No hacen falta palabras: solo hay que mirar detenidamente la imagen y sobra cualquier comentario. Decía Costas Damos, un fotógrafo griego de la Agencia Magnum, que "las buenas fotos son aquellas que plantean cosas sin dar respuesta". En su día, yo también trabajé en la vendimia y pude conocer la figura del manijero. Y, por cierto, a todos los que tuve les profeso un gran aprecio, aunque eso no significa que no se pueda ser crítico y que, en un momento dado, analice la situación.
El trabajo en el campo está lleno de poses, de actitudes y de realidades que son muy difíciles de entender. Esta fotografía se tomó en la Sierra de Montilla, el 23 de agosto de 2005, a las doce del mediodía. Pero, seguramente, se podría haber tomado otra imagen similar en esa misma viña, un siglo antes.
El trabajo en el campo está lleno de poses, de actitudes y de realidades que son muy difíciles de entender. Esta fotografía se tomó en la Sierra de Montilla, el 23 de agosto de 2005, a las doce del mediodía. Pero, seguramente, se podría haber tomado otra imagen similar en esa misma viña, un siglo antes.
FRANCIS SALAS