El alcalde de Montilla, Rafael Llamas, comparte con los lectores de Montilla Digital sus reflexiones sobre los efectos que la alerta sanitaria por el coronavirus están teniendo en la localidad, donde el Covid-19 ha llegado a afectar hasta a 73 vecinos, tras los nuevos casos que se detectaron en los últimos días, la mayoría de ellos entre usuarios y trabajadores de la Residencia-Hogar para Mayores San Rafael.
—¿Cómo está afrontando Montilla esta situación tan anómala?
—De manera ejemplar. La experiencia nos suele demostrar que cada problema que nos surge en la vida hay que afrontarlo como una oportunidad para, al superarlo, hacernos más fuertes y mejores. Cuando todo esto pase, habremos aprendido de los aciertos y de los errores que nos están fortaleciendo como ciudad y como ciudadanía, es decir, como individuos que formamos parte de una comunidad con la que estamos comprometidos.
—¿Y el confinamiento que se decretó con el Estado de alarma? ¿Se está cumpliendo?
—Esta crisis sanitaria que ha impuesto en España el Estado de alarma y el confinamiento de la ciudadanía en sus lugares de residencia nos ha hecho ver con claridad la realidad de que Montilla es una ciudad valiente, que da sobrados motivos para estar orgulloso de vivir en ella, con gente solidaria y que tiene un elevado sentido de la responsabilidad y del compromiso con los valores cívicos.
Esta realidad es la que nos dice ahora que este maldito virus va a estar pronto derrotado, que volveremos pronto a recuperar la vida normal en Montilla y que vamos a dejar atrás lo antes posible la crisis económica que, como secuela, nos está dejando.
—¿Cómo va a hacer frente el Gobierno municipal a la recesión económica que se deriva de esta situación?
—La misión de este Gobierno municipal ya está centrada en concitar la unidad de la sociedad montillana en su conjunto en torno a movilizar el máximo de recursos y de medios posibles para remontar esta situación transitoria que, aunque se prevé breve en el tiempo, también se espera profunda en su intensidad. Se trata gestionar la manera de hacer confluir la iniciativa pública y la iniciativa privada hacia el único objetivo de impulsar de manera estable y sostenible la actividad económica de la ciudad y, consecuentemente, la creación y mantenimiento de empleo.
—Los últimos datos de paro que ofreció el Servicio Andaluz de Empleo eran preocupantes.
—Pero hay un dato que nos debe hacer reflexionar a la hora de abordar esta situación, como es el hecho de que gran parte del incremento en la demanda de empleo que se está produciendo desde la entrada en vigor del Estado de alarma se debe a ERTE, es decir, regulaciones temporales de empleo que ciertas empresas montillanas se han visto obligadas a tramitar para paliar en parte esta situación transitoria de paralización de la actividad económica.
Esto significa que, una vez finalizado el Estado de alarma, estos trabajadores volverán progresivamente a reincorporarse a sus puestos de trabajo y volveremos en Montilla a índices de demanda de empleo cercanos a los existentes antes de la pandemia. El número de demandantes de empleo no debe ser, por tanto, un indicador por el que nos debamos guiar de manera prioritaria en estos momentos, sino que debemos poner toda nuestra atención en la situación económica de las empresas y del extenso y variado tejido productivo que conforman los trabajadores autónomos de Montilla. Éste es el indicador que ha de marcar las acciones concretas de gestión y de gobierno de cara a la reactivación de la economía local.
—¿Qué acciones concretas preparan desde el equipo de gobierno?
—Lógicamente, no se puede esperar a que el Estado de alarma termine. Desde el Gobierno municipal ya se está trabajando en acelerar la reactivación de la economía de la ciudad y en contrarrestar el daño económico que está sufriendo nuestro tejido productivo. En este sentido, la excepcionalidad de la situación que vivimos nos obliga a orientar todas las distintas áreas de gestión de nuestro Ayuntamiento hacia este objetivo prioritario.
No olvidemos que la pandemia ha golpeado con una especial dureza a un sector de la economía en el que Montilla tiene un fuerte soporte, es decir, la hostelería, el comercio, el turismo y el diversificado sector de los servicios. Por eso, la iniciativa del Ayuntamiento en la dinamización de la actividad económica local y la intervención pública en apoyo de autónomos y pequeños empresarios son ya las dos directrices que marcan y seguirán marcando la gestión de gobierno.
—¿Y en materia de Servicios Sociales?
—Paralelamente, las políticas sociales van a ampliarse en coberturas y contenidos para hacer frente a las nuevas necesidades que están surgiendo, sabiendo que el gasto social no solo influye en la mejora de la calidad de vida de los distintos sectores de la sociedad sino que también actúa como generador de empleo, fuente de iniciativa emprendedora y dinamizador de la actividad económica.
Asimismo, una tercera línea de actuación se está centrando en la planificación de las políticas de mejora de los servicios públicos, entre los que se incluyen la cultura, el deporte y el ocio, orientadas hacia a la dinamización de la economía y el empleo locales.
—¿Qué papel están desempeñando, a su juicio, los grupos políticos de la oposición?
—Un papel muy importante. De hecho, es de justicia reconocer la leal disposición que están manteniendo los grupos municipales con la aportación de propuestas que están siendo compartidas por el equipo de gobierno, con el apoyo a medidas que necesitan del consenso para que sean eficaces, con la fiscalización y control que dan garantías de transparencia a la gestión de gobierno y también con la crítica merecida que nos mueve a corregir y mejorar.
—¿Se puede extraer alguna enseñanza de esta situación anómala?
—Una de las enseñanzas que estamos teniendo en nuestro Ayuntamiento con esta situación es que la ciudadanía demanda de sus representantes públicos un sentido de la política basado en el interés común y general de la ciudad y en una superación de los intereses partidistas.
El discurso demagógico es una tentación que todos los partidos políticos tienen y que la propia ciudadanía es la única que, con su facultad de castigo en las urnas, puede erradicar. Creo que ésta es otra de las importantes enseñanzas que esta situación está dando a los distintos grupos políticos montillanos.
Y otra enseñanza es la importancia de esa llamada democracia participativa, del ciudadano de a pie, que va a hacer que, a partir de ahora, se generen mecanismos para una coordinación más estrecha y estable entre nuestro Ayuntamiento, las distintas instituciones públicas, las entidades privadas y el tejido social, económico y cultural montillano para afrontar desafíos presentes y futuros.
—¿Cómo está afrontando Montilla esta situación tan anómala?
—De manera ejemplar. La experiencia nos suele demostrar que cada problema que nos surge en la vida hay que afrontarlo como una oportunidad para, al superarlo, hacernos más fuertes y mejores. Cuando todo esto pase, habremos aprendido de los aciertos y de los errores que nos están fortaleciendo como ciudad y como ciudadanía, es decir, como individuos que formamos parte de una comunidad con la que estamos comprometidos.
—¿Y el confinamiento que se decretó con el Estado de alarma? ¿Se está cumpliendo?
—Esta crisis sanitaria que ha impuesto en España el Estado de alarma y el confinamiento de la ciudadanía en sus lugares de residencia nos ha hecho ver con claridad la realidad de que Montilla es una ciudad valiente, que da sobrados motivos para estar orgulloso de vivir en ella, con gente solidaria y que tiene un elevado sentido de la responsabilidad y del compromiso con los valores cívicos.
Esta realidad es la que nos dice ahora que este maldito virus va a estar pronto derrotado, que volveremos pronto a recuperar la vida normal en Montilla y que vamos a dejar atrás lo antes posible la crisis económica que, como secuela, nos está dejando.
—¿Cómo va a hacer frente el Gobierno municipal a la recesión económica que se deriva de esta situación?
—La misión de este Gobierno municipal ya está centrada en concitar la unidad de la sociedad montillana en su conjunto en torno a movilizar el máximo de recursos y de medios posibles para remontar esta situación transitoria que, aunque se prevé breve en el tiempo, también se espera profunda en su intensidad. Se trata gestionar la manera de hacer confluir la iniciativa pública y la iniciativa privada hacia el único objetivo de impulsar de manera estable y sostenible la actividad económica de la ciudad y, consecuentemente, la creación y mantenimiento de empleo.
—Los últimos datos de paro que ofreció el Servicio Andaluz de Empleo eran preocupantes.
—Pero hay un dato que nos debe hacer reflexionar a la hora de abordar esta situación, como es el hecho de que gran parte del incremento en la demanda de empleo que se está produciendo desde la entrada en vigor del Estado de alarma se debe a ERTE, es decir, regulaciones temporales de empleo que ciertas empresas montillanas se han visto obligadas a tramitar para paliar en parte esta situación transitoria de paralización de la actividad económica.
Esto significa que, una vez finalizado el Estado de alarma, estos trabajadores volverán progresivamente a reincorporarse a sus puestos de trabajo y volveremos en Montilla a índices de demanda de empleo cercanos a los existentes antes de la pandemia. El número de demandantes de empleo no debe ser, por tanto, un indicador por el que nos debamos guiar de manera prioritaria en estos momentos, sino que debemos poner toda nuestra atención en la situación económica de las empresas y del extenso y variado tejido productivo que conforman los trabajadores autónomos de Montilla. Éste es el indicador que ha de marcar las acciones concretas de gestión y de gobierno de cara a la reactivación de la economía local.
—¿Qué acciones concretas preparan desde el equipo de gobierno?
—Lógicamente, no se puede esperar a que el Estado de alarma termine. Desde el Gobierno municipal ya se está trabajando en acelerar la reactivación de la economía de la ciudad y en contrarrestar el daño económico que está sufriendo nuestro tejido productivo. En este sentido, la excepcionalidad de la situación que vivimos nos obliga a orientar todas las distintas áreas de gestión de nuestro Ayuntamiento hacia este objetivo prioritario.
No olvidemos que la pandemia ha golpeado con una especial dureza a un sector de la economía en el que Montilla tiene un fuerte soporte, es decir, la hostelería, el comercio, el turismo y el diversificado sector de los servicios. Por eso, la iniciativa del Ayuntamiento en la dinamización de la actividad económica local y la intervención pública en apoyo de autónomos y pequeños empresarios son ya las dos directrices que marcan y seguirán marcando la gestión de gobierno.
—¿Y en materia de Servicios Sociales?
—Paralelamente, las políticas sociales van a ampliarse en coberturas y contenidos para hacer frente a las nuevas necesidades que están surgiendo, sabiendo que el gasto social no solo influye en la mejora de la calidad de vida de los distintos sectores de la sociedad sino que también actúa como generador de empleo, fuente de iniciativa emprendedora y dinamizador de la actividad económica.
Asimismo, una tercera línea de actuación se está centrando en la planificación de las políticas de mejora de los servicios públicos, entre los que se incluyen la cultura, el deporte y el ocio, orientadas hacia a la dinamización de la economía y el empleo locales.
—¿Qué papel están desempeñando, a su juicio, los grupos políticos de la oposición?
—Un papel muy importante. De hecho, es de justicia reconocer la leal disposición que están manteniendo los grupos municipales con la aportación de propuestas que están siendo compartidas por el equipo de gobierno, con el apoyo a medidas que necesitan del consenso para que sean eficaces, con la fiscalización y control que dan garantías de transparencia a la gestión de gobierno y también con la crítica merecida que nos mueve a corregir y mejorar.
—¿Se puede extraer alguna enseñanza de esta situación anómala?
—Una de las enseñanzas que estamos teniendo en nuestro Ayuntamiento con esta situación es que la ciudadanía demanda de sus representantes públicos un sentido de la política basado en el interés común y general de la ciudad y en una superación de los intereses partidistas.
El discurso demagógico es una tentación que todos los partidos políticos tienen y que la propia ciudadanía es la única que, con su facultad de castigo en las urnas, puede erradicar. Creo que ésta es otra de las importantes enseñanzas que esta situación está dando a los distintos grupos políticos montillanos.
Y otra enseñanza es la importancia de esa llamada democracia participativa, del ciudadano de a pie, que va a hacer que, a partir de ahora, se generen mecanismos para una coordinación más estrecha y estable entre nuestro Ayuntamiento, las distintas instituciones públicas, las entidades privadas y el tejido social, económico y cultural montillano para afrontar desafíos presentes y futuros.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR (ARCHIVO)
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR (ARCHIVO)