Retazos. Ese es el título de la exposición que acoge, hasta el próximo 9 de enero, la Taberna Bolero y que permite disfrutar del talento innato de José Baena Roca, uno de los pintores montillanos más galardonados en los últimos años, gracias a sus originales pinturas acrílicas hiperrealistas.
Paisajes urbanos, peculiares estancias y bodegones de frascos antiguos conforman una colección que se exhibe en el peculiar soporte que ofrecen las tapas de tinajas de la Taberna Bolero, ese templo erigido en la calle Fuente Álamo en honor del vino y que regenta con maestría Carlos García Santiago.
Ingeniero informático de profesión y gran aficionado a la montaña –no en vano, coronó la cima del Everest el 21 de mayo de 2008 junto a su amigo Ricardo Guerrero–, José Baena Roca cuenta en su haber con más de una quincena de premios, como el de la Cata del Vino Montilla-Moriles, el Concurso de Pintura "Villa de Moriles" –que ha ganado hasta en dos ocasiones–, el Certamen Nacional de Pintura "Ciudad de Antequera", el Concurso de Pintura Rápida de Medio Ambiente "Ciudad de Aguilar de la Frontera" o el Premio Andaluz del Festival de Arte Contemporáneo de San José de La Rinconada, entre otros.
El pasado mes de septiembre, José Baena logró una mención de honor del Premio Almuzara de Pintura y, apenas unos días después, sumó un nuevo reconocimiento a su palmarés gracias a su obra titulada Los girasoles ciegos, con la que obtuvo una nueva mención de honor en el Concurso de Pintura "Villa de Moriles".
Artista autodidacta en el dibujo, José Baena recibió varios años formación en la Academia del Maestro Desiderio Delgado, que le aportaron un nuevo camino para seguir dentro de la pintura figurativa que actualmente plasma en sus obras. Una evolución que le ha valido, entre otros galardones más recientes, el primer premio del IX Concurso Nacional de Pintura "Ramón Muñoz Torres", un certamen celebrado en 2016 al que concurrieron 88 trabajos de todo el país.
Paisajes urbanos, peculiares estancias y bodegones de frascos antiguos conforman una colección que se exhibe en el peculiar soporte que ofrecen las tapas de tinajas de la Taberna Bolero, ese templo erigido en la calle Fuente Álamo en honor del vino y que regenta con maestría Carlos García Santiago.
Ingeniero informático de profesión y gran aficionado a la montaña –no en vano, coronó la cima del Everest el 21 de mayo de 2008 junto a su amigo Ricardo Guerrero–, José Baena Roca cuenta en su haber con más de una quincena de premios, como el de la Cata del Vino Montilla-Moriles, el Concurso de Pintura "Villa de Moriles" –que ha ganado hasta en dos ocasiones–, el Certamen Nacional de Pintura "Ciudad de Antequera", el Concurso de Pintura Rápida de Medio Ambiente "Ciudad de Aguilar de la Frontera" o el Premio Andaluz del Festival de Arte Contemporáneo de San José de La Rinconada, entre otros.
El pasado mes de septiembre, José Baena logró una mención de honor del Premio Almuzara de Pintura y, apenas unos días después, sumó un nuevo reconocimiento a su palmarés gracias a su obra titulada Los girasoles ciegos, con la que obtuvo una nueva mención de honor en el Concurso de Pintura "Villa de Moriles".
Artista autodidacta en el dibujo, José Baena recibió varios años formación en la Academia del Maestro Desiderio Delgado, que le aportaron un nuevo camino para seguir dentro de la pintura figurativa que actualmente plasma en sus obras. Una evolución que le ha valido, entre otros galardones más recientes, el primer premio del IX Concurso Nacional de Pintura "Ramón Muñoz Torres", un certamen celebrado en 2016 al que concurrieron 88 trabajos de todo el país.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN