La Fundación EMET Arco Iris celebrará a lo largo de este año diferentes actos para conmemorar la labor social que viene desempeñando desde hace cuatro décadas. Por este motivo, la Filmoteca de Andalucía acogerá mañana, a partir de las 19.00 de la tarde, en sus instalaciones de la capital cordobesa, la primera sesión del Videofórum de Atención e Innovación Social, durante la que se proyectará la película 27 horas, dirigida por Montxo Armendáriz.
A continuación, se dará paso a una mesa-coloquio sobre adicciones presentada por Alfonso Fernández, presidente de la Fundación EMET y moderada por Fernando Izquierdo, director de programas de la entidad, que contará con la participación de Luciano Poyato, presidente de la Red de Atención a las Adicciones (UNAD) y de la Plataforma del Tercer Sector, así como de José Chamizo, defensor del Pueblo Andaluz entre 1996 y 2013 y de Magdalena de Miguel, directora del Centro Provincial de Drogodependencias (CPD) de Córdoba.
La Fundación EMET Arco Iris surgió en Córdoba en 1983 como Asociación Benéfico-Social con el objetivo de atender a personas con problemas de adicciones y patologías asociadas y puso en marcha una Comunidad Terapéutica y Residencia de Menores en La Muela, un paraje situado a nueve kilómetros de Montilla, en una finca cercana al cortijo de Malabrigo, entre los términos municipales de Montilla, Montalbán y La Rambla.
Desde entonces, se desarrolló un programa residencial libre de drogas ilegales que se basaba en un modelo jerárquico con etapas de tratamiento que pretendían reflejar niveles cada vez mayores de responsabilidad personal y social.
"Una característica esencial en la comunidad terapéutica es el establecimiento de una intensa experiencia grupal, convirtiendo al paciente en sujeto activo y protagonista de la dinámica comunitaria, compartiendo las normas y roles supervisadas por los terapeutas, involucrándose en el buen funcionamiento del grupo", resaltan desde la entidad.
En el año 1990, y atendiendo las situaciones diferenciales vividas por las mujeres drogodependientes, la entidad entendió necesario crear un recurso específico en el que las usuarias se sintieran seguras durante su proceso de tratamiento, interviniendo con perspectiva de género y de trauma. De esta forma nacía la primera comunidad terapéutica femenina de Andalucía que, a fecha de hoy, sigue siendo la única.
"En estos cuarenta años, la entidad ha querido mirar hacia otras realidades, como la que padecen los menores con problemas de conducta o las mujeres subsaharianas acompañadas de menores o embarazadas, que son víctimas potenciales de redes de trata, para brindarles el acompañamiento necesario que les permita ser agentes de su propio cambio", precisan desde el colectivo.
Fue así como surgió en 2018 el Proyecto Ödos, una iniciativa pionera en España que nació para prestar atención integral a mujeres y a menores de origen africano y evitar que caigan en la trata de personas. "El programa ofrece itinerarios personalizados de acogida y acompañamiento que están salvando muchas vidas de caer en la explotación sexual", explican desde la fundación.
Gracias a la labor de la Red Ödos, que cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Montilla, estas personas en movilidad tienen acceso a una intervención integral en un entorno seguro que abarca desde la asistencia jurídico-administrativa especializada, hasta la atención psicológica, social y educativa personalizada a través de una primera fase de acogida, que se extiende durante tres meses, y una segunda etapa de acompañamiento para la inclusión social de estas mujeres y niños.
En el plano jurídico, la labor de Ödos contempla tanto la detección de problemas o disfunciones e intervención jurídica, en función de las distintas casuísticas, como el acompañamiento posterior a la primera asistencia letrada que reciben en el lugar de entrada y seguimiento de la situación jurídica, a fin de subsanar cualquier incidencia en trámites sucesivos que pudiera perjudicar a su efectiva protección.
Un proyecto pionero que, en su primer lustro de vida, se ha convertido en un referente andaluz. Prueba de ello fue el premio concedido por el Ministerio de Igualdad como Proyecto Social contra la Violencia de Género en 2020, y uno de los premios Andalucía +Social otorgados por la Consejería de Igualdad de la Junta de Andalucía en 2020.
A continuación, se dará paso a una mesa-coloquio sobre adicciones presentada por Alfonso Fernández, presidente de la Fundación EMET y moderada por Fernando Izquierdo, director de programas de la entidad, que contará con la participación de Luciano Poyato, presidente de la Red de Atención a las Adicciones (UNAD) y de la Plataforma del Tercer Sector, así como de José Chamizo, defensor del Pueblo Andaluz entre 1996 y 2013 y de Magdalena de Miguel, directora del Centro Provincial de Drogodependencias (CPD) de Córdoba.
La Fundación EMET Arco Iris surgió en Córdoba en 1983 como Asociación Benéfico-Social con el objetivo de atender a personas con problemas de adicciones y patologías asociadas y puso en marcha una Comunidad Terapéutica y Residencia de Menores en La Muela, un paraje situado a nueve kilómetros de Montilla, en una finca cercana al cortijo de Malabrigo, entre los términos municipales de Montilla, Montalbán y La Rambla.
Desde entonces, se desarrolló un programa residencial libre de drogas ilegales que se basaba en un modelo jerárquico con etapas de tratamiento que pretendían reflejar niveles cada vez mayores de responsabilidad personal y social.
"Una característica esencial en la comunidad terapéutica es el establecimiento de una intensa experiencia grupal, convirtiendo al paciente en sujeto activo y protagonista de la dinámica comunitaria, compartiendo las normas y roles supervisadas por los terapeutas, involucrándose en el buen funcionamiento del grupo", resaltan desde la entidad.
En el año 1990, y atendiendo las situaciones diferenciales vividas por las mujeres drogodependientes, la entidad entendió necesario crear un recurso específico en el que las usuarias se sintieran seguras durante su proceso de tratamiento, interviniendo con perspectiva de género y de trauma. De esta forma nacía la primera comunidad terapéutica femenina de Andalucía que, a fecha de hoy, sigue siendo la única.
"En estos cuarenta años, la entidad ha querido mirar hacia otras realidades, como la que padecen los menores con problemas de conducta o las mujeres subsaharianas acompañadas de menores o embarazadas, que son víctimas potenciales de redes de trata, para brindarles el acompañamiento necesario que les permita ser agentes de su propio cambio", precisan desde el colectivo.
Fue así como surgió en 2018 el Proyecto Ödos, una iniciativa pionera en España que nació para prestar atención integral a mujeres y a menores de origen africano y evitar que caigan en la trata de personas. "El programa ofrece itinerarios personalizados de acogida y acompañamiento que están salvando muchas vidas de caer en la explotación sexual", explican desde la fundación.
Gracias a la labor de la Red Ödos, que cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Montilla, estas personas en movilidad tienen acceso a una intervención integral en un entorno seguro que abarca desde la asistencia jurídico-administrativa especializada, hasta la atención psicológica, social y educativa personalizada a través de una primera fase de acogida, que se extiende durante tres meses, y una segunda etapa de acompañamiento para la inclusión social de estas mujeres y niños.
En el plano jurídico, la labor de Ödos contempla tanto la detección de problemas o disfunciones e intervención jurídica, en función de las distintas casuísticas, como el acompañamiento posterior a la primera asistencia letrada que reciben en el lugar de entrada y seguimiento de la situación jurídica, a fin de subsanar cualquier incidencia en trámites sucesivos que pudiera perjudicar a su efectiva protección.
Un proyecto pionero que, en su primer lustro de vida, se ha convertido en un referente andaluz. Prueba de ello fue el premio concedido por el Ministerio de Igualdad como Proyecto Social contra la Violencia de Género en 2020, y uno de los premios Andalucía +Social otorgados por la Consejería de Igualdad de la Junta de Andalucía en 2020.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN