La situación en la que se encuentra La Tercia recobra actualidad. El estado de deterioro que presenta el inmueble, situado en la plaza de La Rosa, en pleno centro de Montilla, ha obligado a actuar en su fachada principal para sanear el lienzo frontal del edificio neorrenacentista y evitar así desprendimientos accidentales sobre la vía pública.
Desde primera hora de la mañana de ayer, varios operarios provistos de una grúa picaron parte de la fachada del inmueble, que acoge 17 viviendas y varios locales comerciales. Las actuaciones, que responden así al requerimiento hecho por el Ayuntamiento de Montilla para evitar nuevos desprendimientos, obligaron a cortar el tráfico por la calle José de los Ángeles y a cerrar dos conocidas tabernas situadas en los bajos del edificio.
La restauración de la fachada de La Tercia se viene demorando desde hace algunos años por el elevado presupuesto que requiere, que algunos técnicos consultados por este periódico sitúan en torno a los 180.000 euros. Y es que el acabado en estuco del exterior del edificio, situado frente al Teatro Garnelo, encarece considerablemente su arreglo.
El Ayuntamiento de Montilla anunció en 2006 su intención de iniciar los trámites para hacer posible la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) del edificio de La Tercia, mandado construir en 1921 por el conde de La Cortina, Francisco de Alvear, siguiendo el modelo arquitectónico del palacio de Monterrey de Salamanca
El propio cronista oficial de Montilla, José Rey, alertó sobre el estado de conservación del edificio que, al igual que otros enclaves montillanos, requiere de "soluciones imaginativas y posibles".
"Me preocupan la conservación y puesta en valor de nuestro patrimonio material e inmaterial y, aunque soy consciente de la dureza de esta crisis, que se obstina en empequeñecer los horizontes, no me resisto a reclamar la búsqueda de soluciones para algunos de nuestros edificios más emblemáticos", dijo José Rey.
A juicio del cronista oficial de Montilla, enclaves como el arco de San Lorenzo, la casa de Teresa Enríquez, el palacio de los Duques de Medinaceli, La Tercia, el castillo o El Parador "necesitan actuaciones que van desde las más imprescindibles para su conservación, hasta aquellas encaminadas a su mantenimiento o puesta en valor".
Desde primera hora de la mañana de ayer, varios operarios provistos de una grúa picaron parte de la fachada del inmueble, que acoge 17 viviendas y varios locales comerciales. Las actuaciones, que responden así al requerimiento hecho por el Ayuntamiento de Montilla para evitar nuevos desprendimientos, obligaron a cortar el tráfico por la calle José de los Ángeles y a cerrar dos conocidas tabernas situadas en los bajos del edificio.
La restauración de la fachada de La Tercia se viene demorando desde hace algunos años por el elevado presupuesto que requiere, que algunos técnicos consultados por este periódico sitúan en torno a los 180.000 euros. Y es que el acabado en estuco del exterior del edificio, situado frente al Teatro Garnelo, encarece considerablemente su arreglo.
El Ayuntamiento de Montilla anunció en 2006 su intención de iniciar los trámites para hacer posible la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) del edificio de La Tercia, mandado construir en 1921 por el conde de La Cortina, Francisco de Alvear, siguiendo el modelo arquitectónico del palacio de Monterrey de Salamanca
El propio cronista oficial de Montilla, José Rey, alertó sobre el estado de conservación del edificio que, al igual que otros enclaves montillanos, requiere de "soluciones imaginativas y posibles".
"Me preocupan la conservación y puesta en valor de nuestro patrimonio material e inmaterial y, aunque soy consciente de la dureza de esta crisis, que se obstina en empequeñecer los horizontes, no me resisto a reclamar la búsqueda de soluciones para algunos de nuestros edificios más emblemáticos", dijo José Rey.
A juicio del cronista oficial de Montilla, enclaves como el arco de San Lorenzo, la casa de Teresa Enríquez, el palacio de los Duques de Medinaceli, La Tercia, el castillo o El Parador "necesitan actuaciones que van desde las más imprescindibles para su conservación, hasta aquellas encaminadas a su mantenimiento o puesta en valor".
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN