectados por las emisiones que genera el secado del alperujo. Uno de los ejemplos más recientes se registró en el municipio jiennense de Martos donde, tras años de iniciativas para reducir las molestias generadas por las emisiones, se apostó por el uso de electrofiltros húmedos, una tecnología puntera que permite compatibilizar la actividad de esta industria y el respeto y protección del medio ambiente.
"Uno de los problemas más difundidos, y a los que es más sensible la actividad industrial moderna, es la polución atmosférica", reconoció a este periódico Vicenzo Bellini, ingeniero de Bellinieng, empresa referente en el uso de electrofiltros húmedos. No en vano, la firma –que cuenta en Montilla con la empresa Monpelec como sociedad colaboradora– actuó en las instalaciones de Martos y Mérida.
En este sentido, este ingeniero italiano aseguró que la eficacia de depuración de este sistema de filtrado "es del orden del 99,99 por ciento para partículas de entorno a 0,01 micras, garantizando emisiones a opacidad cero". Una tecnología cuya instalación implica un proceso relativamente sencillo pues, gracias a la construcción modular del electrofiltro, su instalación no suele demorarse más de tres semanas, plazo al que se le suman dos semanas para las conexiones hidráulicas y eléctricas.
Así, según destaca Bellini, el uso de esta tecnología permite poner de nuevo en funcionamiento industrias que se encontraban paradas por las medidas impuestas por las Administraciones públicas por el considerable penacho, polvo y olores que se liberan al medio ambiente.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR