La Universidad de Granada ha iniciado la recopilación de las muestras biológicas de los familiares de represaliados durante la Guerra Civil cuyos restos se cree que reposan en la fosa común del Cementerio Municipal San Francisco Solano de Montilla. De esta forma, un año después de que la Dirección General de Memoria Democrática diera luz verde a los trabajos de localización, delimitación, exhumación, estudio e identificación de los restos de dicha fosa, una veintena de familias de la comarca han donado sus muestras de ADN para desarrollar este proceso.
Según explicó el montillano Javier Córdoba –que hace unos años retomó el trabajo realizado por su tío segundo para localizar los restos de su tío abuelo– cerca de una veintena de familias de Montilla, Fernán Núñez, Castro del Río, Doña Mencía, Nueva Carteya y Santa Cruz, han mostrado su interés en participar en el proceso de exhumación e identificación de los restos que se localicen en esta fosa común.
"Desconocemos cuánto puede durar el proceso. De momento la Junta de Andalucía ha empezando a mandar las cartas con los botes para que se envíen los familiares de los represaliados manden las muestras a la Universidad de Granada y, de este modo, se puedan identificar los restos una vez se inicien los trabajos de exhumación", explicó Córdoba a Montilla Digital.
Fue a raíz de la desclasificación de la documentación del Ejército realizada en 2011 por la entonces ministra de Defensa, Carme Chacón, cuando este montillano decidió retomar el trabajo para encontrar los restos de Antonio Córdoba Gálvez, que hasta entonces se pensaba que estaban en otra de las fosas comunes existentes en el cementerio municipal de Montilla.
Sin embargo, gracias al acta del Consejo de Guerra al que fue sometido el hombre junto a otros cuatro compañeros en noviembre de 1939, se pudo localizar con exactitud la ubicación de la fosa común en la que fue enterrado tras ser fusilado por un delito de adhesión a la rebelión, y donde se cree que se encuentran enterrados vecinos de otras localidades cercanas.
Según señaló el viceconsejero de Cultura y Patrimonio Histórico, Alejandro Romero, el pasado mes de julio, la Junta de Andalucía destinará este año un presupuesto de 363.000 euros a los trabajos de identificaciones genéticas, que se realizan al amparo del convenio firmado con la Universidad de Granada.
Con ellos se va a proceder al desarrollo de los trabajos de identificación genética de los restos de víctimas de las fosas situadas en una docena de municipios andaluces. Las muestras de los familiares se custodian en el biobanco del Sistema Sanitario Público Andaluz, que garantiza las condiciones sin necesidad de dedicar recursos adicionales.
Según explicó el montillano Javier Córdoba –que hace unos años retomó el trabajo realizado por su tío segundo para localizar los restos de su tío abuelo– cerca de una veintena de familias de Montilla, Fernán Núñez, Castro del Río, Doña Mencía, Nueva Carteya y Santa Cruz, han mostrado su interés en participar en el proceso de exhumación e identificación de los restos que se localicen en esta fosa común.
"Desconocemos cuánto puede durar el proceso. De momento la Junta de Andalucía ha empezando a mandar las cartas con los botes para que se envíen los familiares de los represaliados manden las muestras a la Universidad de Granada y, de este modo, se puedan identificar los restos una vez se inicien los trabajos de exhumación", explicó Córdoba a Montilla Digital.
Fue a raíz de la desclasificación de la documentación del Ejército realizada en 2011 por la entonces ministra de Defensa, Carme Chacón, cuando este montillano decidió retomar el trabajo para encontrar los restos de Antonio Córdoba Gálvez, que hasta entonces se pensaba que estaban en otra de las fosas comunes existentes en el cementerio municipal de Montilla.
Sin embargo, gracias al acta del Consejo de Guerra al que fue sometido el hombre junto a otros cuatro compañeros en noviembre de 1939, se pudo localizar con exactitud la ubicación de la fosa común en la que fue enterrado tras ser fusilado por un delito de adhesión a la rebelión, y donde se cree que se encuentran enterrados vecinos de otras localidades cercanas.
Según señaló el viceconsejero de Cultura y Patrimonio Histórico, Alejandro Romero, el pasado mes de julio, la Junta de Andalucía destinará este año un presupuesto de 363.000 euros a los trabajos de identificaciones genéticas, que se realizan al amparo del convenio firmado con la Universidad de Granada.
Con ellos se va a proceder al desarrollo de los trabajos de identificación genética de los restos de víctimas de las fosas situadas en una docena de municipios andaluces. Las muestras de los familiares se custodian en el biobanco del Sistema Sanitario Público Andaluz, que garantiza las condiciones sin necesidad de dedicar recursos adicionales.
I. TÉLLEZ / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
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