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José Álvarez: “La iniciativa Leader contribuirá a paliar las consecuencias del coronavirus en la economía rural”

El Grupo de Desarrollo Rural (GDR) Campiña Sur Cordobesa lleva gestionando los diferentes programas de desarrollo rural desde el año 1997. En todo este tiempo, la iniciativa comunitaria Leader (por sus siglas en francés Liaison Entre Actions de Développement de l’Économie Rurale, que significa “vínculos entre acciones de desarrollo de la economía rural”) ha multiplicado las ayudas públicas en esta comarca alcanzado una inversión de más de 30 millones de euros y la generación de 2.000 empleos repartidos en los doce municipios de la comarca.



El presidente del GDR Campiña Sur Cordobesa, José Álvarez Rivas, que es también alcalde de Santaella, afirma que “Leader es una palanca para colaborar con todos los agentes del territorio e impulsar proyectos de desarrollo sostenible”. Y añade que “es necesario aprovechar el impacto de Leader para lograr la recuperación de la economía y el empleo, seguir avanzando en diversificación e innovación en los territorios rurales”.

El GDR Campiña Sur Cordobesa revindica un Leader 2021-2027 más sencillo, con un presupuesto similar al actual y con unas normas transitorias que permita a las Grupos de Desarrollo continuar trabajando hasta la aprobación del nuevo marco de ayudas.

—¿Qué beneficios ha aportado Leader a su territorio?

—El Grupo Campiña Sur Cordobesa lleva funcionando desde 1997. Desde entonces, ha gestionado unos 16 millones de euros de fondos públicos. Este apoyo económico ha supuesto para los municipios de nuestro territorio inversiones en proyectos de creación de pymes, modernización de municipios, etcétera, siendo la inversión total superior a 30 millones de euros y generación de 2.000 empleos.

—¿Qué proyectos destacaría del actual programa 2014-2020?

—Los proyectos se centran en cuatro objetivos fijados en la Estrategia participativa impulsada desde el Grupo Campiña Sur con cargo al Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader) y la Junta de Andalucía. Un primer objetivo centrado en mejorar la competitividad y sostenibilidad del sector agrario y alimentario impulsando el sector de la producción ecológica en la comarca.

Nuestro segundo objetivo es mejorar la competitividad de las pymes, apoyando la innovación, la creación de empleo y el emprendimiento de las mujeres y los jóvenes. A esto se añade un tercer objetivo destinado a impulsar proyectos públicos que permitan crear o adaptar infraestructuras y equipamientos para la calidad de vida de la población, el desarrollo socioeconómico, la integración social, avanzar hacia la igualdad de oportunidades y afrontar el reto del cambio climático.

Y finalmente, el cuarto objetivo es mejorar la puesta en valor del patrimonio y apoyar el desarrollo de un turismo sostenible que refuerce la identidad comarcal, en torno a las señas de identidad del patrimonio, la naturaleza, los vinos de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles y la gastronomía de la Campiña Sur.

—¿Y en qué se traducen estos objetivos?

—Podemos resaltar el impacto positivo que supone para la economía y el empleo de la comarca, los proyectos de modernización de industrias agroalimentarias en sectores estratégicos como el aceite de oliva virgen extra, la aceituna de mesa, los hortícolas y ajos. También se están apoyando la creación de nuevas pymes, diversificación de empresas del sector servicios, turismo o servicios a la comunidad y que facilitan la conciliación como guarderías infantiles o centros de día para mayores.

Mencionar las iniciativas sociales para mejorar la atención, formación e integración de colectivos vulnerables o la creación de espacios para la juventud. En cuanto a las iniciativas públicas, se están ejecutando diferentes proyectos de puesta en valor del patrimonio en la Campiña Sur, como el Castillo de Monturque; el “Patrimonio conectado” de Montilla; la mejora de señalización turística en Fernán Núñez, la Casa de las Columnas de Santaella o el Museo Ulía de Montemayor; y la mejora de equipamientos públicos como la escuela de música en La Rambla, parques infantiles en Puente Genil y Moriles, modernización de bibliotecas, y salas de coworking para personas emprendedoras.

—¿Qué papel desempeña el GDR en el territorio?

—El Grupo Campiña Sur ha impulsado numerosos proyectos en el territorio. Es una herramienta al servicio de los 104.707 habitantes de esta comarca que cuenta con 12 municipios. Al mismo tiempo, es una palanca para colaborar con los demás agentes del territorio e impulsar nuevos proyectos y lograr los objetivos transversales de nuestra Estrategia de Desarrollo Local: conseguir una mayor igualdad de oportunidades, fomentar la integración de la juventud y avanzar hacia la agricultura sostenible.

Somos conscientes de que, hoy en día, los GDR nos enfrentamos a una excesiva burocracia y lentitud en la gestión de Leader. Por eso estamos reivindicando una simplificación normativa para adaptarnos a las necesidades actuales del territorio. Igualmente, es necesario aprovechar el impacto de estos programas para lograr la recuperación de la economía y el empleo, seguir avanzando en diversificación y apostar por la innovación y el desarrollo sostenible.

—¿Cómo pueden contribuir las políticas rurales y, en concreto, los Grupos de Desarrollo Rural a frenar la despoblación?

—La población de la Campiña Sur de Córdoba es de 104.707 habitantes. La problemática es diversa y aunque el sur de la provincia de Córdoba tiene una mayor densidad de población frente al norte, en los últimos diez años se ha observado una tendencia hacia un menor crecimiento de la población y su concentración en los municipios con más habitantes. Son estas ciudades medias las que han actuado como articuladores territoriales concentrando servicios y promoviendo redes de comunicación que han favorecido el desarrollo y, por lo tanto, el mantenimiento de la población.

Esa realidad –algo distinta– no puede alejarnos de uno de nuestros principales objetivos que es el de garantizar los servicios públicos a toda la población, con independencia de donde vivan. Los GDR ofrecemos ayudas públicas a proyectos viables que sirven para reforzar los sectores productivos y permiten mantener y crear empleo. En nuestra comarca destacamos el papel de las cooperativas agrarias y empresas del sector oleícola, las industrias agroalimentarias del sector hortícola, así como el sector vitivinícola con el gran emblema de la DOP Montilla-Moriles o la actividad turística ligada al patrimonio y el enoturismo.

Los autónomos, el pequeño comercio y el tejido empresarial en su conjunto son básicos para ofrecer bienes y servicios que fijan población. Y por supuesto, las infraestructuras y equipamientos públicos para garantizar los servicios esenciales como la educación, la sanidad, la ayuda a la dependencia o el acceso a la cultura y el deporte.

Sin embargo, sigue existiendo un déficit en conectividad y en desarrollo tecnológico. Sigue existiendo una brecha entre lo urbano y lo rural y para reducirla es necesario lograr que internet de banda ancha sea una realidad también para la población rural. Estas inversiones marcan las oportunidades para las empresas que compiten en un mercado global y para la juventud.

—Una de las claves en el desarrollo rural es el papel de las mujeres y jóvenes. ¿Cómo se puede potenciar su participación?

—Partimos de la base de que no hay futuro posible sin contar con el mundo rural y los recursos que desde el campo y los espacios naturales se generan para toda la población. En este sentido, los jóvenes y las mujeres que habitan el entorno rural son esenciales para asegurar ese futuro y frenar la despoblación.

Por lo que respecta a la población joven, podemos mejorar la comunicación, el apoyo al movimiento asociativo y medidas concretas para incentivar la creación de empresas por promotores jóvenes. Desde el Grupo Campiña Sur estamos mejorando la comunicación en redes sociales para llegar a un mayor porcentaje de la población, especialmente a los jóvenes.

En cuanto a las mujeres, el movimiento asociativo está consolidado y es bastante dinámico en la mayoría de los municipios, especialmente en el caso de las asociaciones de mujeres, pero no están teniendo el apoyo económico necesario para poner en marcha iniciativas y proyectos. En ambos casos, las asociaciones no se plantean solicitar ayudas Leader porque no tienen capacidad financiera para adelantar los fondos necesarios para un proyecto.

Con vistas al futuro inmediato, los GDR junto con las demás instituciones presentes en el territorio, podemos cooperar en un programa comarcal a varios años, con medidas concretas para fomentar la dinamización social, la visibilización e implicación de la juventud y las mujeres en el desarrollo de su comunidad, especialmente en municipios de menor población que cuentan con menos recursos.



Por último, el Grupo Campiña Sur tiene prevista la realización de proyectos para mejorar la formación y transferencia de conocimientos entre los jóvenes y fomentar la igualdad de oportunidades. Sin embargo, será necesario que se facilite a los Grupos la ejecución de estos proyectos que son los que permiten desarrollar las iniciativas siguiendo la filosofía Leader.

—¿Cómo están cumpliendo los Grupos de Desarrollo Rural con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030?

—Los Grupos de Desarrollo llevan colaborando con las administraciones locales y regionales, desde sus inicios, para lograr estos objetivos. Los GDR hemos estado en primera línea en la promoción y defensa de la producción ecológica, en la defensa del medio ambiente, en la apuesta por la participación joven y las mujeres, en proyectos sociales. En definitiva, hemos estado en la base de la definición de muchos de los objetivos que ahora se impulsan desde la ONU.

Como afirma la Red Europea de Desarrollo Rural “los Grupos Leader han generado a lo largo de estas décadas cambios sistémicos sobre los territorios, apoyados en las alianzas multiactor y en su trabajo multidisciplinar, provocando asimismo un cambio en el comportamiento social”.

—De cara a la futura Política Agraria Común (PAC), ¿cómo debería ser el Leader 2021-2027?

—En estos momentos, debemos esforzarnos por superar la crisis social y económica provocada por el coronavirus y replantear las prioridades de orden social y económico. El nuevo marco de ayudas puede contribuir a apoyar de forma decidida a las pymes, especialmente a los autónomos y microempresas rurales, seguir apostando por modernizar el sector agroalimentario y el tejido empresarial, avanzar hacia una economía más sostenible incorporando más innovación y desarrollo tecnológico.

Las empresas del sector agrario y alimentario o el pequeño comercio de proximidad han demostrado su papel esencial para el abastecimiento a toda la población y serán las empresas las que vuelvan a tirar del motor de la economía y el empleo en muchos de nuestros municipios. Al mismo tiempo, tendremos que reforzar los servicios esenciales, pues como hemos visto, la sanidad o la atención a los mayores requieren inversiones para garantizar los servicios que prestan.

En este nuevo contexto, los fondos europeos y el nuevo marco de ayudas Leader 2021-2027, necesitan una mayor flexibilidad para que las ayudas lleguen a tiempo a empresas y promotores públicos. La herramienta Leader no debería replicar un modelo ni repetir los errores arrastrados de marcos anteriores. Además, hay que aprobar normas transitorias que permitan a las Grupos de Desarrollo continuar trabajando hasta la aprobación del marco de ayudas más allá de 2022.

Y por último, hay que defender el presupuesto actual de Leader, con el compromiso de todas las instituciones y la simplificación normativa, para que la población que habita y trabaja en el medio rural se mantenga y pueda generar riqueza y empleo. De esta forma, podremos avanzar hacia una Europa capaz de afrontar los retos actuales y poder avanzar hacia un desarrollo sostenible a escala global.

REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
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