La paulatina pérdida de viñedo que afecta a la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles centró ayer una importante reunión del sector del vino con el secretario general de Agricultura y Alimentación, Rafael Peral, y con el delegado territorial de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Francisco Zurera.
El encuentro, que tuvo lugar en las instalaciones de la Oficina Comarcal Agraria, sirvió para que viticultores, cooperativistas y bodegueros compartieran sus opiniones con los responsables del Consejo Regulador y de la propia Junta de Andalucía, acerca de una situación que, en Montilla-Moriles, se traduce en una reducción de la superficie de viñedo próxima al 75 por ciento en las últimas cuatro décadas.
Los últimos datos facilitados por la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural constatan que la DOP Montilla-Moriles cuenta en la actualidad con 5.052 hectáreas de vid repartidas entre los 17 municipios que forman parte del Consejo Regulador, una cifra muy alejada de las cerca de 23.000 hectáreas que se computaban a primeros de la pasada década de los ochenta o de las 17.000 que se contabilizaban en el marco vitivinícola cordobés al inicio de los noventa.
“El reto que nos hemos marcado entre todos es el de frenar el arranque de viñedo en Montilla-Moriles”, destacó Francisco Zurera, quien añadió que el marco vitivinícola cordobés “no se puede permitir la pérdida de más derechos de plantación ni de más cepas”.
En ese sentido, el delegado territorial de Agricultura defendió la necesidad de impulsar un “trabajo de concienciación” que trate de “ilusionar” a los viticultores y que “ayude a incorporar a los jóvenes a una actividad íntimamente ligada a esta comarca”.
En similares términos se manifestó Rafael Peral, quien se mostró convencido de que “la viña y el sector del vino tienen futuro”, de ahí que anunciara que “desde la Junta de Andalucía se van a poner las herramientas que sean necesarias, sin ninguna cortapisa y duren el tiempo que duren, para poder consolidar el patrimonio vitícola de esta zona”.
El secretario general de Agricultura y Alimentación hizo hincapié en el “valor” que el cultivo de la vid aporta a la zona Montilla-Moriles. “Genera muchos puestos de trabajo, tiene un gran significado para nuestra cultura y cuenta, además, con una enorme potencialidad para generar otro tipo de recursos vinculados al vino”, indicó Peral, en referencia a actividades económicas como el enoturismo, que han tenido un gran auge en la última década.
Por todo lo anterior, el secretario general de Agricultura defendió la necesidad de potenciar la comercialización de los vinos generosos, sobre la base de que “no puede aumentar el precio de la uva si no aumenta el precio del vino” y anunció una próxima campaña de promoción impulsada desde la Junta y dirigida fundamentalmente a los turistas extranjeros que visitan Andalucía, con el objetivo de que "conozcan y aprecien nuestros vinos".
Por otro lado, el bodeguero montillano Francisco Robles, gerente de Bodegas Robles, reconoció positivamente la “gran atención” que la Consejería de Agricultura le presta al sector del vino y abogó por propiciar una mayor unidad de todos los actores que intervienen “no solo en Montilla sino con todas las denominaciones de origen”.
“Debemos trabajar por redefinir el producto, por analizar cuáles son las preferencias actuales de los consumidores y propiciar que la demanda de nuestros vinos aumente para que, de este modo, toda la cadena funcione y los vinos andaluces recuperen el papel que tuvieron históricamente y que perdieron en los últimos años”, afirmó Robles.
Por último, el alcalde de Montilla, Rafael Llamas, destacó la “calidad” y la “singularidad” de los vinos de la DOP Montilla-Moriles y reconoció la necesidad de impulsar las labores de promoción y de comercialización para detener el arranque de viñedo y, sobre todo, para “mantener la identidad y la cultura de nuestra tierra, íntimamente unidas a nuestros vinos”.
El encuentro, que tuvo lugar en las instalaciones de la Oficina Comarcal Agraria, sirvió para que viticultores, cooperativistas y bodegueros compartieran sus opiniones con los responsables del Consejo Regulador y de la propia Junta de Andalucía, acerca de una situación que, en Montilla-Moriles, se traduce en una reducción de la superficie de viñedo próxima al 75 por ciento en las últimas cuatro décadas.
Los últimos datos facilitados por la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural constatan que la DOP Montilla-Moriles cuenta en la actualidad con 5.052 hectáreas de vid repartidas entre los 17 municipios que forman parte del Consejo Regulador, una cifra muy alejada de las cerca de 23.000 hectáreas que se computaban a primeros de la pasada década de los ochenta o de las 17.000 que se contabilizaban en el marco vitivinícola cordobés al inicio de los noventa.
“El reto que nos hemos marcado entre todos es el de frenar el arranque de viñedo en Montilla-Moriles”, destacó Francisco Zurera, quien añadió que el marco vitivinícola cordobés “no se puede permitir la pérdida de más derechos de plantación ni de más cepas”.
En ese sentido, el delegado territorial de Agricultura defendió la necesidad de impulsar un “trabajo de concienciación” que trate de “ilusionar” a los viticultores y que “ayude a incorporar a los jóvenes a una actividad íntimamente ligada a esta comarca”.
En similares términos se manifestó Rafael Peral, quien se mostró convencido de que “la viña y el sector del vino tienen futuro”, de ahí que anunciara que “desde la Junta de Andalucía se van a poner las herramientas que sean necesarias, sin ninguna cortapisa y duren el tiempo que duren, para poder consolidar el patrimonio vitícola de esta zona”.
El secretario general de Agricultura y Alimentación hizo hincapié en el “valor” que el cultivo de la vid aporta a la zona Montilla-Moriles. “Genera muchos puestos de trabajo, tiene un gran significado para nuestra cultura y cuenta, además, con una enorme potencialidad para generar otro tipo de recursos vinculados al vino”, indicó Peral, en referencia a actividades económicas como el enoturismo, que han tenido un gran auge en la última década.
Por todo lo anterior, el secretario general de Agricultura defendió la necesidad de potenciar la comercialización de los vinos generosos, sobre la base de que “no puede aumentar el precio de la uva si no aumenta el precio del vino” y anunció una próxima campaña de promoción impulsada desde la Junta y dirigida fundamentalmente a los turistas extranjeros que visitan Andalucía, con el objetivo de que "conozcan y aprecien nuestros vinos".
Por otro lado, el bodeguero montillano Francisco Robles, gerente de Bodegas Robles, reconoció positivamente la “gran atención” que la Consejería de Agricultura le presta al sector del vino y abogó por propiciar una mayor unidad de todos los actores que intervienen “no solo en Montilla sino con todas las denominaciones de origen”.
“Debemos trabajar por redefinir el producto, por analizar cuáles son las preferencias actuales de los consumidores y propiciar que la demanda de nuestros vinos aumente para que, de este modo, toda la cadena funcione y los vinos andaluces recuperen el papel que tuvieron históricamente y que perdieron en los últimos años”, afirmó Robles.
Por último, el alcalde de Montilla, Rafael Llamas, destacó la “calidad” y la “singularidad” de los vinos de la DOP Montilla-Moriles y reconoció la necesidad de impulsar las labores de promoción y de comercialización para detener el arranque de viñedo y, sobre todo, para “mantener la identidad y la cultura de nuestra tierra, íntimamente unidas a nuestros vinos”.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR