El Museo Garnelo de Montilla ha perdido hoy a uno de sus principales impulsores. Manuel Cabello de Alba Moyano, farmacéutico especialista en Análisis Clínicos y coleccionista de arte, ha fallecido a los 73 años de edad, tal y como han confirmado a Montilla Digital fuentes próximas a la familia. Nacido en Montilla el 12 de junio de 1947, estaba casado con Concepción Portero y era padre de dos hijos, Manuel, residente en Sevilla, y José María, que regenta la conocida farmacia ubicada en la esquina de la Puerta de Aguilar con la calle Ortega.
Siguiendo los pasos de su madre, también farmacéutica, Manuel Cabello de Alba asumió en 1971 la titularidad de la botica familiar que, entre las décadas de los setenta y los noventa del pasado siglo, realizó análisis clínicos en una época en la que estos métodos de diagnóstico se practicaban casi de manera exclusiva en la capital cordobesa, por lo que su implantación en Montilla supuso todo un revulsivo para los vecinos de la Campiña Sur cordobesa que necesitaban estas pruebas.
A finales de 2015, y coincidiendo con la festividad de la Inmaculada Concepción, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Córdoba hizo entrega a Manuel Cabello de Alba de la insignia de la entidad junto a otros boticarios que cesaron ese mismo año en el ejercicio profesional.
Nueve años antes, la Casa de Montilla en Córdoba también quiso reconocer la labor de Manuel Cabello de Alba aunque, esta vez, por su papel al frente de la Asociación de Amigos del Museo Garnelo, un colectivo que promueve todo tipo de iniciativas en torno al artista José Santiago Garnelo y Alda, una de las figuras fundamentales de la pintura española contemporánea.
El hotel Abetos del Maestre Escuela, situado en las faldas de la Sierra de Córdoba, acogió a finales de 2006 un homenaje que estuvo presidido por el entonces alcalde de Montilla, Antonio Carpio, quien no quiso perder la oportunidad de agradecer la “entrega” de Manuel Cabello de Alba, a quien atribuyó gran parte del éxito del proyecto de la Casa de las Aguas. En ese sentido, el entonces primer edil reconoció públicamente los esfuerzos de quien, junto al sobrino del artista, Joaquín Cuello, aportó un mayor número de obras al Museo Garnelo.
El encargado de resaltar la figura del homenajeado fue el hoy director honorario de la Casa de las Aguas, José Antonio Cerezo, quien afirmó que “el proyecto iniciado por Manuel Cabello de Alba nos permite hablar de Montilla como una ciudad de cultura con peso específico en el ámbito autonómico y estatal”.
Un enamorado de Garnelo
La afición de Manuel Cabello de Alba Moyano por la obra garneliana nació de la mano de su abuelo, Enrique Moyano, médico de Garnelo hasta sus últimos días, quien le mostraba sus cuadros en el patio de su casa para enseñarlo a mirar las obras de arte.
Propietario de una amplísima colección de obras de José Santiago Garnelo, la mayoría de ellas expuestas en la Casa de las Aguas, Manuel Cabello de Alba también atesoraba una gran cantidad de dibujos de los siglos XVIII y XX, de autores tan reconocidos como Julio Romero de Torres, Raimundo y Federico de Madrazo, Mariano Fortuny, Sorolla, Zuloaga, Valeriano Domínguez Bécquer o Mariano Benlliure, sin olvidar otras obras provenientes de Italia, Inglaterra y Francia firmadas por artistas como Honoré Daumier o Paul Gavarni.
En el mes de mayo de 2016, la colección Manuel Cabello de Alba se mostró al público por vez primera en Montilla. Muchas de las obras que la conformaban eran, en rigor, inéditas y desconocidas para la mayoría de los espectadores, si bien ya habían sido exhibidas, con éxito de crítica y público, en la sala de exposiciones de la Casa del Cordón de Burgos.
En su mayor parte pertenecían al siglo XIX y comienzos del XX; con ellas podía trazarse un completo panorama de los diferentes modos de hacer y de sentir la creación artística en España. Más allá de los nombres concretos, sobresalía la insólita calidad de cada uno de estos dibujos, muchos de los cuales descuellan por su indudable maestría.
El origen de la colección de dibujo de Manuel Cabello de Alba fue, en cierta manera, casual. En su apasionada búsqueda de obras pertenecientes al pintor José Garnelo y Alda (1866-1944), con cuya reivindicación y defensa Cabello de Alba estuvo comprometido desde niño, y que cristalizó con la apertura de su museo monográfico en la Casa de las Aguas, fueron cruzándose en su camino estos dibujos que, paso a paso, configuraron un extraordinario gabinete que llenaba de luz las paredes de su estudio en la calle Ortega. Descanse en paz.
Siguiendo los pasos de su madre, también farmacéutica, Manuel Cabello de Alba asumió en 1971 la titularidad de la botica familiar que, entre las décadas de los setenta y los noventa del pasado siglo, realizó análisis clínicos en una época en la que estos métodos de diagnóstico se practicaban casi de manera exclusiva en la capital cordobesa, por lo que su implantación en Montilla supuso todo un revulsivo para los vecinos de la Campiña Sur cordobesa que necesitaban estas pruebas.
A finales de 2015, y coincidiendo con la festividad de la Inmaculada Concepción, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Córdoba hizo entrega a Manuel Cabello de Alba de la insignia de la entidad junto a otros boticarios que cesaron ese mismo año en el ejercicio profesional.
Nueve años antes, la Casa de Montilla en Córdoba también quiso reconocer la labor de Manuel Cabello de Alba aunque, esta vez, por su papel al frente de la Asociación de Amigos del Museo Garnelo, un colectivo que promueve todo tipo de iniciativas en torno al artista José Santiago Garnelo y Alda, una de las figuras fundamentales de la pintura española contemporánea.
El hotel Abetos del Maestre Escuela, situado en las faldas de la Sierra de Córdoba, acogió a finales de 2006 un homenaje que estuvo presidido por el entonces alcalde de Montilla, Antonio Carpio, quien no quiso perder la oportunidad de agradecer la “entrega” de Manuel Cabello de Alba, a quien atribuyó gran parte del éxito del proyecto de la Casa de las Aguas. En ese sentido, el entonces primer edil reconoció públicamente los esfuerzos de quien, junto al sobrino del artista, Joaquín Cuello, aportó un mayor número de obras al Museo Garnelo.
El encargado de resaltar la figura del homenajeado fue el hoy director honorario de la Casa de las Aguas, José Antonio Cerezo, quien afirmó que “el proyecto iniciado por Manuel Cabello de Alba nos permite hablar de Montilla como una ciudad de cultura con peso específico en el ámbito autonómico y estatal”.
Un enamorado de Garnelo
La afición de Manuel Cabello de Alba Moyano por la obra garneliana nació de la mano de su abuelo, Enrique Moyano, médico de Garnelo hasta sus últimos días, quien le mostraba sus cuadros en el patio de su casa para enseñarlo a mirar las obras de arte.
Propietario de una amplísima colección de obras de José Santiago Garnelo, la mayoría de ellas expuestas en la Casa de las Aguas, Manuel Cabello de Alba también atesoraba una gran cantidad de dibujos de los siglos XVIII y XX, de autores tan reconocidos como Julio Romero de Torres, Raimundo y Federico de Madrazo, Mariano Fortuny, Sorolla, Zuloaga, Valeriano Domínguez Bécquer o Mariano Benlliure, sin olvidar otras obras provenientes de Italia, Inglaterra y Francia firmadas por artistas como Honoré Daumier o Paul Gavarni.
En el mes de mayo de 2016, la colección Manuel Cabello de Alba se mostró al público por vez primera en Montilla. Muchas de las obras que la conformaban eran, en rigor, inéditas y desconocidas para la mayoría de los espectadores, si bien ya habían sido exhibidas, con éxito de crítica y público, en la sala de exposiciones de la Casa del Cordón de Burgos.
En su mayor parte pertenecían al siglo XIX y comienzos del XX; con ellas podía trazarse un completo panorama de los diferentes modos de hacer y de sentir la creación artística en España. Más allá de los nombres concretos, sobresalía la insólita calidad de cada uno de estos dibujos, muchos de los cuales descuellan por su indudable maestría.
El origen de la colección de dibujo de Manuel Cabello de Alba fue, en cierta manera, casual. En su apasionada búsqueda de obras pertenecientes al pintor José Garnelo y Alda (1866-1944), con cuya reivindicación y defensa Cabello de Alba estuvo comprometido desde niño, y que cristalizó con la apertura de su museo monográfico en la Casa de las Aguas, fueron cruzándose en su camino estos dibujos que, paso a paso, configuraron un extraordinario gabinete que llenaba de luz las paredes de su estudio en la calle Ortega. Descanse en paz.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR