La figura de Teodora, esposa de Justiniano y Emperatriz de Bizancio durante el siglo VI d. J., ha sido objeto de versiones muy diferentes por parte de las fuentes históricas. “Varios ojos, varias versiones. Así es la historia”, asegura Nasica en la novela que nos ocupa. Pero la historia también puede quedar enriquecida por la mirada del artista: probablemente la imagen que mejor recordamos de Teodora es la representada –junto con sus servidores– en los mosaicos de San Vital de Rávena.
A ella sumamos ahora la que nos presenta Jesús Maeso de la Torre en su última novela: a la hija del domador de osos cuya infancia, dominada por la miseria, nada hacía presagiar su futuro como la poderosa Emperatriz que llegó a ser Teodora, “la crisálida de Bizancio”, libre y valiente, dotada de especiales cualidades para el ejercicio del gobierno –fue decisiva la influencia que ejerció sobre su esposo–, impulsó medidas en favor de los más humildes y, de manera especial, de las mujeres.
Rasgos y actitudes que hacen de ella una mujer adelantada a su tiempo en un mundo dominado por los hombres. Por todo ello fue tan admirada como envidiada; tan querida como odiada, sobre todo por quienes no podían admitir que una mujer decidiera por sí misma, ejerciera tanto poder y rechazara someterse a las imposiciones de un varón.
La novela de Jesús Maeso no se limita a biografiar la figura histórica de Teodora: la estructura circular de la obra nos plantea una intriga que habrá de resolverse –y de complicarse– a lo largo de la narración. Durante el multitudinario entierro de la Emperatriz, alguien entrega precipitadamente a un alto dignatario de la Corte una bolsa que contiene un libelo difamatorio contra la pareja imperial, donde queda en entredicho el recto proceder de Teodora. Para contrarrestar su pernicioso efecto, el receptor del libelo, Flavio Nasica, decide escribir “La crónica verdadera de la Crisálida”, al tiempo que desarrollará numerosas pesquisas para hallar al autor del libelo.
Del narrador omnisciente en el Proemio pasamos al narrador autobiográfico, Flavio Nasica, natural de Gades, robado y emasculado por unos piratas, vendido como esclavo y posteriormente manumitido, amigo y confidente de la difunta Emperatriz, a quien conoció desde niña y acompañó a lo largo de una azarosa existencia marcada por numerosos altibajos hasta convertirse en la Emperatriz consorte de Bizancio. Se trata de dos vidas paralelas, curtidas en el sufrimiento pero cuyo afán de superación y apoyo mutuo acaba encumbrándolos.
Novela histórica, sí, pero que incluye además otras modalidades del género: es también novela de personajes (reales y ficticios), novela de aventuras, libro de viajes, novela de espionaje (con elementos de verdadero thriller)…
Maeso de la Torre nos presenta un Imperio Romano de Oriente –y en concreto su capital, Constantinopla– como un complejo mundo de contrastes, habitado por gentes de diversa procedencia, en el que luchan los bandos Verde y Azul, en donde los ritos paganos y el culto a los dioses conviven con el cristianismo y, dentro de esta doctrina, se enfrentan las corrientes monofisita y ortodoxa.
Y en medio de este caos emerge la irresistible figura de Teodora (“don de Dios”) cuya vida se configura como una montaña rusa con caídas y ascensos que se encadenan sin cesar, que la hacen objeto de admiración profunda pero también de odios enconados.
Teodora es –ya lo hemos dicho– “la Crisálida de Bizancio”: así la llaman el fiel Nasica y sus más íntimos. Su trayectoria vital representa a la perfección la asombrosa metamorfosis que, en la naturaleza, sufre la larva hasta transformarse en una esplendorosa mariposa de alas doradas.
Jesús Maeso es escrupulosamente fiel a la Historia (no se olvide su condición de historiador), y como tal actúa en esta novela, pero se vale de las fuentes históricas como punto de partida para configurar una complicada pero muy atractiva trama en la que los personajes –históricos y ficticios– cobran vida propia a lo largo de una narración impecable, ágil e intensa, trazada con pulso firme, en la que también consigue que el lector tenga un papel muy activo que lo lleva a participar en la acción: puede tomar partido por unos personajes y rechazar a otros, recorrer con ellos los mismos caminos y adentrarse en los lugares en que transcurre la obra guiado por las minuciosas descripciones que nos transmiten todo tipo de sensaciones y sentimientos. Su mirada de creador –de novelista– se hace eco de esas otras miradas de la historia y a partir de ella configura una imagen enriquecida de Teodora, de su tiempo.
Ficción, no historia, pero que impulsa también a los lectores a contemplar la del Imperio Romano de Oriente y a Teodora –la enigmática “Crisálida de Bizancio”– desde esa perspectiva pluridimensional que nos ofrece en su última novela Jesús Maeso de la Torre.
Ficha técnica
Título: Teodora, la crisálida de Bizancio.
Autor: Jesús Maeso de la Torre.
Edita: Harper Collins Ibérica. Colección Narrativa histórica.
Ciudad: Madrid.
Año: 2021.
ISBN: 978-84-9139-706-9.
A ella sumamos ahora la que nos presenta Jesús Maeso de la Torre en su última novela: a la hija del domador de osos cuya infancia, dominada por la miseria, nada hacía presagiar su futuro como la poderosa Emperatriz que llegó a ser Teodora, “la crisálida de Bizancio”, libre y valiente, dotada de especiales cualidades para el ejercicio del gobierno –fue decisiva la influencia que ejerció sobre su esposo–, impulsó medidas en favor de los más humildes y, de manera especial, de las mujeres.
Rasgos y actitudes que hacen de ella una mujer adelantada a su tiempo en un mundo dominado por los hombres. Por todo ello fue tan admirada como envidiada; tan querida como odiada, sobre todo por quienes no podían admitir que una mujer decidiera por sí misma, ejerciera tanto poder y rechazara someterse a las imposiciones de un varón.
La novela de Jesús Maeso no se limita a biografiar la figura histórica de Teodora: la estructura circular de la obra nos plantea una intriga que habrá de resolverse –y de complicarse– a lo largo de la narración. Durante el multitudinario entierro de la Emperatriz, alguien entrega precipitadamente a un alto dignatario de la Corte una bolsa que contiene un libelo difamatorio contra la pareja imperial, donde queda en entredicho el recto proceder de Teodora. Para contrarrestar su pernicioso efecto, el receptor del libelo, Flavio Nasica, decide escribir “La crónica verdadera de la Crisálida”, al tiempo que desarrollará numerosas pesquisas para hallar al autor del libelo.
Del narrador omnisciente en el Proemio pasamos al narrador autobiográfico, Flavio Nasica, natural de Gades, robado y emasculado por unos piratas, vendido como esclavo y posteriormente manumitido, amigo y confidente de la difunta Emperatriz, a quien conoció desde niña y acompañó a lo largo de una azarosa existencia marcada por numerosos altibajos hasta convertirse en la Emperatriz consorte de Bizancio. Se trata de dos vidas paralelas, curtidas en el sufrimiento pero cuyo afán de superación y apoyo mutuo acaba encumbrándolos.
Novela histórica, sí, pero que incluye además otras modalidades del género: es también novela de personajes (reales y ficticios), novela de aventuras, libro de viajes, novela de espionaje (con elementos de verdadero thriller)…
Maeso de la Torre nos presenta un Imperio Romano de Oriente –y en concreto su capital, Constantinopla– como un complejo mundo de contrastes, habitado por gentes de diversa procedencia, en el que luchan los bandos Verde y Azul, en donde los ritos paganos y el culto a los dioses conviven con el cristianismo y, dentro de esta doctrina, se enfrentan las corrientes monofisita y ortodoxa.
Y en medio de este caos emerge la irresistible figura de Teodora (“don de Dios”) cuya vida se configura como una montaña rusa con caídas y ascensos que se encadenan sin cesar, que la hacen objeto de admiración profunda pero también de odios enconados.
Teodora es –ya lo hemos dicho– “la Crisálida de Bizancio”: así la llaman el fiel Nasica y sus más íntimos. Su trayectoria vital representa a la perfección la asombrosa metamorfosis que, en la naturaleza, sufre la larva hasta transformarse en una esplendorosa mariposa de alas doradas.
Jesús Maeso es escrupulosamente fiel a la Historia (no se olvide su condición de historiador), y como tal actúa en esta novela, pero se vale de las fuentes históricas como punto de partida para configurar una complicada pero muy atractiva trama en la que los personajes –históricos y ficticios– cobran vida propia a lo largo de una narración impecable, ágil e intensa, trazada con pulso firme, en la que también consigue que el lector tenga un papel muy activo que lo lleva a participar en la acción: puede tomar partido por unos personajes y rechazar a otros, recorrer con ellos los mismos caminos y adentrarse en los lugares en que transcurre la obra guiado por las minuciosas descripciones que nos transmiten todo tipo de sensaciones y sentimientos. Su mirada de creador –de novelista– se hace eco de esas otras miradas de la historia y a partir de ella configura una imagen enriquecida de Teodora, de su tiempo.
Ficción, no historia, pero que impulsa también a los lectores a contemplar la del Imperio Romano de Oriente y a Teodora –la enigmática “Crisálida de Bizancio”– desde esa perspectiva pluridimensional que nos ofrece en su última novela Jesús Maeso de la Torre.
Ficha técnica
Título: Teodora, la crisálida de Bizancio.
Autor: Jesús Maeso de la Torre.
Edita: Harper Collins Ibérica. Colección Narrativa histórica.
Ciudad: Madrid.
Año: 2021.
ISBN: 978-84-9139-706-9.
MARÍA DEL CARMEN GARCÍA TEJERA
FOTOGRAFÍA: JESÚS MAESO
FOTOGRAFÍA: JESÚS MAESO