Esta gran novela fue escrita por Henri-Marie Beyle, más conocido como Stendhal, seudónimo con el que publicó alguno de sus libros. Beyle dio nombre a una bonita enfermedad, el llamado “Síndrome de Stendhal”, con la descripción que hace de las sensaciones que experimentó en la Iglesia de Santa Croce en Florencia, en su libro Roma, Nápoles y Florencia: Un viaje de Milán a Reggio.
Se suele hacer alusión con el llamado “Síndrome de Stendhal” al sobrecogimiento que sienten ciertas personas ante un exceso de belleza, produciéndoles, entre otros síntomas, mareos. Cualquiera que haya visitado la ciudad del Arno puede entender esta enfermedad, sobre todo viendo el atardecer sobre el Ponte Vecchio o escuchando a un artista callejero en la Piazza de la Signoria iluminada por la noche. Tengo que volver a Firenze.
Volviendo al libro, me ha gustado desde principio a fin, la construcción de los personajes, el análisis psicológico de los mismos y la comunicación constante entre escritor y lector. Yo me he imaginado que Henri estaba sentado a mi lado, contándome una historia, historia que interrumpía de vez en cuando para darme su opinión sobre el carácter del personaje o sobre determinadas situaciones que pudieran ser poco atractivas para mí. Está claro que él escribe para nosotros, para que lo leamos.
Yo os recomendaría que leyeseis la edición de Espasa, porque a pie de página nos descubre los paralelismos existentes entre el protagonista, Julián Sorel y el autor, tanto en su personalidad como en sus circunstancias.
Es interesante leer la vida de Stendhal, rica en acontecimientos –militó en las filas de Napoleón- y con un broche final magnífico: hizo escribir en su lápida “Henri Beyle, milanés. Escribió, amó, vivió 59 años, 2 meses. Murió el 23 de marzo de 1842”, quien quiera verla puede visitar el cementerio de Montmatre de la Ciudad de la luz.
Este escritor forma parte de la corriente literaria conocida como Realismo, y en esta novela se puede comprobar, porque a fe mía que hace una descripción bastante exacta de la sociedad de su época. Prepárense para asombrarse: el ser humano ha evolucionado poco desde entonces, las mismas intrigas que se dan en la novela para obtener poder, posición y dinero, son parecidas a las que se dan en la actualidad. Y han pasado doscientos años.
Una cosa en la que sí es diferente nuestra época –bueno, por lo menos lo ha sido, mientras la educación ha sido pública y barata-, es el inmovilismo social. Uno era hijo de un carpintero hasta que se moría, no había posibilidad de mejora en la pirámide de la sociedad. La base de la misma la constituía el pueblo llano, que era mirado con ojos de superioridad por las clases sociales dominantes, que lo eran no por mérito, sino por cuna. Muy pocos eran capaces de saltar a un escalón superior.
Nuestro héroe –como lo llama Beyle-, Julián, ha nacido en una familia humilde, que además hace trabajos manuales –son carpinteros-, pero sueña con un futuro mejor, en el que se ve a sí mismo como un gran hombre, capaz de grandes triunfos, como los de su gran admirado Napoleón. Ante la falta de recursos para estudiar, y haciendo valer su buena memoria, emprende la carrera eclesiástica, con la que quiere huir de la pobreza y del trabajo duro.
Durante todo el libro, nosotros sabemos cómo siente Sorel y qué desea, y de vez en cuando vienen a su mente pensamientos que podíamos llamar de conciencia social, de crítica hacia las clases pudientes, si bien es con ellas con quien más se relaciona.
Su forma de vivir el amor es sui generis, sobre todo en la historia que vive con una aristócrata –no voy a desvelar el nombre- porque basa su conquista en intrincadas estrategias, que parecen más de un mariscal de campo que de un amante.
No sé si es un héroe o un antihéroe, porque yo no soy capaz de juzgarlo. Tendría que haber vivido a principios del siglo XIX y en sus circunstancias, para poder ponerme en su piel, y ser capaz de emitir un juicio sobre su proceder. De verdad, no dejen de leerlo.
Ficha literaria
Título: Rojo y negro.
Autor: Stendhal.
Género: Novela.
Título original: Le Rouge et le Noir.
Fecha de publicación: 1830.
Editorial: Espasa Libros.
ISBN: 978-84-67037814.
Si lo desea, puede compartir este contenido: Se suele hacer alusión con el llamado “Síndrome de Stendhal” al sobrecogimiento que sienten ciertas personas ante un exceso de belleza, produciéndoles, entre otros síntomas, mareos. Cualquiera que haya visitado la ciudad del Arno puede entender esta enfermedad, sobre todo viendo el atardecer sobre el Ponte Vecchio o escuchando a un artista callejero en la Piazza de la Signoria iluminada por la noche. Tengo que volver a Firenze.
Volviendo al libro, me ha gustado desde principio a fin, la construcción de los personajes, el análisis psicológico de los mismos y la comunicación constante entre escritor y lector. Yo me he imaginado que Henri estaba sentado a mi lado, contándome una historia, historia que interrumpía de vez en cuando para darme su opinión sobre el carácter del personaje o sobre determinadas situaciones que pudieran ser poco atractivas para mí. Está claro que él escribe para nosotros, para que lo leamos.
Yo os recomendaría que leyeseis la edición de Espasa, porque a pie de página nos descubre los paralelismos existentes entre el protagonista, Julián Sorel y el autor, tanto en su personalidad como en sus circunstancias.
Es interesante leer la vida de Stendhal, rica en acontecimientos –militó en las filas de Napoleón- y con un broche final magnífico: hizo escribir en su lápida “Henri Beyle, milanés. Escribió, amó, vivió 59 años, 2 meses. Murió el 23 de marzo de 1842”, quien quiera verla puede visitar el cementerio de Montmatre de la Ciudad de la luz.
Este escritor forma parte de la corriente literaria conocida como Realismo, y en esta novela se puede comprobar, porque a fe mía que hace una descripción bastante exacta de la sociedad de su época. Prepárense para asombrarse: el ser humano ha evolucionado poco desde entonces, las mismas intrigas que se dan en la novela para obtener poder, posición y dinero, son parecidas a las que se dan en la actualidad. Y han pasado doscientos años.
Una cosa en la que sí es diferente nuestra época –bueno, por lo menos lo ha sido, mientras la educación ha sido pública y barata-, es el inmovilismo social. Uno era hijo de un carpintero hasta que se moría, no había posibilidad de mejora en la pirámide de la sociedad. La base de la misma la constituía el pueblo llano, que era mirado con ojos de superioridad por las clases sociales dominantes, que lo eran no por mérito, sino por cuna. Muy pocos eran capaces de saltar a un escalón superior.
Nuestro héroe –como lo llama Beyle-, Julián, ha nacido en una familia humilde, que además hace trabajos manuales –son carpinteros-, pero sueña con un futuro mejor, en el que se ve a sí mismo como un gran hombre, capaz de grandes triunfos, como los de su gran admirado Napoleón. Ante la falta de recursos para estudiar, y haciendo valer su buena memoria, emprende la carrera eclesiástica, con la que quiere huir de la pobreza y del trabajo duro.
Durante todo el libro, nosotros sabemos cómo siente Sorel y qué desea, y de vez en cuando vienen a su mente pensamientos que podíamos llamar de conciencia social, de crítica hacia las clases pudientes, si bien es con ellas con quien más se relaciona.
Su forma de vivir el amor es sui generis, sobre todo en la historia que vive con una aristócrata –no voy a desvelar el nombre- porque basa su conquista en intrincadas estrategias, que parecen más de un mariscal de campo que de un amante.
No sé si es un héroe o un antihéroe, porque yo no soy capaz de juzgarlo. Tendría que haber vivido a principios del siglo XIX y en sus circunstancias, para poder ponerme en su piel, y ser capaz de emitir un juicio sobre su proceder. De verdad, no dejen de leerlo.
Ficha literaria
Título: Rojo y negro.
Autor: Stendhal.
Género: Novela.
Título original: Le Rouge et le Noir.
Fecha de publicación: 1830.
Editorial: Espasa Libros.
ISBN: 978-84-67037814.
MARÍA JESÚS SÁNCHEZ A. / REDACCIÓN