El Aula de Viticultura del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles ha alertado ya de las primeras manchas de mildium en varias viñas del término municipal de Montemayor. Según avanzó en su boletín semanal la Agrupación para el Tratamiento Integrado en Agricultura (Atria), el aviso por la existencia de estas manchas tuvieron lugar los días 30 de abril y 3 de mayo.
Según señala el Aula de Viticultura, las manchas detectadas ya presentan pelusa, lo que indica "que estaban presentes en los pasados días de lluvia, 26 y 27 de abril", por lo que no se descarta que se alerte de nuevas manchas en los próximos días.
"Es necesario tener las viñas protegidas por lo que es recomendable tratar inmediatamente el mildiu con penetrantes o sistémicos antes de que aparezcan las nuevas manchas y antes de las próximas lluvias previstas", insistió Ángela Portero, responsable del Aula de Viticultura.
Tal y como ha vuelto a ocurrir este año, los agricultores de Montemayor son, por lo general, los primeros en dar la alerta de la presencia de esta epidemia vegetal, al contar con viñedos en terrenos arenosos, donde la brotación se produce de manera más temprana.
Una vez que se detecta la primera mancha, se debe evitar arrancar la hoja afectada de la cepa, alertando de inmediato al Departamento de Salud Vegetal de la Delegación de Agricultura de Córdoba, a través de los teléfonos 957 001 002, 957 001 666 y 957 001 654, o bien a través de esta dirección de correo electrónico.
Conocido en otras regiones como añublo o mildeo, este hongo parásito originario de América puede ocasionar daños devastadores en todos los órganos de la planta si el clima le favorece. De esta forma, representa una de las enfermedades criptogámicas más peligrosas y de las más temidas por los viticultores porque, cuando la infección es grande, puede devastar toda la producción de una zona vitivinícola.
Una vez que se detecta la primera mancha, el Aula de Viticultura del Consejo Regulador da la voz de alarma y los viticultores empiezan a aplicar los tratamientos correspondientes, a base de productos penetrantes y sistémicos que actúan incluso cuando la enfermedad se ha hecho presente en la planta.
De esta forma, a los viñedos afectados se les pueden aplicar tratamientos a base de cobre que, además de ofrecer buenos resultados, tienen un coste relativamente bajo. No obstante, si la infección es mayor, es recomendable acudir a productos sistémicos, con lo que el tratamiento se encarece considerablemente.
Según señala el Aula de Viticultura, las manchas detectadas ya presentan pelusa, lo que indica "que estaban presentes en los pasados días de lluvia, 26 y 27 de abril", por lo que no se descarta que se alerte de nuevas manchas en los próximos días.
"Es necesario tener las viñas protegidas por lo que es recomendable tratar inmediatamente el mildiu con penetrantes o sistémicos antes de que aparezcan las nuevas manchas y antes de las próximas lluvias previstas", insistió Ángela Portero, responsable del Aula de Viticultura.
Tal y como ha vuelto a ocurrir este año, los agricultores de Montemayor son, por lo general, los primeros en dar la alerta de la presencia de esta epidemia vegetal, al contar con viñedos en terrenos arenosos, donde la brotación se produce de manera más temprana.
Una vez que se detecta la primera mancha, se debe evitar arrancar la hoja afectada de la cepa, alertando de inmediato al Departamento de Salud Vegetal de la Delegación de Agricultura de Córdoba, a través de los teléfonos 957 001 002, 957 001 666 y 957 001 654, o bien a través de esta dirección de correo electrónico.
Conocido en otras regiones como añublo o mildeo, este hongo parásito originario de América puede ocasionar daños devastadores en todos los órganos de la planta si el clima le favorece. De esta forma, representa una de las enfermedades criptogámicas más peligrosas y de las más temidas por los viticultores porque, cuando la infección es grande, puede devastar toda la producción de una zona vitivinícola.
Una vez que se detecta la primera mancha, el Aula de Viticultura del Consejo Regulador da la voz de alarma y los viticultores empiezan a aplicar los tratamientos correspondientes, a base de productos penetrantes y sistémicos que actúan incluso cuando la enfermedad se ha hecho presente en la planta.
De esta forma, a los viñedos afectados se les pueden aplicar tratamientos a base de cobre que, además de ofrecer buenos resultados, tienen un coste relativamente bajo. No obstante, si la infección es mayor, es recomendable acudir a productos sistémicos, con lo que el tratamiento se encarece considerablemente.
I. TÉLLEZ / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
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