La tradicional Paella Gigante de la Centuria Romana Munda regresó ayer a la plaza de la Aurora, en pleno corazón de la barriada de El Gran Capitán, en agradecimiento al apoyo de la ciudadanía montillana a cuantas actividades desarrollan este colectivo. Dos años y una semana después de su última edición, un periodo de espera obligado por la pandemia y, posteriormente, por las condiciones climatológicas que protagonizaron el pasado Día de Todos los Santos, los romanos montillanos volvieron a ponerse el delantal para servir arroz y gachas a cientos de vecinos de Montilla y la comarca.
Reconocida como una de las citas más emblemáticas de la Centuria Romana montillana con sus vecinos, la Paella Gigante congregó a cientos de personas para disfrutar de las cerca de 3.500 raciones que se vienen repartiendo edición tras edición. Para ello, se utilizaron 15 litros de aceite de oliva, 20 kilos de ajos, 80 kilos de carne, otros 200 de arroz, 50 kilos de tomate y 40 de pimientos, además de marisco.
A su vez, los cocineros, que utilizaron paletas de 4 metros de largo para remover el almuerzo, tuvieron que prestar especial atención a una inconmensurable candela alimentada por unos 1.000 kilos de leña que, desde primeras horas de la mañana, caldearon el ambiente en este enclave de la barriada de El Gran Capitán.
La comida, que fue acompañada con vinos de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles, concluyó con un postre muy especial. Y es que, al igual que otros años, los romanos sirvieron unas exquisitas raciones de gachas del Día de Todos los Santos, uno de los platos más significativos de esta efeméride que también puede degustarse en otras localidades del Valle de Los Pedroches como El Guijo, Villaralto, Pedroche o Alcaracejos.
Como en años anteriores, la gran paella de los Romanos contó luego con una merienda muy especial, esta vez a cargo de la Hermandad del Señor en la Santa Cena, María Santísima de la Estrella y Nuestra Señora de las Viñas. Y es que, dado que la Hermandad también retrasó una semana la celebración de su sopaipada por la lluvia del pasado domingo, la cofradía elaboró las tradicionales sopaipas y chocolate en la cercana plaza de La Merced.
Reconocida como una de las citas más emblemáticas de la Centuria Romana montillana con sus vecinos, la Paella Gigante congregó a cientos de personas para disfrutar de las cerca de 3.500 raciones que se vienen repartiendo edición tras edición. Para ello, se utilizaron 15 litros de aceite de oliva, 20 kilos de ajos, 80 kilos de carne, otros 200 de arroz, 50 kilos de tomate y 40 de pimientos, además de marisco.
A su vez, los cocineros, que utilizaron paletas de 4 metros de largo para remover el almuerzo, tuvieron que prestar especial atención a una inconmensurable candela alimentada por unos 1.000 kilos de leña que, desde primeras horas de la mañana, caldearon el ambiente en este enclave de la barriada de El Gran Capitán.
La comida, que fue acompañada con vinos de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles, concluyó con un postre muy especial. Y es que, al igual que otros años, los romanos sirvieron unas exquisitas raciones de gachas del Día de Todos los Santos, uno de los platos más significativos de esta efeméride que también puede degustarse en otras localidades del Valle de Los Pedroches como El Guijo, Villaralto, Pedroche o Alcaracejos.
Como en años anteriores, la gran paella de los Romanos contó luego con una merienda muy especial, esta vez a cargo de la Hermandad del Señor en la Santa Cena, María Santísima de la Estrella y Nuestra Señora de las Viñas. Y es que, dado que la Hermandad también retrasó una semana la celebración de su sopaipada por la lluvia del pasado domingo, la cofradía elaboró las tradicionales sopaipas y chocolate en la cercana plaza de La Merced.
I. TÉLLEZ / REDACCIÓN
REPORTAJE FOTOGRÁFICO: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
REPORTAJE FOTOGRÁFICO: JOSÉ ANTONIO AGUILAR