El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, presidió en la tarde de ayer la misa de acción de gracias que sirvió para reabrir al culto la parroquia de Nuestra Señora de La Asunción, que el 1 de octubre del pasado año sufrió el desplome repentino de parte de su cubierta y que, desde entonces, había permanecido cerrada.
En menos de cuatro meses, el titular de la Diócesis ha tenido la oportunidad de asistir a la reapertura de dos parroquias montillanas: el 9 de abril, la de Santiago Apóstol, tras las obras de reforma que permitieron implantar una nueva instalación eléctrica, además de restaurar las cubiertas del templo, muy dañadas como consecuencia de la humedad. Y ayer, la de La Asunción, que representa el principal templo de la barriada del Gran Capitán, la zona más poblada de Montilla.
Tras descartar la necesidad de demoler la cubierta de la nave central, las obras se han centrado en el entejado de todo el templo y en la sustitución de la cubierta de las dos naves laterales y de las dependencias parroquiales donde, además, se ha acometido una nueva distribución para la sacristía, los salones para los grupos y la guardería infantil anexa al templo.
Igualmente, las actuaciones –que han contado con un presupuesto próximo a los 240.000 euros- han permitido reforzar esta estructura, que había sufrido menos los problemas de infiltración de agua que, a juicio de un informe técnico elaborado por el propio Obispado, podría haber causado el desplome de la techumbre más próxima a la calle Conde de la Cortina.
Los numerosos fieles que se congregaron ayer tarde en La Asunción comprobaron, además, algunos cambios en la fisonomía interior del templo, que ahora presenta sus pilares centrales revestidos de madera, una solución que también se ha adoptado en la zona del altar mayor, presidida por el Santísimo Cristo de la Paz, obra del imaginero cordobés Miguel Arjona Navarro, autor también de la talla de María Santísima de la Caridad en sus Tristezas.
En las últimas semanas, miembros de la comunidad parroquial y de la Hermandad del Señor en la Santa Cena, María Santísima de la Estrella y Nuestra Señora de las Viñas han trabajado sin descanso para que el templo luciera perfecto durante la eucaristía que presidió Demetrio Fernández y que contó con la participación del coro de la parroquia, bajo la dirección de Rafi Vela.
La reapertura de La Asunción –que, hasta la reciente edificación en el barrio de El Molinillo de la ermita de la Sagrada Familia, era el templo más moderno de Montilla- se vio precedida en la mañana de ayer por un traslado solemne del Santísimo Sacramento desde la ermita de La Merced.
En menos de cuatro meses, el titular de la Diócesis ha tenido la oportunidad de asistir a la reapertura de dos parroquias montillanas: el 9 de abril, la de Santiago Apóstol, tras las obras de reforma que permitieron implantar una nueva instalación eléctrica, además de restaurar las cubiertas del templo, muy dañadas como consecuencia de la humedad. Y ayer, la de La Asunción, que representa el principal templo de la barriada del Gran Capitán, la zona más poblada de Montilla.
Tras descartar la necesidad de demoler la cubierta de la nave central, las obras se han centrado en el entejado de todo el templo y en la sustitución de la cubierta de las dos naves laterales y de las dependencias parroquiales donde, además, se ha acometido una nueva distribución para la sacristía, los salones para los grupos y la guardería infantil anexa al templo.
Igualmente, las actuaciones –que han contado con un presupuesto próximo a los 240.000 euros- han permitido reforzar esta estructura, que había sufrido menos los problemas de infiltración de agua que, a juicio de un informe técnico elaborado por el propio Obispado, podría haber causado el desplome de la techumbre más próxima a la calle Conde de la Cortina.
Los numerosos fieles que se congregaron ayer tarde en La Asunción comprobaron, además, algunos cambios en la fisonomía interior del templo, que ahora presenta sus pilares centrales revestidos de madera, una solución que también se ha adoptado en la zona del altar mayor, presidida por el Santísimo Cristo de la Paz, obra del imaginero cordobés Miguel Arjona Navarro, autor también de la talla de María Santísima de la Caridad en sus Tristezas.
En las últimas semanas, miembros de la comunidad parroquial y de la Hermandad del Señor en la Santa Cena, María Santísima de la Estrella y Nuestra Señora de las Viñas han trabajado sin descanso para que el templo luciera perfecto durante la eucaristía que presidió Demetrio Fernández y que contó con la participación del coro de la parroquia, bajo la dirección de Rafi Vela.
La reapertura de La Asunción –que, hasta la reciente edificación en el barrio de El Molinillo de la ermita de la Sagrada Familia, era el templo más moderno de Montilla- se vio precedida en la mañana de ayer por un traslado solemne del Santísimo Sacramento desde la ermita de La Merced.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN