El Centro Cultural "Alcalde Antonio Carpio" acogerá mañana viernes, a partir de las 20.00 de la tarde, un encuentro vecinal para abordar los efectos de las emisiones que produce la orujera de El Tejar, situada a escasos ocho kilómetros del casco urbano de Montilla, aunque ubicada en el término municipal de Espejo.
Según sostiene uno de los convocantes, a través de un anuncio publicado en redes sociales, "es nuestra responsabilidad actuar contra esta barbaridad que no tiene visos de acabar en breve", en alusión a las instalaciones con las que la cooperativa oleícola El Tejar cuenta entre los términos municipales de Montilla y Espejo y que, en los últimos meses, han generado numerosas quejas en ambas localidades.
La orujera, que el pasado año 2020 recibió el visto bueno de la Junta de Andalucía a través de un informe técnico que se mostraba favorable a la construcción de esta planta para el tratamiento integral de alperujo, ocupa una parcela de más de 255.000 metros cuadrados y está dotada de dos chimeneas de 35 metros de altura.
Según desveló entonces la Junta de Andalucía, la actividad fundamental de la cooperativa, que ha generado numerosas quejas vecinales desde su entrada en funcionamiento "por la afección paisajística y medioambiental que generan sus emisiones", visibles desde varios kilómetros a la redonda, es "la eliminación y valorización de los subproductos que genera la actividad agroindustrial, fundamentalmente el alperujo".
A finales del pasado mes de julio, el Ayuntamiento de Montilla se mostró dispuesto a recabar toda la información disponible sobre esta orujera que, en palabras de Raquel Casado, teniente de alcalde de Infraestructuras y Medio Ambiente, desarrolla una "actividad necesaria" para dar respuesta al "problema grave" que representa la gestión de los orujos que generan las industrias agrícolas de la zona.
"Se trata de una actividad que evita la contaminación del suelo y de los recursos hídricos, pero es evidente que está generando molestias relevantes en Montilla, ya que son muchas las ocasiones en las que nos vemos afectados por los vapores que emite", añadió Raquel Casado, quien insistió, no obstante, en que no se trataría de emisiones "perjudiciales para la salud", según la información pública que existe. "Por eso no se hizo un estudio por parte de la Junta de Andalucía", puntualizó la edil.
Con todo, el Ayuntamiento de Montilla ha solicitado a la Delegación Territorial de la Consejería de Medio Ambiente que analice la "afección de esta actividad" en Montilla, así como un estudio de los niveles de emisiones "para garantizar que se cumplen todos los parámetros". De igual modo, el Consistorio solicitó al Ayuntamiento de Espejo que "verificara que se cumplía con todas las condiciones de licencia de actividad".
En este sentido, la edil montillana lamentó que en la información pública relacionada con esta empresa "se echa en falta un estudio de cómo afectan los olores y la contaminación atmosférica que genera en una localidad tan cercana como es Montilla".
"Estas instalaciones deben estar a más de cinco kilómetros de cualquier núcleo habitado y, sin embargo, las primeras casas de nuestro municipio están a menos distancia, con las consiguientes molestias que sufren por problemas de olores y de falta de visibilidad", reconoció Raquel Casado, quien reclamó a la Junta de Andalucía la realización de un estudio para "verificar que esta actividad no afecta por encima de lo permitido a la calidad del aire de nuestro municipio".
Según sostiene uno de los convocantes, a través de un anuncio publicado en redes sociales, "es nuestra responsabilidad actuar contra esta barbaridad que no tiene visos de acabar en breve", en alusión a las instalaciones con las que la cooperativa oleícola El Tejar cuenta entre los términos municipales de Montilla y Espejo y que, en los últimos meses, han generado numerosas quejas en ambas localidades.
La orujera, que el pasado año 2020 recibió el visto bueno de la Junta de Andalucía a través de un informe técnico que se mostraba favorable a la construcción de esta planta para el tratamiento integral de alperujo, ocupa una parcela de más de 255.000 metros cuadrados y está dotada de dos chimeneas de 35 metros de altura.
Según desveló entonces la Junta de Andalucía, la actividad fundamental de la cooperativa, que ha generado numerosas quejas vecinales desde su entrada en funcionamiento "por la afección paisajística y medioambiental que generan sus emisiones", visibles desde varios kilómetros a la redonda, es "la eliminación y valorización de los subproductos que genera la actividad agroindustrial, fundamentalmente el alperujo".
A finales del pasado mes de julio, el Ayuntamiento de Montilla se mostró dispuesto a recabar toda la información disponible sobre esta orujera que, en palabras de Raquel Casado, teniente de alcalde de Infraestructuras y Medio Ambiente, desarrolla una "actividad necesaria" para dar respuesta al "problema grave" que representa la gestión de los orujos que generan las industrias agrícolas de la zona.
"Se trata de una actividad que evita la contaminación del suelo y de los recursos hídricos, pero es evidente que está generando molestias relevantes en Montilla, ya que son muchas las ocasiones en las que nos vemos afectados por los vapores que emite", añadió Raquel Casado, quien insistió, no obstante, en que no se trataría de emisiones "perjudiciales para la salud", según la información pública que existe. "Por eso no se hizo un estudio por parte de la Junta de Andalucía", puntualizó la edil.
Con todo, el Ayuntamiento de Montilla ha solicitado a la Delegación Territorial de la Consejería de Medio Ambiente que analice la "afección de esta actividad" en Montilla, así como un estudio de los niveles de emisiones "para garantizar que se cumplen todos los parámetros". De igual modo, el Consistorio solicitó al Ayuntamiento de Espejo que "verificara que se cumplía con todas las condiciones de licencia de actividad".
En este sentido, la edil montillana lamentó que en la información pública relacionada con esta empresa "se echa en falta un estudio de cómo afectan los olores y la contaminación atmosférica que genera en una localidad tan cercana como es Montilla".
"Estas instalaciones deben estar a más de cinco kilómetros de cualquier núcleo habitado y, sin embargo, las primeras casas de nuestro municipio están a menos distancia, con las consiguientes molestias que sufren por problemas de olores y de falta de visibilidad", reconoció Raquel Casado, quien reclamó a la Junta de Andalucía la realización de un estudio para "verificar que esta actividad no afecta por encima de lo permitido a la calidad del aire de nuestro municipio".
J.P. BELLIDO / I. TÉLLEZ
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR / J.P. BELLIDO
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR / J.P. BELLIDO