La Carbonería, el acogedor enclave cultural del sevillano barrio de San Bartolomé, en el corazón mismo de la antigua Judería, acoge hasta el próximo 28 de febrero la muestra Geometría poética: constructos y fragmentos, obra del artista montillano Manolo Portero, que recala en la capital hispalense de la mano de su amigo Pisco Lira, que hasta hace poco más de un mes exhibió sus enjundiosos Estilemas en la Casa del Inca.
Elementos en apariencia inertes como maderas, mármoles, cerámicas o metales de diferentes texturas y colores cobran vida en las manos de Manolo Portero, que desde esta misma tarde ofrece en la calle de los Levíes toda una colección de assemblages de marcada impronta geométrica, en mediano y pequeño formato y sobre soporte de madera.
Para su mentor en la ciudad del Betis –del río Betis–, las escenas geométricas que se han convertido en santo y seña de Manolo Portero son, en realidad, "una lograda gradación de metáforas visuales que aparecen estrechamente ligadas a un inquietante, por desmandado, esfuerzo pictórico: de un lado, la geometría y sus suertes; de otro, fijar, en múltiples combinatorias, la gravedad y la gracia del lance geométrico".
Geometría poética: constructos y fragmentos brinda todo un inventario de geometrías, toda una suerte de pinturas sobre maderas de muy diversa procedencia, que desembocan en lo que el propio Pisco Lira define como "geometría pintada", una tarea en la que Manolo Portero viene insistiendo, desde hace ya bastante tiempo, "sobre la construcción del color y la línea, los planos en la geometría y la pintura, junto a las varias tectónicas de la madera; abundando, también, en los vínculos entre los oficios, la pintura, la poesía visual y la geometría".
Nacido en Montilla hace 61 años, Manolo Portero es un artista autodidacta que hizo sus primeros pinitos pintando al natural. Tras experimentar con las acuarelas, pronto se centraría en la técnica del collage. No obstante, en los últimos años, este arquitecto de la abstracción se ha especializado en los assemblages, esas obras tridimensionales que lo hacen tan reconocible y que, a juicio de Pisco Lira, son reflejo de "una geometría lírica de buen calado".
La exposición de Manolo Portero en La Carbonería ofrece, por tanto, esa "geometría juguetona, lírica, tanteadora", tal y como destaca Pisco Lira, quien regenta en la capital hispalense ese entrañable lugar de encuentros, con aires de taberna cultural, donde la música acústica se hace presente junto a la fotografía, la pintura o la poesía.
Elementos en apariencia inertes como maderas, mármoles, cerámicas o metales de diferentes texturas y colores cobran vida en las manos de Manolo Portero, que desde esta misma tarde ofrece en la calle de los Levíes toda una colección de assemblages de marcada impronta geométrica, en mediano y pequeño formato y sobre soporte de madera.
Para su mentor en la ciudad del Betis –del río Betis–, las escenas geométricas que se han convertido en santo y seña de Manolo Portero son, en realidad, "una lograda gradación de metáforas visuales que aparecen estrechamente ligadas a un inquietante, por desmandado, esfuerzo pictórico: de un lado, la geometría y sus suertes; de otro, fijar, en múltiples combinatorias, la gravedad y la gracia del lance geométrico".
Geometría poética: constructos y fragmentos brinda todo un inventario de geometrías, toda una suerte de pinturas sobre maderas de muy diversa procedencia, que desembocan en lo que el propio Pisco Lira define como "geometría pintada", una tarea en la que Manolo Portero viene insistiendo, desde hace ya bastante tiempo, "sobre la construcción del color y la línea, los planos en la geometría y la pintura, junto a las varias tectónicas de la madera; abundando, también, en los vínculos entre los oficios, la pintura, la poesía visual y la geometría".
Nacido en Montilla hace 61 años, Manolo Portero es un artista autodidacta que hizo sus primeros pinitos pintando al natural. Tras experimentar con las acuarelas, pronto se centraría en la técnica del collage. No obstante, en los últimos años, este arquitecto de la abstracción se ha especializado en los assemblages, esas obras tridimensionales que lo hacen tan reconocible y que, a juicio de Pisco Lira, son reflejo de "una geometría lírica de buen calado".
La exposición de Manolo Portero en La Carbonería ofrece, por tanto, esa "geometría juguetona, lírica, tanteadora", tal y como destaca Pisco Lira, quien regenta en la capital hispalense ese entrañable lugar de encuentros, con aires de taberna cultural, donde la música acústica se hace presente junto a la fotografía, la pintura o la poesía.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: MANOLO PORTERO
FOTOGRAFÍA: MANOLO PORTERO