El patio central de Bodegas Pérez Barquero se convirtió al mediodía de ayer en un museo a cielo abierto en el que disfrutar de casi medio centenar de coches antiguos y de época que formaron parte de la trigésimo quinta edición de la Ruta del Olivo, organizada por el Real Automovil Club Al-Ándalus de Jaén.
Las instalaciones de Pérez Barquero fueron elegidas como "punto turístico de interés" en Montilla en la segunda jornada de esta ruta, que recalaba en la localidad tras su paso por Pozoblanco y el castillo de Almodóvar del Río. "Es una ruta que tiene una gran aceptación porque no sólo se trata de disfrutar y hacer disfrutar al público de este patrimonio automovilístico que viene de toda España, sino también que nuestros socios conozcan la parte cultural, patrimonial y gastronómica de los pueblos que se visitan", explicó Rafael Soria, presidente del Real Club Automóvil Al-Ándalus, quien reconoció que "esta vez se eligió Montilla porque existía gran interés en conocer sus bodegas".
A su llegada a la localidad, muchos montillanos pudieron disfrutar de estas piezas de colección durante el recorrido que realizaron por las calles más céntricas. Con los motores calientes tras recorrer más de un centenar de kilómetros en la jornada de ayer, los vehículos clásicos quedaron expuestos en el patio central de Pérez Barquero.
Un Panarnh&Levassor de 1928; un Lasayer descapotable de finales de los años treinta, junto a un Cadillac Cabriolet de la misma época; la singularidad de un Stayr llegado desde Ronda o un Rolls Royce Corniche del año 1965 fueron algunas de las joyas que pudieron contemplarse en Montilla antes de que iniciaran el regreso a Córdoba y disfrutar de una visita a la Mezquita-Catedral.
Las instalaciones de Pérez Barquero fueron elegidas como "punto turístico de interés" en Montilla en la segunda jornada de esta ruta, que recalaba en la localidad tras su paso por Pozoblanco y el castillo de Almodóvar del Río. "Es una ruta que tiene una gran aceptación porque no sólo se trata de disfrutar y hacer disfrutar al público de este patrimonio automovilístico que viene de toda España, sino también que nuestros socios conozcan la parte cultural, patrimonial y gastronómica de los pueblos que se visitan", explicó Rafael Soria, presidente del Real Club Automóvil Al-Ándalus, quien reconoció que "esta vez se eligió Montilla porque existía gran interés en conocer sus bodegas".
A su llegada a la localidad, muchos montillanos pudieron disfrutar de estas piezas de colección durante el recorrido que realizaron por las calles más céntricas. Con los motores calientes tras recorrer más de un centenar de kilómetros en la jornada de ayer, los vehículos clásicos quedaron expuestos en el patio central de Pérez Barquero.
Un Panarnh&Levassor de 1928; un Lasayer descapotable de finales de los años treinta, junto a un Cadillac Cabriolet de la misma época; la singularidad de un Stayr llegado desde Ronda o un Rolls Royce Corniche del año 1965 fueron algunas de las joyas que pudieron contemplarse en Montilla antes de que iniciaran el regreso a Córdoba y disfrutar de una visita a la Mezquita-Catedral.
I. TÉLLEZ / REDACCIÓN
REPORTAJE GRÁFICO: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
REPORTAJE GRÁFICO: JOSÉ ANTONIO AGUILAR