La alta cocina sigue generando buenas noticias para Montilla. Tan solo año y medio después de que Eva Micaela Millán sorprendiera a toda España erigiéndose como subcampeona de la primera edición de MasterChef, el joven cocinero montillano Sergio Jiménez Gallardo aspira a coronarse como la mejor promesa de la alta cocina nacional.
A sus 22 años, este alumno aventajado de la Escuela de Hostelería "La Cónsula" de Málaga, que pasó antes por las expertas manos de los profesionales de Bodegas Campos en Córdoba, pretende proclamarse vencedor de la tercera edición del Premio "Promesas de la Alta Cocina" que promueve Le Cordon Bleu España, considerado por muchos expertos gastrónomos como el mejor instituto mundial en artes culinarias.
El certamen, que tiene por objeto reconocer los resultados académicos y potenciar el talento de los futuros cocineros que se están formando en las escuelas de toda España, consta de tres exigentes rondas, la primera de las cuales ha sido superada con nota por Sergio Jiménez, que se encuentra ya entre los 50 mejores de España.
"En la siguiente fase debemos presentar una receta a concurso junto a un vídeo de participación, que estará disponible a partir del 4 de febrero en la web del concurso", explicó el joven cocinero montillano, quien no ocultó su ilusión por acceder a esta prestigiosa institución para seguir formándose como chef.
Los vídeos que hayan obtenido más votos y que, además, a juicio del jurado, muestren las mejores creaciones culinarias, permitirán seleccionar a los diez finalistas que se enfrentarán en Le Cordon Bleu por el premio, que consiste en una beca valorada en 21.000 euros para estudiar en la escuela.
"Para mí, haber sido seleccionado entre los 50 mejores aspirantes supone una gran ilusión y una gran responsabilidad, ya que tendré que demostrar mi crecimiento como cocinero", aseguró Sergio Jiménez, quien se mostró convencido de que la beca para estudiar en Le Cordon Bleu supondría "una de las mayores oportunidades" a las que puede aspirar un joven cocinero. "Me cambiaría la vida, seguro", reconoció.
"Lo que siempre me ha gustado de la cocina es la posibilidad de poder expresarte de una forma que, en la mayoría de los casos, provoca felicidad, pues nadie está triste cuando come", explica el chef montillano, quien no obstante reconoce que "la cocina es un trabajo muy sacrificado aunque enormemente gratificante".
A sus 22 años, este alumno aventajado de la Escuela de Hostelería "La Cónsula" de Málaga, que pasó antes por las expertas manos de los profesionales de Bodegas Campos en Córdoba, pretende proclamarse vencedor de la tercera edición del Premio "Promesas de la Alta Cocina" que promueve Le Cordon Bleu España, considerado por muchos expertos gastrónomos como el mejor instituto mundial en artes culinarias.
El certamen, que tiene por objeto reconocer los resultados académicos y potenciar el talento de los futuros cocineros que se están formando en las escuelas de toda España, consta de tres exigentes rondas, la primera de las cuales ha sido superada con nota por Sergio Jiménez, que se encuentra ya entre los 50 mejores de España.
"En la siguiente fase debemos presentar una receta a concurso junto a un vídeo de participación, que estará disponible a partir del 4 de febrero en la web del concurso", explicó el joven cocinero montillano, quien no ocultó su ilusión por acceder a esta prestigiosa institución para seguir formándose como chef.
Los vídeos que hayan obtenido más votos y que, además, a juicio del jurado, muestren las mejores creaciones culinarias, permitirán seleccionar a los diez finalistas que se enfrentarán en Le Cordon Bleu por el premio, que consiste en una beca valorada en 21.000 euros para estudiar en la escuela.
"Para mí, haber sido seleccionado entre los 50 mejores aspirantes supone una gran ilusión y una gran responsabilidad, ya que tendré que demostrar mi crecimiento como cocinero", aseguró Sergio Jiménez, quien se mostró convencido de que la beca para estudiar en Le Cordon Bleu supondría "una de las mayores oportunidades" a las que puede aspirar un joven cocinero. "Me cambiaría la vida, seguro", reconoció.
"Lo que siempre me ha gustado de la cocina es la posibilidad de poder expresarte de una forma que, en la mayoría de los casos, provoca felicidad, pues nadie está triste cuando come", explica el chef montillano, quien no obstante reconoce que "la cocina es un trabajo muy sacrificado aunque enormemente gratificante".
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN