Montilla Digital se hace eco en su Buzón del Lector de una semblanza del escritor y periodista montillano José Ponferrada Gómez, escrita por José Antonio Cerezo, doctor en Filología Hispánica y director honorario del Museo Garnelo. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico a la Redacción del periódico exponiendo su queja, comentario, sugerencia o relato. Si quiere, puede acompañar su mensaje de alguna fotografía.
Queridos confinados y confinadas, lectores de Montilla Digital:
Hace más de sesenta años, en 1957, un personaje montillano, José Ponferrada Gómez, recibía el primer premio nacional como colaborador de la Agencia EFE. Esta agencia de noticias, la más importante a nivel estatal, justificaba su premio, “teniendo en cuenta que en el limitado área informativa de un pueblo [José Ponferrada] ha sabido tejer la crónica de su diario acontecer, encontrando en los hechos aparentemente intranscendentes ese “algo”[…] que los ha hecho saltar al primer plano de la actualidad nacional”.
Uno de esos hechos aparentemente intranscendentes a los que mi tío Ponferrada vestía de acontecimiento se plasmó en el siguiente titular: “Las golondrinas han llegado a Montilla”. En efecto, eso solía suceder todos los años por estas fechas y los más viejos recordamos cómo hacían sus nidos en la cornisa del Teatro Garnelo y en La Tercia, llenando el espacio de la Plaza de la Rosa con sus vuelos desafiantes y su ruido ensordecedor.
Que las golondrinas regresen por donde suelen estar, no es un hecho novedoso, ni es un hecho importante, pero Ponferrada se las arreglaba para que ese acto banal acabase como noticia nacional en la prensa de la época, y hace falta mucho talento para eso. Hoy casi sucede lo contrario, que muchas noticias de hondo calado se presentan como una pelea de patio de vecindad y se echa mucho de menos el ingenio y la gracia a la hora de presentar un suceso.
Yo quisiera adherirme hoy a ese sentido ponferradiano de la vida y decir con él que las golondrinas han llegado a Montilla, que los árboles se están vistiendo, después de este invierno tan raro, y los rosales estallan en mil colores, que esta primavera tan distinta, es la primavera de siempre, aunque no podamos disfrutarla en su plenitud.
Así que concededme, amigos y amigas, que hoy recordemos a Pepe Ponferrada, que falleció en 2018 y que murió de la muerte, como diría Ramón Gómez de la Serna, con 98 años bien cumplidos y concededme también que no hable de “lo único”, de eso que ustedes saben.
Y que conste que no lo hago por rebeldía contra la realidad, porque yo soy menos rebelde que D. Marcelino Menéndez y Pelayo, sino por el deseo de mirar con optimismo, con entusiasmo, todos esos buenos días que están por venir.
Ánimo, amigos.
Queridos confinados y confinadas, lectores de Montilla Digital:
Hace más de sesenta años, en 1957, un personaje montillano, José Ponferrada Gómez, recibía el primer premio nacional como colaborador de la Agencia EFE. Esta agencia de noticias, la más importante a nivel estatal, justificaba su premio, “teniendo en cuenta que en el limitado área informativa de un pueblo [José Ponferrada] ha sabido tejer la crónica de su diario acontecer, encontrando en los hechos aparentemente intranscendentes ese “algo”[…] que los ha hecho saltar al primer plano de la actualidad nacional”.
Uno de esos hechos aparentemente intranscendentes a los que mi tío Ponferrada vestía de acontecimiento se plasmó en el siguiente titular: “Las golondrinas han llegado a Montilla”. En efecto, eso solía suceder todos los años por estas fechas y los más viejos recordamos cómo hacían sus nidos en la cornisa del Teatro Garnelo y en La Tercia, llenando el espacio de la Plaza de la Rosa con sus vuelos desafiantes y su ruido ensordecedor.
Que las golondrinas regresen por donde suelen estar, no es un hecho novedoso, ni es un hecho importante, pero Ponferrada se las arreglaba para que ese acto banal acabase como noticia nacional en la prensa de la época, y hace falta mucho talento para eso. Hoy casi sucede lo contrario, que muchas noticias de hondo calado se presentan como una pelea de patio de vecindad y se echa mucho de menos el ingenio y la gracia a la hora de presentar un suceso.
Yo quisiera adherirme hoy a ese sentido ponferradiano de la vida y decir con él que las golondrinas han llegado a Montilla, que los árboles se están vistiendo, después de este invierno tan raro, y los rosales estallan en mil colores, que esta primavera tan distinta, es la primavera de siempre, aunque no podamos disfrutarla en su plenitud.
Así que concededme, amigos y amigas, que hoy recordemos a Pepe Ponferrada, que falleció en 2018 y que murió de la muerte, como diría Ramón Gómez de la Serna, con 98 años bien cumplidos y concededme también que no hable de “lo único”, de eso que ustedes saben.
Y que conste que no lo hago por rebeldía contra la realidad, porque yo soy menos rebelde que D. Marcelino Menéndez y Pelayo, sino por el deseo de mirar con optimismo, con entusiasmo, todos esos buenos días que están por venir.
Ánimo, amigos.
JOSÉ ANTONIO CEREZO ARANDA
FOTOGRAFÍA: FAMILIA PONFERRADA
FOTOGRAFÍA: FAMILIA PONFERRADA
NOTA: Este texto, con levísima variación, fue leído por su autor en Más de Uno Montilla, de Onda Cero Montilla, el 16 de abril 2020. A continuación ofrecemos el audio:
NOTA: Los comentarios publicados en el Buzón del Lector no representan la opinión de Montilla Digital. En ese sentido, este periódico no hace necesariamente suyas las denuncias, quejas o sugerencias recogidas en este espacio y que han sido enviadas por sus lectores.