La fecha del 16 de julio representa, para muchos hermanos del Sagrado Descendimiento, un antes y un después en la historia de su cofradía. Y es que fue un 16 de julio cuando se hizo palpable uno de sus proyectos más ambiciosos: la construcción de la casa-hermandad de la que ahora goza la corporación. En efecto, la cofradía del Viernes Santo celebró en la noche del 16 de julio de 2010, hace justo una década, el simbólico acto de colocación de la primera piedra de su nueva capilla que, además, se concibió como centro de oración y de culto para sus sagrados titulares, obra del imaginero cordobés Antonio Bernal.
El acto, que contó con la presencia de la entonces alcaldesa de Montilla, Rosa Lucía Polonio, reunió a representantes de la Agrupación de Cofradías y de otras hermandades de la localidad, así como a un gran número de hermanos del Descendimiento, con su hermano mayor, Mariano César, a la cabeza.
Los trabajos previos a la construcción de la nueva casa-hermandad del Descendimiento, que se iniciaron el 18 de mayo de 2010, fueron llevados a cabo por las empresas montillanas Construcciones y Reformas Francisco Solano Jiménez Priego y Excavaciones Vicente Marqués.
Tanto el proyecto de demolición como el de ejecución material fueron redactados por el arquitecto montillano Antonio Luque-Romero, hermano de la cofradía y protagonista durante años de la Representación Dramática de La Pasión, quien planteó la construcción de un edificio de dos plantas sobre un solar de 223 metros cuadrados situado en la calle Fuente Álamo.
Junto a una capilla de 140 metros cuadrados, el proyecto de Antonio Luque-Romero contemplaba una sacristía de cerca de 34 metros y varias dependencias administrativas. La puerta principal, de 6 metros de alto por casi tres de ancho, permitía la entrada y la salida del espectacular paso de misterio que escenifica el Sagrado Descendimiento de Jesucristo.
Tras el desarrollo de las obras, que se prolongaron durante casi nueve meses, el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, fue el encargado de consagrar la nueva capilla en la tarde del 3 de abril de 2011. Ante cientos de hermanos de la cofradía y de representantes de otras hermandades, el titular de la Diócesis alabó "el coraje y la determinación" de la corporación del Viernes Santo para hacer realidad este proyecto del que Fernández alabó su amplitud y funcionalidad.
"Las cofradías de Semana Santa no son grupos culturales ni, principalmente, un asunto de Interés Turístico", afirmó el obispo durante la homilía, quien hizo hincapié en que las hermandades "ante todo son la exuberancia de una fe que se vive en el corazón, que se siente y que se transmite".
La solemne eucaristía, en la que intervino el coro de la propia Hermandad del Sagrado Descendimiento, también contó con la participación de los distintos hermanos mayores que habían dirigido la cofradía desde el momento de su fundación: José Antonio Carmona, Miguel Ángel Sánchez y Mariano César.
Una cofradía con más de dos décadas de historia
El interés de un grupo de jóvenes por la Semana Santa condujo a la fundación de esta hermandad, que optó por rendir culto al Señor en un capítulo de la Pasión que desde tiempos pasados no se realizaba: el Descendimiento de Nuestro Señor Jesucristo. En el templo de La Encarnación –hoy Basílica Menor Pontificia de San Juan de Ávila– y siendo su primer consiliario el padre jesuita Juan Valdés Sancho, fueron aprobadas las Reglas de la Hermandad el 25 de marzo de 1994, decidiéndose a su vez otorgar la advocación de Nuestra Señora de la Encarnación a la cotitular de la cofradía.
La Hermandad realizó su primera estación de penitencia en 1996. En noviembre de 2005, su sede canónica fue trasladada a la ermita de San José desde donde, por las propias dimensiones del templo, no podían celebrar su estación de penitencia en la tarde del Viernes Santo. Tras una serie de vicisitudes, la cofradía decidió hace una década levantar la nueva capilla que, desde entonces, recibe a los fieles y hermanos en la calle Fuente Álamo, a escasos metros de la confluencia con la calle Médico Cabello.
El acto, que contó con la presencia de la entonces alcaldesa de Montilla, Rosa Lucía Polonio, reunió a representantes de la Agrupación de Cofradías y de otras hermandades de la localidad, así como a un gran número de hermanos del Descendimiento, con su hermano mayor, Mariano César, a la cabeza.
Los trabajos previos a la construcción de la nueva casa-hermandad del Descendimiento, que se iniciaron el 18 de mayo de 2010, fueron llevados a cabo por las empresas montillanas Construcciones y Reformas Francisco Solano Jiménez Priego y Excavaciones Vicente Marqués.
Tanto el proyecto de demolición como el de ejecución material fueron redactados por el arquitecto montillano Antonio Luque-Romero, hermano de la cofradía y protagonista durante años de la Representación Dramática de La Pasión, quien planteó la construcción de un edificio de dos plantas sobre un solar de 223 metros cuadrados situado en la calle Fuente Álamo.
Junto a una capilla de 140 metros cuadrados, el proyecto de Antonio Luque-Romero contemplaba una sacristía de cerca de 34 metros y varias dependencias administrativas. La puerta principal, de 6 metros de alto por casi tres de ancho, permitía la entrada y la salida del espectacular paso de misterio que escenifica el Sagrado Descendimiento de Jesucristo.
Tras el desarrollo de las obras, que se prolongaron durante casi nueve meses, el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, fue el encargado de consagrar la nueva capilla en la tarde del 3 de abril de 2011. Ante cientos de hermanos de la cofradía y de representantes de otras hermandades, el titular de la Diócesis alabó "el coraje y la determinación" de la corporación del Viernes Santo para hacer realidad este proyecto del que Fernández alabó su amplitud y funcionalidad.
"Las cofradías de Semana Santa no son grupos culturales ni, principalmente, un asunto de Interés Turístico", afirmó el obispo durante la homilía, quien hizo hincapié en que las hermandades "ante todo son la exuberancia de una fe que se vive en el corazón, que se siente y que se transmite".
La solemne eucaristía, en la que intervino el coro de la propia Hermandad del Sagrado Descendimiento, también contó con la participación de los distintos hermanos mayores que habían dirigido la cofradía desde el momento de su fundación: José Antonio Carmona, Miguel Ángel Sánchez y Mariano César.
Una cofradía con más de dos décadas de historia
El interés de un grupo de jóvenes por la Semana Santa condujo a la fundación de esta hermandad, que optó por rendir culto al Señor en un capítulo de la Pasión que desde tiempos pasados no se realizaba: el Descendimiento de Nuestro Señor Jesucristo. En el templo de La Encarnación –hoy Basílica Menor Pontificia de San Juan de Ávila– y siendo su primer consiliario el padre jesuita Juan Valdés Sancho, fueron aprobadas las Reglas de la Hermandad el 25 de marzo de 1994, decidiéndose a su vez otorgar la advocación de Nuestra Señora de la Encarnación a la cotitular de la cofradía.
La Hermandad realizó su primera estación de penitencia en 1996. En noviembre de 2005, su sede canónica fue trasladada a la ermita de San José desde donde, por las propias dimensiones del templo, no podían celebrar su estación de penitencia en la tarde del Viernes Santo. Tras una serie de vicisitudes, la cofradía decidió hace una década levantar la nueva capilla que, desde entonces, recibe a los fieles y hermanos en la calle Fuente Álamo, a escasos metros de la confluencia con la calle Médico Cabello.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
REPORTAJE GRÁFICO: J.P. BELLIDO / JOSÉ ANTONIO AGUILAR
REPORTAJE GRÁFICO: J.P. BELLIDO / JOSÉ ANTONIO AGUILAR