Las noticias que nos llegan de África son más que preocupantes. Según Médicos Sin Fronteras, esta enfermedad transmitida por animales trae a mal vivir a países como Guinea, Sierra Leona o Liberia, donde los servicios sanitarios casi ni funcionan o se encuentran desbordados.
La epidemia, que se ha cobrado ya la vida de más de un centenar de profesionales sanitarios, así como de miles de pacientes, va más rápido que los servicios sanitarios, que piden más recursos y sin más retrasos.
Habría que hacer algo. Bien que desde los gobiernos de Europa o desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se volcaran aún más en este tema y, sobre todo, con más rapidez, pues existe el riesgo de que cada día se extienda más, con más enfermos y con mayores dificultades para controlarla.
Sería deseable que los políticos, imperturbables ante este tema, se mojaran un poco a favor de esta gente que muere como animales; que se dejen unos días de politiqueos absurdos y que movieran sus teclas para que los gobiernos se impliquen más.
Si esta plaga llegara a Europa –Dios no lo quiera- creo que los responsables públicos perderían el culo por solucionarla, pero como les coge de lejos, tanto les da. Y si no es así, que lo demuestren siendo solidarios.
Lamentablemente, como ciudadano de a pie, poco puedo hacer yo por este tema, más que aportar mi punto de vista y estremecerme tras comprobar por las noticias cómo muere la gente sin ningún amparo.
Seamos todos un poco solidarios. Nos tenemos que dar cuenta que hay muchísima gente que está muriendo sola y desamparada. Levantemos nuestras quejas para que las oigan aquellos que tienen la sartén por el mango y, si quieren, pueden hacer algo.
La epidemia, que se ha cobrado ya la vida de más de un centenar de profesionales sanitarios, así como de miles de pacientes, va más rápido que los servicios sanitarios, que piden más recursos y sin más retrasos.
Habría que hacer algo. Bien que desde los gobiernos de Europa o desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se volcaran aún más en este tema y, sobre todo, con más rapidez, pues existe el riesgo de que cada día se extienda más, con más enfermos y con mayores dificultades para controlarla.
Sería deseable que los políticos, imperturbables ante este tema, se mojaran un poco a favor de esta gente que muere como animales; que se dejen unos días de politiqueos absurdos y que movieran sus teclas para que los gobiernos se impliquen más.
Si esta plaga llegara a Europa –Dios no lo quiera- creo que los responsables públicos perderían el culo por solucionarla, pero como les coge de lejos, tanto les da. Y si no es así, que lo demuestren siendo solidarios.
Lamentablemente, como ciudadano de a pie, poco puedo hacer yo por este tema, más que aportar mi punto de vista y estremecerme tras comprobar por las noticias cómo muere la gente sin ningún amparo.
Seamos todos un poco solidarios. Nos tenemos que dar cuenta que hay muchísima gente que está muriendo sola y desamparada. Levantemos nuestras quejas para que las oigan aquellos que tienen la sartén por el mango y, si quieren, pueden hacer algo.
JUAN NAVARRO COMINO