El consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía, José Fiscal, anunció ayer la incorporación "inminente" de la Laguna de Jarata, junto a otros 14 humedales andaluces –cuatro de ellos en la provincia de Córdoba– al Inventario de Humedales de Andalucía, con lo que el catálogo andaluz va a registrar un total 220 espacios de estas características.
Fiscal señaló que la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, a través de esta inclusión, reconoce los valores ecológicos, económicos, socioculturales y científicos que confluyen en estos espacios, y se entiende, por tanto, que tiene que estar inventariados. Los 15 nuevos humedales aportan unas 3.882 hectáreas más al inventario de Humedales Andaluces. El total de los 220 humedales ronda las 141.500 hectáreas.
El titular de Medio Ambiente recordó que Andalucía destaca por ser la comunidad autónoma con más superficie incluida en su inventario regional, lo que supone una representación casi siete veces mayor que la media nacional. Además, destacó que los humedales andaluces desempeñan un papel fundamental en el fortalecimiento de la biodiversidad; "y Andalucía posee el patrimonio natural de humedales más rico, variado y mejor conservado de España y de la Unión Europea".
En proceso de recuperación
Junto a su inclusión en el Inventario de Humedales de Andalucía, la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio trabaja en un proyecto para la restauración ambiental de la Laguna de Jarata. Así, según anunció el delegado provincial, Francisco de Paula Algar, durante la última reunión del Patronato de las Zonas Húmedas del Sur de Córdoba, una empresa especializada en la materia será la encargada de la redacción de esta actuación.
Con una extensión total de unas 13,4 hectáreas, el terreno sobre el que se asienta la laguna está formado por materiales impermeables pertenecientes al Triásico, muy similares a los de las diferentes lagunas del Sur de la provincia de Córdoba.
La presencia de sal en el suelo y su tendencia a encharcarse en época de lluvias favorecen la proliferación de tarajes, un arbusto perteneciente a la familia Tamaricaceae que se encuentra en el Mediterráneo occidental, aunque también son frecuentes los carrizos. No obstante, la especie más extendida es de carácter nitrófilo y halófilo. Esta vegetación era utilizada por diferentes aves para anidar, entre las que destacaban cigüeñas, ánades, avefrías, fochas, pollas de agua y limícolas o zancudas. También eran frecuentes los anfibios como sapos y ranas.
Las primeras referencias históricas documentadas sobre la Laguna de Jarata se remontan a 1528, tal y como constan en las Actas Capitulares del Ayuntamiento de Montilla, que aluden a la costumbre de repartir entre los dueños de ganado lanar los aguaderos del término municipal para que en ellos pudieran abrevarse los rebaños.
Varios documentos que se conservan en el Archivo Histórico Local también constatan que en la segunda mitad del siglo XX el paraje de Jarata se transformaba en una laguna, fundamentalmente durante los inviernos más lluviosos. Sin embargo, las captaciones de agua para las labores agrícolas provocaron la desecación de la zona.
Con todo, en el año 1996, uno de los más lluviosos del último siglo, el paraje de Jarata se volvió a encharcar, lo que llevó al Ayuntamiento de Montilla a plantearse la posibilidad de recuperar la laguna. Por ello, en mayo de 1997, el Consistorio solicitó una subvención para actividades de voluntariado ambiental, consistentes en la plantación de vegetación hidrófila en su entorno.
Fiscal señaló que la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, a través de esta inclusión, reconoce los valores ecológicos, económicos, socioculturales y científicos que confluyen en estos espacios, y se entiende, por tanto, que tiene que estar inventariados. Los 15 nuevos humedales aportan unas 3.882 hectáreas más al inventario de Humedales Andaluces. El total de los 220 humedales ronda las 141.500 hectáreas.
El titular de Medio Ambiente recordó que Andalucía destaca por ser la comunidad autónoma con más superficie incluida en su inventario regional, lo que supone una representación casi siete veces mayor que la media nacional. Además, destacó que los humedales andaluces desempeñan un papel fundamental en el fortalecimiento de la biodiversidad; "y Andalucía posee el patrimonio natural de humedales más rico, variado y mejor conservado de España y de la Unión Europea".
En proceso de recuperación
Junto a su inclusión en el Inventario de Humedales de Andalucía, la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio trabaja en un proyecto para la restauración ambiental de la Laguna de Jarata. Así, según anunció el delegado provincial, Francisco de Paula Algar, durante la última reunión del Patronato de las Zonas Húmedas del Sur de Córdoba, una empresa especializada en la materia será la encargada de la redacción de esta actuación.
Con una extensión total de unas 13,4 hectáreas, el terreno sobre el que se asienta la laguna está formado por materiales impermeables pertenecientes al Triásico, muy similares a los de las diferentes lagunas del Sur de la provincia de Córdoba.
La presencia de sal en el suelo y su tendencia a encharcarse en época de lluvias favorecen la proliferación de tarajes, un arbusto perteneciente a la familia Tamaricaceae que se encuentra en el Mediterráneo occidental, aunque también son frecuentes los carrizos. No obstante, la especie más extendida es de carácter nitrófilo y halófilo. Esta vegetación era utilizada por diferentes aves para anidar, entre las que destacaban cigüeñas, ánades, avefrías, fochas, pollas de agua y limícolas o zancudas. También eran frecuentes los anfibios como sapos y ranas.
Las primeras referencias históricas documentadas sobre la Laguna de Jarata se remontan a 1528, tal y como constan en las Actas Capitulares del Ayuntamiento de Montilla, que aluden a la costumbre de repartir entre los dueños de ganado lanar los aguaderos del término municipal para que en ellos pudieran abrevarse los rebaños.
Varios documentos que se conservan en el Archivo Histórico Local también constatan que en la segunda mitad del siglo XX el paraje de Jarata se transformaba en una laguna, fundamentalmente durante los inviernos más lluviosos. Sin embargo, las captaciones de agua para las labores agrícolas provocaron la desecación de la zona.
Con todo, en el año 1996, uno de los más lluviosos del último siglo, el paraje de Jarata se volvió a encharcar, lo que llevó al Ayuntamiento de Montilla a plantearse la posibilidad de recuperar la laguna. Por ello, en mayo de 1997, el Consistorio solicitó una subvención para actividades de voluntariado ambiental, consistentes en la plantación de vegetación hidrófila en su entorno.
I. TÉLLEZ / J.P. BELLIDO
FOTOGRAFÍA: ARCHIVO
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