Su pintura va más allá de múltiples figuras geométricas sobre un lienzo, en este caso de tela estampada, pues la habitación donde se muestra se convierte en parte del diálogo que crea con el espectador. Esta es la propuesta que ofrece el pintor Manuel García Cruz con su exposición Inscritos, una muestra que permanecerá en la Taberna Bolero de Montilla hasta el próximo 5 de mayo.
"El trabajo que realizo se centra en la pintura como eje principal, en la configuración de imágenes a partir de patrones de telas estampadas y las relaciones o diálogos que generan éstas con diferentes espacios", explicó García Cruz acerca de una exposición que ofrece un nuevo mensaje dependiendo de la pared sobre la que se muestra.
En esta ocasión, su trabajo se traslada hasta la Taberna Bolero para, según destacó el comisario de la exposición, Manuel Portero, crear un nuevo diálogo con la singular disposición de las tapaderas circulares de tinajas de vino y la tracería visible entre las vigas del techo de este espacio.
"El trabajo de Manuel García Cruz viene desarrollando la idea de la pintura fuera de su contexto original, deslocalizada de espacios expositivos al uso. Por su carácter bidimensional, establece una relación con el muro que la sostiene y por lo tanto, cada espacio establece un diálogo concreto con las imágenes allí mostradas", apuntó el comisario de la exposición.
"El trabajo que realizo se centra en la pintura como eje principal, en la configuración de imágenes a partir de patrones de telas estampadas y las relaciones o diálogos que generan éstas con diferentes espacios", explicó García Cruz acerca de una exposición que ofrece un nuevo mensaje dependiendo de la pared sobre la que se muestra.
En esta ocasión, su trabajo se traslada hasta la Taberna Bolero para, según destacó el comisario de la exposición, Manuel Portero, crear un nuevo diálogo con la singular disposición de las tapaderas circulares de tinajas de vino y la tracería visible entre las vigas del techo de este espacio.
"El trabajo de Manuel García Cruz viene desarrollando la idea de la pintura fuera de su contexto original, deslocalizada de espacios expositivos al uso. Por su carácter bidimensional, establece una relación con el muro que la sostiene y por lo tanto, cada espacio establece un diálogo concreto con las imágenes allí mostradas", apuntó el comisario de la exposición.
I. TÉLLEZ / REDACCIÓN