El proyecto de Presupuestos de la Junta de Andalucía para el ejercicio 2022 contempla una inversión de 1,5 millones para el desarrollo del proyecto de recuperación de la Laguna de Jarata y el descansadero de Malabrigo. De esta forma, el Gobierno andaluz pretende dar continuidad al proyecto redactado a finales del pasado año 2018 y que se encuentra a la espera de la definición "definitiva" de las actuaciones necesarias para recuperar este humedal.
La inclusión de este proyecto en los presupuestos de la Junta para el próximo ejercicio es "una buena noticia", como señaló la teniente de alcalde de Infraestructuras, Urbanismo y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Montilla, Raquel Casado, si bien "aún queda por determinar cómo se va actuar".
En este sentido, la edil montillana reconoció que hasta la fecha el Ayuntamiento carece de más información que la cantidad planteada por la Junta de Andalucía para este proyecto, y que fue dada a conocer por el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, en la presentación de los presupuestos en la provincia de Córdoba.
"Para el Ayuntamiento de Montilla la recuperación de la Laguna de Jarata es un proyecto fundamental, y de hecho se ha incluido dentro del Plan de Turismo Sostenible, pero no sabemos nada más allá de que se ha incluido en los presupuestos", apuntó Casado, quien señaló que se trata de una noticia "muy positiva", si bien considera "que es tarde porque lleva años en puertas".
Precisamente, su interés y riqueza medioambiental favoreció que en 2017 la Consejería de Medio Ambiente incluyera la Laguna de Jarata, junto a otros 14 humedales andaluces –cuatro de ellos en la provincia de Córdoba–, dentro del Inventario de Humedales de Andalucía, donde se recogen un total 220 espacios de estas características.
Un espacio por recuperar
La presencia de sal en el suelo y su tendencia a encharcarse en época de lluvias favorecen la proliferación de tarajes, un arbusto perteneciente a la familia Tamaricaceae que se encuentra en el Mediterráneo occidental, aunque también son frecuentes los carrizos. No obstante, la especie más extendida es de carácter nitrófilo y halófilo. Esta vegetación era utilizada por diferentes aves para anidar, entre las que destacaban cigüeñas, ánades, avefrías, fochas, pollas de agua y limícolas o zancudas. También eran frecuentes los anfibios como sapos y ranas.
Las primeras referencias históricas documentadas sobre la Laguna de Jarata se remontan a 1528, tal y como constan en las Actas Capitulares del Ayuntamiento de Montilla, que aluden a la costumbre de repartir entre los dueños de ganado lanar los aguaderos del término municipal para que en ellos pudieran abrevarse los rebaños.
Varios documentos que se conservan en el Archivo Histórico Local también constatan que en la segunda mitad del siglo XX el paraje de Jarata se transformaba en una laguna, fundamentalmente durante los inviernos más lluviosos. Sin embargo, las captaciones de agua para las labores agrícolas provocaron la desecación de la zona.
Con todo, en el año 1996, uno de los más lluviosos del último siglo, el paraje de Jarata se volvió a encharcar, lo que llevó al Ayuntamiento de Montilla a plantearse la posibilidad de recuperar la laguna. Por ello, en mayo de 1997, el Consistorio solicitó una subvención para actividades de voluntariado ambiental, consistentes en la plantación de vegetación hidrófila en su entorno.
La inclusión de este proyecto en los presupuestos de la Junta para el próximo ejercicio es "una buena noticia", como señaló la teniente de alcalde de Infraestructuras, Urbanismo y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Montilla, Raquel Casado, si bien "aún queda por determinar cómo se va actuar".
En este sentido, la edil montillana reconoció que hasta la fecha el Ayuntamiento carece de más información que la cantidad planteada por la Junta de Andalucía para este proyecto, y que fue dada a conocer por el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, en la presentación de los presupuestos en la provincia de Córdoba.
"Para el Ayuntamiento de Montilla la recuperación de la Laguna de Jarata es un proyecto fundamental, y de hecho se ha incluido dentro del Plan de Turismo Sostenible, pero no sabemos nada más allá de que se ha incluido en los presupuestos", apuntó Casado, quien señaló que se trata de una noticia "muy positiva", si bien considera "que es tarde porque lleva años en puertas".
Precisamente, su interés y riqueza medioambiental favoreció que en 2017 la Consejería de Medio Ambiente incluyera la Laguna de Jarata, junto a otros 14 humedales andaluces –cuatro de ellos en la provincia de Córdoba–, dentro del Inventario de Humedales de Andalucía, donde se recogen un total 220 espacios de estas características.
Un espacio por recuperar
La presencia de sal en el suelo y su tendencia a encharcarse en época de lluvias favorecen la proliferación de tarajes, un arbusto perteneciente a la familia Tamaricaceae que se encuentra en el Mediterráneo occidental, aunque también son frecuentes los carrizos. No obstante, la especie más extendida es de carácter nitrófilo y halófilo. Esta vegetación era utilizada por diferentes aves para anidar, entre las que destacaban cigüeñas, ánades, avefrías, fochas, pollas de agua y limícolas o zancudas. También eran frecuentes los anfibios como sapos y ranas.
Las primeras referencias históricas documentadas sobre la Laguna de Jarata se remontan a 1528, tal y como constan en las Actas Capitulares del Ayuntamiento de Montilla, que aluden a la costumbre de repartir entre los dueños de ganado lanar los aguaderos del término municipal para que en ellos pudieran abrevarse los rebaños.
Varios documentos que se conservan en el Archivo Histórico Local también constatan que en la segunda mitad del siglo XX el paraje de Jarata se transformaba en una laguna, fundamentalmente durante los inviernos más lluviosos. Sin embargo, las captaciones de agua para las labores agrícolas provocaron la desecación de la zona.
Con todo, en el año 1996, uno de los más lluviosos del último siglo, el paraje de Jarata se volvió a encharcar, lo que llevó al Ayuntamiento de Montilla a plantearse la posibilidad de recuperar la laguna. Por ello, en mayo de 1997, el Consistorio solicitó una subvención para actividades de voluntariado ambiental, consistentes en la plantación de vegetación hidrófila en su entorno.
I. TÉLLEZ / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR