La Noche Blanca de Montilla volvió a reivindicarse anoche como una de las citas musicales de referencia en la Campiña Sur cordobesa. La veintena de artistas y grupos que subieron a alguno de los cuatro escenarios enclavados en otros tantos puntos del casco histórico hicieron las delicias de los amantes del pop, del rock, del flamenco y de las músicas más clásicas y populares.
Poco después de las diez de la noche, y tras unas horas de incertidumbre como consecuencia de un repentino chaparrón a primera hora de la tarde que provocó un notable descenso de la temperatura, comenzaban a sonar los primeros acordes en el escenario de la Plaza de La Merced, santo y seña de la Fiesta de la Vendimia Montilla-Moriles.
“La Noche Blanca nos permite disfrutar de un espectáculo para todas las edades y con un inequívoco sabor montillano, ya que es posible gracias al trabajo y al buen hacer de los músicos de nuestra ciudad”, destacó la concejala de Festejos, Lola Casado, quien reconoció que se trata de una “actividad muy esperada” por todos los vecinos de la localidad y, en especial, por el sector de la hostelería.
El Coro Albahaca daba comienzo a las actuaciones del escenario clásico y popular, donde también se dieron cita los integrantes de la Asociación Prudencio Molina y del grupo de baile Acuyuyé que, por vez primera, se erigía en digno embajador de los grupos de danza montillanos.
La Plaza de La Rosa fue el enclave elegido este año por el Ayuntamiento para el acto de inauguración oficial de un evento que, como reconoció el alcalde, Rafael Llamas, es "muy importante para Montilla" y que ha logrado consolidarse con el paso de los años. En ese sentido, el primer edil quiso transmitir el agradecimiento del equipo de gobierno a los artistas y grupos que formaron parte del cartel de la actividad y, también, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y a los voluntarios de Protección Civil que, durante toda la velada, trabajaron por que todo discurriera con normalidad.
Con la Ermita de La Rosa como telón de fondo, Rafael Llamas hizo hincapié en la "proyección comarcal" de la Noche Blanca que, cada año, suscita el interés de muchos vecinos de las localidades más próximas a Montilla, que se acercan hasta su casco histórico para disfrutar del buen hacer de los artistas y de los grupos locales.
Tras el acto de inauguración oficial, la Plaza de la Rosa daba la bienvenida a varias artistas del IV Festival Infantil y Juvenil de la Canción y, posteriormente, a los grupos montillanos Rock&Troll, The Visitors y Reunión, que fueron los encargados de subir la temperatura en un enclave que fue ganando en intensidad conforme fue avanzando la noche.
A escasos metros del escenario pop-rock, la fachada de la nueva Oficina de Turismo, junto al castillo de El Gran Capitán, se transformaba en un tablao al aire libre que contó con Antonio Mejías, Mariví Herencia, Luis Pérez y Juan Muñoz, al cante; Silvia Casado y Patricia Baena, a las palmas y a los coros; Jesús Luque y Curro Cruz, a la guitarra; y al baile, Patricio Baena.
Finalmente, el sonido más duro de la noche volvió a concentrarse en el Llano de Palacio, escenario dedicado al rock, en el que cuatro grupos locales amenizaron la noche hasta más allá de las dos de la madrugada. LSD, Kaos Sulfúrico, Dublín y Almacén fueron los encargados de dar a conocer los sonidos del rock montillano.
Al objeto de incentivar la participación de los montillanos en esta gran fiesta de la música, la Concejalía de Festejos del Ayuntamiento de Montilla planteó un concurso en el que se premiará la fotografía de la Noche Blanca que consiga más "Me gusta" en Facebook. Su autor o autora recibirán un vale de 60 euros para acudir a un festival o a un concierto.
Poco después de las diez de la noche, y tras unas horas de incertidumbre como consecuencia de un repentino chaparrón a primera hora de la tarde que provocó un notable descenso de la temperatura, comenzaban a sonar los primeros acordes en el escenario de la Plaza de La Merced, santo y seña de la Fiesta de la Vendimia Montilla-Moriles.
“La Noche Blanca nos permite disfrutar de un espectáculo para todas las edades y con un inequívoco sabor montillano, ya que es posible gracias al trabajo y al buen hacer de los músicos de nuestra ciudad”, destacó la concejala de Festejos, Lola Casado, quien reconoció que se trata de una “actividad muy esperada” por todos los vecinos de la localidad y, en especial, por el sector de la hostelería.
El Coro Albahaca daba comienzo a las actuaciones del escenario clásico y popular, donde también se dieron cita los integrantes de la Asociación Prudencio Molina y del grupo de baile Acuyuyé que, por vez primera, se erigía en digno embajador de los grupos de danza montillanos.
La Plaza de La Rosa fue el enclave elegido este año por el Ayuntamiento para el acto de inauguración oficial de un evento que, como reconoció el alcalde, Rafael Llamas, es "muy importante para Montilla" y que ha logrado consolidarse con el paso de los años. En ese sentido, el primer edil quiso transmitir el agradecimiento del equipo de gobierno a los artistas y grupos que formaron parte del cartel de la actividad y, también, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y a los voluntarios de Protección Civil que, durante toda la velada, trabajaron por que todo discurriera con normalidad.
Con la Ermita de La Rosa como telón de fondo, Rafael Llamas hizo hincapié en la "proyección comarcal" de la Noche Blanca que, cada año, suscita el interés de muchos vecinos de las localidades más próximas a Montilla, que se acercan hasta su casco histórico para disfrutar del buen hacer de los artistas y de los grupos locales.
Tras el acto de inauguración oficial, la Plaza de la Rosa daba la bienvenida a varias artistas del IV Festival Infantil y Juvenil de la Canción y, posteriormente, a los grupos montillanos Rock&Troll, The Visitors y Reunión, que fueron los encargados de subir la temperatura en un enclave que fue ganando en intensidad conforme fue avanzando la noche.
A escasos metros del escenario pop-rock, la fachada de la nueva Oficina de Turismo, junto al castillo de El Gran Capitán, se transformaba en un tablao al aire libre que contó con Antonio Mejías, Mariví Herencia, Luis Pérez y Juan Muñoz, al cante; Silvia Casado y Patricia Baena, a las palmas y a los coros; Jesús Luque y Curro Cruz, a la guitarra; y al baile, Patricio Baena.
Finalmente, el sonido más duro de la noche volvió a concentrarse en el Llano de Palacio, escenario dedicado al rock, en el que cuatro grupos locales amenizaron la noche hasta más allá de las dos de la madrugada. LSD, Kaos Sulfúrico, Dublín y Almacén fueron los encargados de dar a conocer los sonidos del rock montillano.
Al objeto de incentivar la participación de los montillanos en esta gran fiesta de la música, la Concejalía de Festejos del Ayuntamiento de Montilla planteó un concurso en el que se premiará la fotografía de la Noche Blanca que consiga más "Me gusta" en Facebook. Su autor o autora recibirán un vale de 60 euros para acudir a un festival o a un concierto.
J.P. BELLIDO / I. TÉLLEZ
REPORTAJE GRÁFICO: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
REPORTAJE GRÁFICO: JOSÉ ANTONIO AGUILAR