La joven diseñadora montillana Ana Sánchez, conocida como Anaponf, cumplía hace justo un mes un gran sueño: desfilar en la Mercedes-Benz Fashion Week de Madrid junto a grandes nombres de la moda española como Duyos, Pedro del Hierro, Malne, Hannibal Laguna, o Andrés Sardá, entre otros. Desde entonces, tanto Ana como Álvaro Calafat, su pareja y la otra mitad de la creciente firma Álvaro Calafat, disfrutan del frenético ritmo de trabajo que le ha supuesto participar en una de las pasarelas más importantes a nivel internacional.
—Hace un mes que desfilaba en la Mercedes-Benz Fashion Week. ¿Ha tenido tiempo de digerir la buena acogida que ha tenido esta colección de su firma, Álvaro Calafat?
—Lo cierto es que aún estoy como en una nube porque ha sido una experiencia en la que nosotros hemos trabajado con todo el cariño, el esfuerzo y la pasión del mundo. Que después del show tuviéramos a todo el público aplaudiendo, y las críticas tan positivas, han superado todas mis expectativas.
—No era su primera pasarela, de hecho ha participado en dos ocasiones en la Semana de la Moda de Sevilla, primero como estudiante y posteriormente como diseñadora profesional. ¿Se vive de forma muy diferente?
—Cualquier pasarela es un reto, pero es cierto que participar en la Madrid Fashion Week requiere muchísimo trabajo porque, además, en nuestro caso desfilamos al mismo nivel que diseñadores consagrados, por lo que la responsabilidad es aún mayor. Para llegar hasta este punto, que después se resume en apenas 20 minutos de desfile, han sido muchas las caídas en el camino.
En 2017 yo empecé mi carrera como diseñadora en solitario, pero Álvaro y yo siempre trabajábamos juntos y colaborábamos en nuestras colecciones. Finalmente decidimos apostar por unir nuestro talento en una sola marca, Álvaro Calafat, porque ya estaba más consolidado. En estos años, ambos hemos trabajado sin descanso, cada uno por su camino y los dos juntos, para ver cumplir nuestro sueño de desfilar en Madrid.
—¿Qué se esconde detrás de un desfile de 20 minutos?
—Hace un mes que desfilaba en la Mercedes-Benz Fashion Week. ¿Ha tenido tiempo de digerir la buena acogida que ha tenido esta colección de su firma, Álvaro Calafat?
—Lo cierto es que aún estoy como en una nube porque ha sido una experiencia en la que nosotros hemos trabajado con todo el cariño, el esfuerzo y la pasión del mundo. Que después del show tuviéramos a todo el público aplaudiendo, y las críticas tan positivas, han superado todas mis expectativas.
—No era su primera pasarela, de hecho ha participado en dos ocasiones en la Semana de la Moda de Sevilla, primero como estudiante y posteriormente como diseñadora profesional. ¿Se vive de forma muy diferente?
—Cualquier pasarela es un reto, pero es cierto que participar en la Madrid Fashion Week requiere muchísimo trabajo porque, además, en nuestro caso desfilamos al mismo nivel que diseñadores consagrados, por lo que la responsabilidad es aún mayor. Para llegar hasta este punto, que después se resume en apenas 20 minutos de desfile, han sido muchas las caídas en el camino.
En 2017 yo empecé mi carrera como diseñadora en solitario, pero Álvaro y yo siempre trabajábamos juntos y colaborábamos en nuestras colecciones. Finalmente decidimos apostar por unir nuestro talento en una sola marca, Álvaro Calafat, porque ya estaba más consolidado. En estos años, ambos hemos trabajado sin descanso, cada uno por su camino y los dos juntos, para ver cumplir nuestro sueño de desfilar en Madrid.
—¿Qué se esconde detrás de un desfile de 20 minutos?
—En concreto, la colección 3LeMorte ha supuesto un año de trabajo. De hecho, cuando comenzamos a diseñar las prendas que conforman 3LeMorte yo estaba en Madrid estudiando, así que fue una locura patronar y diseñar a distancia.
—Pese a estar en Madrid, apostaron por ubicar el taller central de Álvaro Calafat en Alhaurín de la Torre. Parece que hay cierta tendencia a elegir el ámbito rural entre los nuevos diseñadores, como puede ser también el caso de Palomo Spain. ¿Es más fácil lanzar una firma desde pequeños municipios?
—Desarrollar una marca puede hacerse desde cualquier sitio, de hecho trabajar desde un pueblo tiene ventajas porque es más económico tener un taller y nos permite trabajar en un ambiente familiar en el que nos ayudamos unos a otros, pero es cierto que también hay que lidiar con ciertas limitaciones. Pero no hay duda que para poder crecer como marca, y más dado nuestro estilo, es necesario ir a una gran ciudad y a un ambiente más cosmopolita.
—Hace dos años fue embajadora del Plan para la Reactivación Socioeconómica #Remontamos, una iniciativa del Ayuntamiento de Montilla para mostrar el talento local. ¿Qué supuso esa experiencia?
—Iniciativas como Embajadores son muy positivas porque, en mi caso, cuando empecé a estudiar Diseño de Moda no tenía referentes cercanos en este sector y me gusta pensar que, a raíz de esa participación como embajadora, puedo ser un referente cercano para quienes quieren dedicarse a la moda. En Montilla hay talento en sectores creativos en los que existen pocos referentes a nivel local, pero con pasión, ganas y esfuerzo, se puede conseguir desarrollar una carrera profesional de ello.
—Tras la Madrid Fashion Week, ¿cuáles son los próximos proyectos de Álvaro Calafat?
—Ahora mismo estamos volcados en nuestra página web, que saldrá en nada, porque además de seguir sacando diseños, es fundamental vender. Con respecto a las pasarelas, seguiremos apostando por Madrid, y de hecho ya estamos con la nueva colección, aunque nuestro objetivo es evolucionar a otras citas de la moda a nivel internacional, pero ahora estamos en un punto en que es necesario ir poco a poco.
I. TÉLLEZ / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR