El intenso calor que se dejó notar ayer en la Campiña cordobesa –y que situó el mercurio en torno a los 40 grados durante las horas centrales del día– no impidió que cientos de montillanos volvieran a dirigir sus pasos, como cada mes de junio, hasta el frondoso paraje de Cañalerma para formar parte de la popular Romería de la Virgen de las Viñas que, desde hace dieciocho años, hacen posible la Asociación Cultural Benéfica Grupo Romero Virgen de las Viñas y Amigos del Caballo y la Hermandad del Señor en la Santa Cena, María Santísima de la Estrella y Nuestra Señora de las Viñas.
La Barriada del Gran Capitán fue nuevamente el punto de partida para los peregrinos que acompañaron a la patrona del noble gremio de la vid y el vino en su ya tradicional recorrido por los pagos de la localidad sobre una pequeña carreta tirada por dos bueyes y al son de la flauta y el tamboril.
Pasadas las 9.00 de la mañana, la colorida comitiva –muy concurrida este año a pesar del temor a las elevadas temperaturas anunciadas por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y pese a la coincidencia con la Romería de Nuestra Señora de los Remedios Coronada en la vecina localidad de Aguilar de la Frontera– puso rumbo hacia Cañalerma después de haber compartido un desayuno molinero a las puertas de la Ermita de la Merced.
Como viene siendo tradicional, la primera parada tuvo lugar en la casa cuartel de la Guardia Civil, donde representantes de la Hermandad del Señor en la Santa Cena y del Grupo Romero llevaron a cabo una ofrenda floral ante la pequeña imagen de la Virgen del Pilar que preside la sede de la Benemérita.
Tras este sencillo acto, la comitiva se dirigió por el camino de La Zarza hasta el paraje de Cañalerma donde, reunidos en amplios grupos familiares, los romeros se resguardaron de las altas temperaturas que pudieron sentirse ayer en la Campiña en unas parcelas que, desde horas antes, aguardaban la llegada de la Señora de las Viñas.
Siguiendo de cerca la carreta sobre la que realizó todo el recorrido la pequeña efigie de la Virgen, el representante de la Hermandad del Señor en la Santa Cena y el del Grupo Romero, Juan Rafael Portero, estuvieron acompañados desde primera hora por la teniente de alcalde de Economía y Hacienda del Ayuntamiento de Montilla, Ana Rodríguez.
Junto al pregonero de este año, Miguel Bellido Mora, ex hermano mayor de la Santa Cena y expresidente de la Agrupación de Cofradías, formaron parte de la peregrinación Antonio Sánchez Moral como Romero Mayor de esta decimoctava edición, tras el traspaso de poderes que tuvo lugar días atrás en la Casa de las Aguas a manos de Mariano Herrador.
Tras compartir comida, bebida, baile, cante y tertulia, la peculiar procesión tomó el camino de vuelta a Montilla a última hora de la tarde para detenerse, finalmente, en la cooperativa de La Aurora, donde tuvo lugar una entrega de premios organizada por la Asociación Cultural Benéfica Grupo Romero Virgen de Las Viñas y Amigos del Caballo.
La Barriada del Gran Capitán fue nuevamente el punto de partida para los peregrinos que acompañaron a la patrona del noble gremio de la vid y el vino en su ya tradicional recorrido por los pagos de la localidad sobre una pequeña carreta tirada por dos bueyes y al son de la flauta y el tamboril.
Pasadas las 9.00 de la mañana, la colorida comitiva –muy concurrida este año a pesar del temor a las elevadas temperaturas anunciadas por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y pese a la coincidencia con la Romería de Nuestra Señora de los Remedios Coronada en la vecina localidad de Aguilar de la Frontera– puso rumbo hacia Cañalerma después de haber compartido un desayuno molinero a las puertas de la Ermita de la Merced.
Como viene siendo tradicional, la primera parada tuvo lugar en la casa cuartel de la Guardia Civil, donde representantes de la Hermandad del Señor en la Santa Cena y del Grupo Romero llevaron a cabo una ofrenda floral ante la pequeña imagen de la Virgen del Pilar que preside la sede de la Benemérita.
Tras este sencillo acto, la comitiva se dirigió por el camino de La Zarza hasta el paraje de Cañalerma donde, reunidos en amplios grupos familiares, los romeros se resguardaron de las altas temperaturas que pudieron sentirse ayer en la Campiña en unas parcelas que, desde horas antes, aguardaban la llegada de la Señora de las Viñas.
Siguiendo de cerca la carreta sobre la que realizó todo el recorrido la pequeña efigie de la Virgen, el representante de la Hermandad del Señor en la Santa Cena y el del Grupo Romero, Juan Rafael Portero, estuvieron acompañados desde primera hora por la teniente de alcalde de Economía y Hacienda del Ayuntamiento de Montilla, Ana Rodríguez.
Junto al pregonero de este año, Miguel Bellido Mora, ex hermano mayor de la Santa Cena y expresidente de la Agrupación de Cofradías, formaron parte de la peregrinación Antonio Sánchez Moral como Romero Mayor de esta decimoctava edición, tras el traspaso de poderes que tuvo lugar días atrás en la Casa de las Aguas a manos de Mariano Herrador.
Tras compartir comida, bebida, baile, cante y tertulia, la peculiar procesión tomó el camino de vuelta a Montilla a última hora de la tarde para detenerse, finalmente, en la cooperativa de La Aurora, donde tuvo lugar una entrega de premios organizada por la Asociación Cultural Benéfica Grupo Romero Virgen de Las Viñas y Amigos del Caballo.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
REPORTAJE GRÁFICO: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
REPORTAJE GRÁFICO: JOSÉ ANTONIO AGUILAR