Dice un viejo axioma periodístico que las buenas noticias solo venden en Deportes. Que, en el resto, lo que pone al personal para comprar periódicos y subir los shares de las teles son las malas tirando a peores. No hay nada mejor que una catástrofe para agotar el papel.
Debe ser por ello, digo yo, que cuando en España hay alguna buena noticia haya que buscarla, si se encuentra, en columna mínima y en pagina par y después de los titulares, trasconejada al final de un telediario.
Que sea motivo de comentario en una tertulia resulta ya un hecho milagroso y, desde luego, nada de sobreimpresiones en pantalla. En todo caso, se le pide al de guardia de Podemos o algunos de sus partenarie de la suicidada IU para que glose la falsedad de su bondad acompañados de algún economista agorero que sigue rezongando porque no caímos en el embargo-rescate pero es capaz de aseverar que las cosas, aunque no lo parezca, van a mal, y peor que se van a poner, y abandonemos toda esperanza.
Paro hay a mansalva, nadie lo pone en duda y es la angustia de muchos, sobre todo de quienes no logran escapar de sus garras y que siguen siendo millones. Pero está aumentando el empleo y la afiliación a la Seguridad Social y ya tenemos a tiro esos 17 millones de cotizantes que es una primera línea que hay que volver a cruzar en el camino de la recuperación. No es noticia, claro, y si hay que darla porque no queda más remedio, que se olvide cuanto antes.
Como tampoco es noticia que nuestro bono a diez años, o sea, los intereses por el dinero que nos prestan, haya bajado por debajo incluso del 1,5 por ciento (llegó a ser del 7,5) que eso es lo que significa que la prima de riesgo ya circule en momento por debajo de los 100 (que a 640 llegó a estar hace poco más de dos años).
¡Cómo van a sacar eso en las tertulias, hombre! Eso es cosa macroeconómica y solo tenía interés informativo cuando se sobreimpresionaba en pantalla por encima de los 500 y se hacían tres conexiones con un himno fúnebre como acompañamiento.
Hay que buscar calamidades y gentes desesperadas. Que es muy cierto que no es nada difícil porque, para nuestra desdicha, abundan. Hay que pregonar que nada funciona, que como dice Almodóvar vivimos en las hambrunas de los años cincuenta (que lo ha dicho y nadie se ha atrevido a llamarle gili.... porque tiene un Oscar y es progre) y que este país, al que bajo ningún concepto hay que mentar con la palabra maldita de "España", es un desguace puro y duro. Donde supuestamente ni sanidad, ni educación, ni cobertura social ni nada de nada. Lo dicho, la hambruna de los cincuenta.
Pues miren, no será noticia pero España es también un país donde un día 4 de enero a un paisano alcarreño que había ido a hacer leña a un robledal una rama le pegó en la cabeza y se quedó conmocionado y sin conocimiento en medio de los campos.
Donde en menos de 20 minutos aterrizó un helicóptero del Sescam (Castilla-La Mancha) lo recogió y lo trasladó al 12 de Octubre de Madrid. Y es que un convenio recientemente firmado lo permite, aunque sea de comunidades diferentes, que vaya estupidez era no poder hacerlo.
Le atendieron y el hombre ya está para contarlo. Y eso es también la sanidad española, el maravilloso sistema de salud que tenemos, que salva vidas y en el que trabajan profesionales de primera que son envidia del mundo. Y eso es también España. Pero eso no es noticia. La noticia es un gilipuertas diciendo que hemos vuelto a los cincuenta.
Debe ser por ello, digo yo, que cuando en España hay alguna buena noticia haya que buscarla, si se encuentra, en columna mínima y en pagina par y después de los titulares, trasconejada al final de un telediario.
Que sea motivo de comentario en una tertulia resulta ya un hecho milagroso y, desde luego, nada de sobreimpresiones en pantalla. En todo caso, se le pide al de guardia de Podemos o algunos de sus partenarie de la suicidada IU para que glose la falsedad de su bondad acompañados de algún economista agorero que sigue rezongando porque no caímos en el embargo-rescate pero es capaz de aseverar que las cosas, aunque no lo parezca, van a mal, y peor que se van a poner, y abandonemos toda esperanza.
Paro hay a mansalva, nadie lo pone en duda y es la angustia de muchos, sobre todo de quienes no logran escapar de sus garras y que siguen siendo millones. Pero está aumentando el empleo y la afiliación a la Seguridad Social y ya tenemos a tiro esos 17 millones de cotizantes que es una primera línea que hay que volver a cruzar en el camino de la recuperación. No es noticia, claro, y si hay que darla porque no queda más remedio, que se olvide cuanto antes.
Como tampoco es noticia que nuestro bono a diez años, o sea, los intereses por el dinero que nos prestan, haya bajado por debajo incluso del 1,5 por ciento (llegó a ser del 7,5) que eso es lo que significa que la prima de riesgo ya circule en momento por debajo de los 100 (que a 640 llegó a estar hace poco más de dos años).
¡Cómo van a sacar eso en las tertulias, hombre! Eso es cosa macroeconómica y solo tenía interés informativo cuando se sobreimpresionaba en pantalla por encima de los 500 y se hacían tres conexiones con un himno fúnebre como acompañamiento.
Hay que buscar calamidades y gentes desesperadas. Que es muy cierto que no es nada difícil porque, para nuestra desdicha, abundan. Hay que pregonar que nada funciona, que como dice Almodóvar vivimos en las hambrunas de los años cincuenta (que lo ha dicho y nadie se ha atrevido a llamarle gili.... porque tiene un Oscar y es progre) y que este país, al que bajo ningún concepto hay que mentar con la palabra maldita de "España", es un desguace puro y duro. Donde supuestamente ni sanidad, ni educación, ni cobertura social ni nada de nada. Lo dicho, la hambruna de los cincuenta.
Pues miren, no será noticia pero España es también un país donde un día 4 de enero a un paisano alcarreño que había ido a hacer leña a un robledal una rama le pegó en la cabeza y se quedó conmocionado y sin conocimiento en medio de los campos.
Donde en menos de 20 minutos aterrizó un helicóptero del Sescam (Castilla-La Mancha) lo recogió y lo trasladó al 12 de Octubre de Madrid. Y es que un convenio recientemente firmado lo permite, aunque sea de comunidades diferentes, que vaya estupidez era no poder hacerlo.
Le atendieron y el hombre ya está para contarlo. Y eso es también la sanidad española, el maravilloso sistema de salud que tenemos, que salva vidas y en el que trabajan profesionales de primera que son envidia del mundo. Y eso es también España. Pero eso no es noticia. La noticia es un gilipuertas diciendo que hemos vuelto a los cincuenta.
ANTONIO PÉREZ HENARES