Cerca de 2.000 espectadores procedentes de distintos puntos de la geografía andaluza pasaron ayer por el Pabellón Municipal de Deportes de Montilla para asistir a la representación dramática de La Pasión, una impresionante puesta en escena del drama sacro que se ha erigido en uno de los referentes religiosos y culturales de la Semana Santa de la provincia.
Autocares procedentes de Córdoba, Palma del Río, Luque, Lucena y Lopera, así como decenas de vehículos particulares llegados desde casi todas las provincias de Andalucía colapsaron los accesos del principal recinto deportivo cubierto de Montilla, donde los tramoyistas llevaban días trabajando para instalar un impresionante escenario de casi 50 metros lineales, distribuido en tres embocaduras, con capacidad para albergar 1.500 metros cuadrados de decorado.
Por tercer año consecutivo, el joven montillano Pablo del Árbol Jiménez asumió el papel protagonista, encarnando a Jesús en las dos funciones. Todo un reto interpretativo que el público supo reconocer no sólo al final de cada función sino en algunos de los momentos con mayor carga dramática, como la escena de la crucifixión o el encuentro con su Madre.
Además de notables mejoras en el sistema de iluminación, La Pasión contó ayer, como novedad, con un nutrido grupo de actores que se animaron a formar parte de esta peculiar representación tras participar en el casting que los organizadores convocaron a primeros de año para garantizar el futuro y la calidad de la obra, tal y como destacó Jesús Duque que, tras 16 años como actor de reparto, ha aceptado el reto de asumir la presidencia del colectivo.
Desde su primera representación, allá por 1992, casi 50.000 espectadores han podido disfrutar de esta representación escénica a la que dan vida casi 500 personas, entre actores, tramoyistas, acomodadores y personal de apoyo, que convierten las pistas centrales del Pabellón Municipal de Deportes en una auténtica Vía Dolorosa.
Aunque, en sus orígenes, La Pasión comenzó ciñéndose a La Divina Tragedia escrita por el jesuita José Julio Martínez, el texto ha ido evolucionando hasta el punto de que el 90 por ciento del guión es original. A su vez, muchas de las escenas –como la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén, la Santa Cena o el Prendimiento del Señor– evocan en su escenografía a las estaciones de penitencia de las propias cofradías.
Y es que, aunque La Pasión nació con la finalidad de representar los evangelios de la manera más fiel posible, las escenas más significativas de la obra guardan un innegable parecido con la Semana Santa de la localidad. "La base del cuerpo de actores hay que buscarla en el Grupo de Teatro La Cepa, aunque el resto de grupos locales que se dedican al mundo de la escena aportan desde hace años su granito de arena", reconoció Jesús Duque, quien hizo hincapié en que la práctica totalidad de las hermandades montillanas también se ha involucrado en este proyecto.
"La Pasión supera la mera representación teatral para convertirse en un auténtico y contundente testimonio de fe cristiana", indicó otro de los portavoces del colectivo, Carlos Raigón, para quien la obra se ha convertido "en un referente de la Semana Santa cordobesa" y en una "cita ineludible para presenciar un acontecimiento cultural de primera magnitud".
Autocares procedentes de Córdoba, Palma del Río, Luque, Lucena y Lopera, así como decenas de vehículos particulares llegados desde casi todas las provincias de Andalucía colapsaron los accesos del principal recinto deportivo cubierto de Montilla, donde los tramoyistas llevaban días trabajando para instalar un impresionante escenario de casi 50 metros lineales, distribuido en tres embocaduras, con capacidad para albergar 1.500 metros cuadrados de decorado.
Por tercer año consecutivo, el joven montillano Pablo del Árbol Jiménez asumió el papel protagonista, encarnando a Jesús en las dos funciones. Todo un reto interpretativo que el público supo reconocer no sólo al final de cada función sino en algunos de los momentos con mayor carga dramática, como la escena de la crucifixión o el encuentro con su Madre.
Además de notables mejoras en el sistema de iluminación, La Pasión contó ayer, como novedad, con un nutrido grupo de actores que se animaron a formar parte de esta peculiar representación tras participar en el casting que los organizadores convocaron a primeros de año para garantizar el futuro y la calidad de la obra, tal y como destacó Jesús Duque que, tras 16 años como actor de reparto, ha aceptado el reto de asumir la presidencia del colectivo.
Desde su primera representación, allá por 1992, casi 50.000 espectadores han podido disfrutar de esta representación escénica a la que dan vida casi 500 personas, entre actores, tramoyistas, acomodadores y personal de apoyo, que convierten las pistas centrales del Pabellón Municipal de Deportes en una auténtica Vía Dolorosa.
Aunque, en sus orígenes, La Pasión comenzó ciñéndose a La Divina Tragedia escrita por el jesuita José Julio Martínez, el texto ha ido evolucionando hasta el punto de que el 90 por ciento del guión es original. A su vez, muchas de las escenas –como la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén, la Santa Cena o el Prendimiento del Señor– evocan en su escenografía a las estaciones de penitencia de las propias cofradías.
Y es que, aunque La Pasión nació con la finalidad de representar los evangelios de la manera más fiel posible, las escenas más significativas de la obra guardan un innegable parecido con la Semana Santa de la localidad. "La base del cuerpo de actores hay que buscarla en el Grupo de Teatro La Cepa, aunque el resto de grupos locales que se dedican al mundo de la escena aportan desde hace años su granito de arena", reconoció Jesús Duque, quien hizo hincapié en que la práctica totalidad de las hermandades montillanas también se ha involucrado en este proyecto.
"La Pasión supera la mera representación teatral para convertirse en un auténtico y contundente testimonio de fe cristiana", indicó otro de los portavoces del colectivo, Carlos Raigón, para quien la obra se ha convertido "en un referente de la Semana Santa cordobesa" y en una "cita ineludible para presenciar un acontecimiento cultural de primera magnitud".
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
REPORTAJE GRÁFICO: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
REPORTAJE GRÁFICO: JOSÉ ANTONIO AGUILAR