El delegado de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía, Rafael Martínez, ha presentado esta tarde el proyecto de restauración ambiental de la Laguna de Jarata, a través de una sesión informativa celebrada en el nuevo edificio Solera LAB, que ha contado con la participación del alcalde de Montilla, Rafael Llamas, de la teniente de alcalde de Medio Ambiente, Raquel Casado y del portavoz del Grupo Municipal Popular, Javier Alférez, junto a representantes de la empresa pública Tragsa, adjudicataria del proyecto.
El proyecto de recuperación ambiental, según ha explicado Martínez, incluye actuaciones tanto de restauración y de adecuación del entorno "para la observación y el disfrute de los visitantes". En cuanto a la fase de obras, el delegado ha informado que “está prevista que se inicie en el mes de abril”.
Los trabajos suponen, por un lado, la excavación en el terreno para redefinir el nuevo vaso de inundación con capacidad de 23.500 metros cúbicos de almacenamiento y la creación de lomas de tierra circundantes, además de la plantación de una orla de vegetación perilagunar.
Al mismo tiempo, el proyecto incluye la adecuación del terreno para la creación de un observatorio abierto, así como la instalación de señalización interpretativa de la laguna y un aparcamiento público. Todo ello, gracias a una inversión de 235.602 euros, cofinanciada entre la Juta de Andalucía y el Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (FEADER).
De esta manera, ha destacado el delegado de Sostenibilidad, “la Junta de Andalucía realiza una apuesta por potenciar el valor de los humedales de la Campiña central andaluza, con la finalidad de preservar sus valores ambientales y su aportación a la biodiversidad de estos entornos predominantemente agrarios”.
La presencia de sal en el suelo y su tendencia a encharcarse en época de lluvias favorecen la proliferación de tarajes, un arbusto perteneciente a la familia Tamaricaceae que se encuentra en el Mediterráneo occidental, aunque también son frecuentes los carrizos. No obstante, la especie más extendida es de carácter nitrófilo y halófilo. Esta vegetación era utilizada por diferentes aves para anidar, entre las que destacaban cigüeñas, ánades, avefrías, fochas, pollas de agua y limícolas o zancudas. También eran frecuentes los anfibios como sapos y ranas.
Las primeras referencias históricas documentadas sobre la Laguna de Jarata se remontan a 1528, tal y como constan en las Actas Capitulares del Ayuntamiento de Montilla, que aluden a la costumbre de repartir entre los dueños de ganado lanar los aguaderos del término municipal para que en ellos pudieran abrevarse los rebaños.
Varios documentos que se conservan en el Archivo Histórico Local también constatan que en la segunda mitad del siglo XX el paraje de Jarata se transformaba en una laguna, fundamentalmente durante los inviernos más lluviosos. Sin embargo, las captaciones de agua para las labores agrícolas provocaron la desecación de la zona.
Con todo, en el año 1996, uno de los más lluviosos del último siglo, el paraje de Jarata se volvió a encharcar, lo que llevó al Ayuntamiento de Montilla a plantearse la posibilidad de recuperar la laguna. Por ello, en mayo de 1997, el Consistorio solicitó una subvención para actividades de voluntariado ambiental, consistentes en la plantación de vegetación hidrófila en su entorno.
El proyecto de recuperación ambiental, según ha explicado Martínez, incluye actuaciones tanto de restauración y de adecuación del entorno "para la observación y el disfrute de los visitantes". En cuanto a la fase de obras, el delegado ha informado que “está prevista que se inicie en el mes de abril”.
Los trabajos suponen, por un lado, la excavación en el terreno para redefinir el nuevo vaso de inundación con capacidad de 23.500 metros cúbicos de almacenamiento y la creación de lomas de tierra circundantes, además de la plantación de una orla de vegetación perilagunar.
Al mismo tiempo, el proyecto incluye la adecuación del terreno para la creación de un observatorio abierto, así como la instalación de señalización interpretativa de la laguna y un aparcamiento público. Todo ello, gracias a una inversión de 235.602 euros, cofinanciada entre la Juta de Andalucía y el Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (FEADER).
De esta manera, ha destacado el delegado de Sostenibilidad, “la Junta de Andalucía realiza una apuesta por potenciar el valor de los humedales de la Campiña central andaluza, con la finalidad de preservar sus valores ambientales y su aportación a la biodiversidad de estos entornos predominantemente agrarios”.
Un enclave singular
Con una extensión total de unas 13,4 hectáreas, el terreno sobre el que se asienta la laguna está formado por materiales impermeables pertenecientes al Triásico, muy similares a los de las diferentes lagunas del Sur de la provincia de Córdoba.La presencia de sal en el suelo y su tendencia a encharcarse en época de lluvias favorecen la proliferación de tarajes, un arbusto perteneciente a la familia Tamaricaceae que se encuentra en el Mediterráneo occidental, aunque también son frecuentes los carrizos. No obstante, la especie más extendida es de carácter nitrófilo y halófilo. Esta vegetación era utilizada por diferentes aves para anidar, entre las que destacaban cigüeñas, ánades, avefrías, fochas, pollas de agua y limícolas o zancudas. También eran frecuentes los anfibios como sapos y ranas.
Las primeras referencias históricas documentadas sobre la Laguna de Jarata se remontan a 1528, tal y como constan en las Actas Capitulares del Ayuntamiento de Montilla, que aluden a la costumbre de repartir entre los dueños de ganado lanar los aguaderos del término municipal para que en ellos pudieran abrevarse los rebaños.
Varios documentos que se conservan en el Archivo Histórico Local también constatan que en la segunda mitad del siglo XX el paraje de Jarata se transformaba en una laguna, fundamentalmente durante los inviernos más lluviosos. Sin embargo, las captaciones de agua para las labores agrícolas provocaron la desecación de la zona.
Con todo, en el año 1996, uno de los más lluviosos del último siglo, el paraje de Jarata se volvió a encharcar, lo que llevó al Ayuntamiento de Montilla a plantearse la posibilidad de recuperar la laguna. Por ello, en mayo de 1997, el Consistorio solicitó una subvención para actividades de voluntariado ambiental, consistentes en la plantación de vegetación hidrófila en su entorno.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR