El Ayuntamiento de Montilla acaba de poner en marcha, en colaboración con la Policía Local, un plan experimental para controlar las colonias de gatos en el casco urbano. Así lo anunció la teniente de alcalde de Servicios, Obras Públicas, Medio Ambiente y Agricultura, Raquel Casado, quien explicó que la medida trata de dar respuesta a las quejas que vienen manifestando en los últimos años vecinos del entorno del Llano de Palacio, que han denunciado la existencia de una "plaga" de felinos que está causando molestias tanto en domicilios particulares como en algunos establecimientos hosteleros de la zona.
Desde el año 2009, medio centenar de gatos –según las estimaciones de los propios afectados– pululan sin control por los alrededores del Paseo de Cervantes, del convento de Santa Clara y del Palacio de los Duques de Medinaceli, originando molestias y "problemas de salubridad" entre los residentes en la zona.
"Hay muchos vecinos que están molestos con los gatos porque se meten en las casas o, incluso, se suben en las mesillas de los bares con los clientes presentes", detalló a Montilla Digital uno de los afectados, quien mostró su temor ante la posibilidad de que esta "superpoblación" de animales origine "problemas de salubridad o infecciones", habida cuenta del gran número de niños que hace uso de la zona infantil del Paseo de Cervantes, donde se concentra gran parte de los felinos.
"El césped está lleno de pulgas y de garrapatas por culpa de los gatos", aseguró el mismo vecino, quien culpó de la situación a "algunas personas que acuden al Paseo para alimentar a los animales", pese a la existencia de un cartel junto a la verja de entrada al parque en el que se recoge parte del artículo 8 de la Ordenanza Municipal Reguladora de la Limpieza Viaria y de Residuos Sólidos Urbanos, que prohíbe "facilitar cualquier tipo de alimentos a los animales en la vía pública si con ello se ensucia la misma, y en particular a palomas, perros y gatos".
Los afectados relataron a este periódico que la mayoría de los animales proviene de una parte del Palacio de los Duques de Medinaceli, así como de la conocida casa de Teresa Enríquez, un edificio de propiedad municipal situado entre las antiguas bodegas de Ortiz Ruiz y el monasterio de Santa Clara que, en 1899, acogió la primera sede de la congregación salesiana en Montilla. "Los gatos aparecen por cualquier sitio y crían en todas partes", denunció otro vecino, quien aseguró que en algunas viviendas "el hedor a orines y defecaciones es insoportable".
Ante esta situación, la responsable municipal de Medio Ambiente ha mantenido una reunión con vecinos de la zona y con representantes de la Asociación de Ayuda a Animales Abandonados de Montilla "Dejan Huella", con el objetivo de plantear "alternativas" a un problema que la propia Raquel Casado calificó de "complejo".
"Hasta ahora, la solución que se venía aplicando cuando se detectaba un exceso de gatos consistía en avisar a la empresa encargada de la recogida de animales abandonados", indicó la edil socialista, que reconoció que existía una "confrontación" entre los residentes en el entorno del Llano de Palacio y los defensores de los animales, conscientes de que el destino final de los gatos recogidos por la empresa que gestiona el refugio municipal era el sacrificio, si ninguna persona los reclamaba en el plazo de diez días.
Tal y como explicó la responsable municipal de Medio Ambiente, el nuevo programa de control de colonias de gatos se centra en la localización de las hembras para castrarlas o esterilizarlas químicamente, mientras que las crías que se van detectando se recogen para entregarlas en adopción a personas interesadas.
De igual manera, el plan prevé algunas medidas para garantizar el control sanitario de estas colonias de gatos, valiéndose también de un cuidador autorizado que suministra la alimentación a los animales. "Pensamos que se trata de un sistema más civilizado y más humanitario que el que se estaba llevando a cabo hasta ahora, ya que se estaba incurriendo en una matanza de animales sin resultados efectivos", concluyó la edil.
Desde el año 2009, medio centenar de gatos –según las estimaciones de los propios afectados– pululan sin control por los alrededores del Paseo de Cervantes, del convento de Santa Clara y del Palacio de los Duques de Medinaceli, originando molestias y "problemas de salubridad" entre los residentes en la zona.
"Hay muchos vecinos que están molestos con los gatos porque se meten en las casas o, incluso, se suben en las mesillas de los bares con los clientes presentes", detalló a Montilla Digital uno de los afectados, quien mostró su temor ante la posibilidad de que esta "superpoblación" de animales origine "problemas de salubridad o infecciones", habida cuenta del gran número de niños que hace uso de la zona infantil del Paseo de Cervantes, donde se concentra gran parte de los felinos.
"El césped está lleno de pulgas y de garrapatas por culpa de los gatos", aseguró el mismo vecino, quien culpó de la situación a "algunas personas que acuden al Paseo para alimentar a los animales", pese a la existencia de un cartel junto a la verja de entrada al parque en el que se recoge parte del artículo 8 de la Ordenanza Municipal Reguladora de la Limpieza Viaria y de Residuos Sólidos Urbanos, que prohíbe "facilitar cualquier tipo de alimentos a los animales en la vía pública si con ello se ensucia la misma, y en particular a palomas, perros y gatos".
Los afectados relataron a este periódico que la mayoría de los animales proviene de una parte del Palacio de los Duques de Medinaceli, así como de la conocida casa de Teresa Enríquez, un edificio de propiedad municipal situado entre las antiguas bodegas de Ortiz Ruiz y el monasterio de Santa Clara que, en 1899, acogió la primera sede de la congregación salesiana en Montilla. "Los gatos aparecen por cualquier sitio y crían en todas partes", denunció otro vecino, quien aseguró que en algunas viviendas "el hedor a orines y defecaciones es insoportable".
Ante esta situación, la responsable municipal de Medio Ambiente ha mantenido una reunión con vecinos de la zona y con representantes de la Asociación de Ayuda a Animales Abandonados de Montilla "Dejan Huella", con el objetivo de plantear "alternativas" a un problema que la propia Raquel Casado calificó de "complejo".
"Hasta ahora, la solución que se venía aplicando cuando se detectaba un exceso de gatos consistía en avisar a la empresa encargada de la recogida de animales abandonados", indicó la edil socialista, que reconoció que existía una "confrontación" entre los residentes en el entorno del Llano de Palacio y los defensores de los animales, conscientes de que el destino final de los gatos recogidos por la empresa que gestiona el refugio municipal era el sacrificio, si ninguna persona los reclamaba en el plazo de diez días.
Tal y como explicó la responsable municipal de Medio Ambiente, el nuevo programa de control de colonias de gatos se centra en la localización de las hembras para castrarlas o esterilizarlas químicamente, mientras que las crías que se van detectando se recogen para entregarlas en adopción a personas interesadas.
De igual manera, el plan prevé algunas medidas para garantizar el control sanitario de estas colonias de gatos, valiéndose también de un cuidador autorizado que suministra la alimentación a los animales. "Pensamos que se trata de un sistema más civilizado y más humanitario que el que se estaba llevando a cabo hasta ahora, ya que se estaba incurriendo en una matanza de animales sin resultados efectivos", concluyó la edil.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR